¿En mi presencia, traidor,
con el villano pincel
de tu lengua falsa pintas
por sol lo que sombra fue?
¿La libertad, necio, rindes
a hermosuras de alquiler,
que se venden por las tiendas,
y disfraza el interés?
¿Sol llamas rostros de corte
que aun no merecen traer
pasas del sol, pues las pasas
de lejía andan en él?
¿Agora niegas, mudable,
deudas de amor, porque ves
que no hay testigos de vista,
por ser ciego el mismo juez?
Trece años ha que eres mío;
las voces me han de valer,
pues la razón no me vale.
¡Señores! ¡Aquí del rey!
Que me roban en poblado
un corazón que gané
en trece años de servicio.
¿No hay Dios? ¿No hay justicia y ley?
¡Aquí de amor! Que ha venido
a robarme una mujer
una alma que me ha costado
otra alma que le entregué.
RAMIRO:
¿Qué alboroto es éste, Sancha?
Vuelve en ti.
SANCHA:
Pues vuelvemé
a ti mismo; que sin ti
mal en mí podré volver.