Es engaño manifiesto.
Vamos, señor, y pleitea,
pues que justicia tenemos,
que es mejor que las consultas
de médicos y barberos;
que allá se den los letrados
con decisiones y testos. Vanse don Juan de PADILLA y MARTÍN
ENRIQUE:
Justamente quedas triste.
JUAN:
Encarecerte no puedo
la tristeza y la razón
que de estar quejoso tengo.
ENRIQUE:
Sospecho que mira bien
el rey este hombre, y sospecho
que se ha cansado de ti.
JUAN:
¿Con tan poco fundamento
quieres que pierda su gracia?
ENRIQUE:
¡Ah don Juan! si eres discreto,
¿de la inconstancia del mundo
para qué buscar ejemplos?
Cayóle en gracia a su alteza
don Juan, así en los torneos
y las justas de Galicia,
que cierto es gran caballero,
como en ver que en la sortija,
donde tan ricos salieron
tantos títulos y grandes,
él con aquel escudero
de buen humor, que le sirve,
y dos coseletes viejos
salió, y dio al rey esta letra
(mirad qué extraño conceto).