(Dos contrarios movimientos
de un mismo cuerpo en la nave
se hallan no ser violentos,
y el amor hacerlos sabe
del cuerpo y los pensamientos.
Yo salía del terrero,
y [el] pensamiento volvía;
y como yo considero
que él tiene razón, querría
volverme aquí todo entero.)
DIONÍS:
(Éste es don Ramiro; él fue
falso a mi fiel esperanza;
yo llego y me vengaré;
mas de mí pido venganza
que el secreto le fié.)
RAMIRO:
(Yo llego al balcón y sigo
mi dichosa voluntad.)
Mas...¿quién es?
DIONÍS:
Vuestro enemigo,
porque en la prosperidad
nadie ha menester amigo.
RAMIRO:
Es prosperidad pequeña
la mía, y me desengaña
que es la fortuna que sueña
y la próspera me engaña,
pero la adversa me enseña.
Decid quién sois.
DIONÍS:
Bien pudiera
decir quién soy y también
mis padres, si yo quisiera.
RAMIRO:
(Yo no tengo tanto bien.
¡Quién sus padres conociera!)