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Bellezas de la granja

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Bellezas de la granja: A una fuente
de Eduardo Asquerino
Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.

A UNA FUENTE.

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Ved sus soberbios caudales:
Como plateadas centellas
Los impetuosos raudales
En guirnaldas de cristales
Van á bordar las estrellas.


O brotando confundidos
Entre lirios y abedules,
Van por las auras mecidos,
Arcos de perlas perdidos
En los espacios azules.


Y apenas á orlar se atreve
Con su planta el firmamento
Menudos diamantes llueve,
Con sus penachos de nieve
Engalanándose el viento.


Ya su raudal espumante
La luz del sol centellante
Baña en coral y topacios,
Queriendo atar los espacios
Con sus cmtas de diamante.

Y matizando las flores
Caen sus gotas, que al verterlas
Tornasolan los albores:
Pintando íris de colores
En la lluvia de sus perlas.


Ya inquieta rielando mueve
En caprichosos reflejos
Sus blondas de gasa leve,
O ya con rizada nieve
Orla quebrados espejos.


Ya coronas argentinas
Dibujan sus manantiales,
Cóncavos caen sus cristales:
Sobre gayas clavellinas
Tornasolados fanales.


Ya sus hilos enlazando
Los teje en trenza rizada;
Ya su corriente quebrada
Quejosa va murmurando
En sonorosa cascada.


O ya con nudos de perlas
Redes tiende al firmamento,
Y el viento ayuda á tejerlas,
Y luego por no romperlas
Se queda parado el viento.


Y á las luces matinales
Entre albores de corales
Por el espacio, esplendentes,
Van sus rizados cristales
En enroscadas serpientes.


Ya giran veloz surcando
Cual cisne de nívea pluma,
Columpios del aire blando
Los espacios argentando
Globos de rizada espuma.


Ya ensortija entre crespones
Su melena vagarosa:
Ya de sus mismos florones
En soberbios borbotones
Va murmurando envidiosa.


Ya en riscos abrillantados
Nublando la luz dia
Se elevan, ó caen lanzados
Del cielo en aljofarados
Diluvios de argentería.


Mas ¡ay! que presto agotando
Tus tesoros transparentes,
Breves gotas destilando,
Por sus perdidas corrientes
Te quejas como llorando!


Como el viento, de pasada,
Nada tu huella perdida
Deja en la esfera azulada;
La corriente de la vida
¡Qué deja en el mundo? Nada!


Que así cual rápidamente
Se eleva, cae tu torrente,
Y de la vida trasunto
Vas á gozar solamente
De vida en el aire un punto.


Viendo esa fuente serena
Pensó olvidar sus enojos
El alma de angustias llena:
Del manantial de su pena
Fuente les sobra á mis ojos.


Y adios: que en celos ardiendo
El volcan que el alma abrasa
En vano apagar pretendo:
Tambien mi vida se pasa
Como tus ondas: gimiendo!