Yo estoy del rey en desgracia,
así el casarme sintió,
y al paso que caigo yo
sube Padilla a su gracia;
caballero de la Banda
le ha hecho y la trae al pecho,
de su cámara le ha hecho,
ya le acompañan, ya manda;
cuanto me quitó le ha dado,
y que lo merece os digo,
que hablar bien del enemigo
es honra del agraviado.
Quien tiene por valentía
hablar mal del que está ausente,
sepa que quien lo oye siente
que es infamia y cobardía.
Yo, cuyas dichas están
sin estimación alguna,
pienso mudar de fortuna
diciendo bien de don Juan;
sin esto ¿qué no ha de hacer
por mí, si me ve casado,
pues le dejo asegurado
de que es Beatriz su mujer?
Y como mi inclinación
a tus partes es notable,
no te espantes de que te hable
sin celos, pues no lo son,
que ya no hay de que lo esté,
pues Beatriz se ha de casar.