Carta de Carlos Ibáñez del Campo a Arturo Alessandri Palma (30 de septiembre de 1925)

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Carta de Carlos Ibáñez del Campo a Arturo Alessandri Palma (30 de septiembre de 1925)

Excmo. Señor

Don Arturo Alessandri

Moneda

Ha reconocido V.E. incompatibilidad entre mi cargo de Ministro de Guerra y mi calidad de candidato a la Presidencia de la República, y por ello exige mi renuncia.

No fundándose dicha incompatibilidad en preceptos constitucionales ni legales, ella no puede ni podrá fundarse jamás en reparos de índole moral, por cuanto mi tradición de hombre honrado y la pureza cívica con que he creído revestir todos mis actos, me capacitan para mantener simultáneamente, en plena paz con mi conciencia, mi condición de Ministro en la cartera de Guerra y de candidato, por mas que esta dualidad no tenga cabida en las mentalidades propias del profesionalismo político.

Con todo, siempre hubiera sido grato para mí complacer a S.E. Pero hay razones superiores que me lo impiden: sobre mi calidad de Jefe de la Revolución recayó el cargo de Ministro de Guerra con que me invistieron mis mandantes, para que desde él luchara por salvar nuestro programa contra los recios vientos que lo han amenazado y siguen amenazándolo; para que realizara la regeneración que el país espera y que no ha podido lograrse por falta de una colaboración debida. Finalmente, subraya este mandato la necesidad de que responda personalmente desde mi puesto de Ministro de la cohesión y disciplina del ejército y del mantenimiento del orden frente al caos político en que nos encontramos y que tiene amenazada la paz social por obra de esta “política gangrenada” de que habla nuestro manifiesto del 11 de Septiembre, y que continua reinando a pesar de mi incansable esfuerzo por abolirla; esa misma política de la cual es prueba elocuente la tendenciosa información que aparece en esta misma edición sobre lo ocurrido en el Consejo de Gabinete de ayer, como lo demuestra la carta en que doy a conocer las verdaderas razones de la salida del señor Jaramillo del ministerio del interior.

Por las razones expuestas, debo expresar a V.E. que no abandonaré por ahora el puesto ante la necesidad de defender el orden público, la unidad de las filas y la pureza de la revolución, para poder así cumplir hasta el fin el programa que tiene comprometido el honor de las fuerzas armadas.

Tengo el gusto de repetirme a las órdenes de V.E. como afectísimo y S.S.

Carlos Ibáñez

Ministro de Guerra

Santiago, 30 de Septiembre de 1925

P.D. En vista de la situación producida y de ser el infrascrito el único Ministro en ejercicio, me permito rogar a S.E., en nombre de la patria y de la paz social, que, careciendo de valor, según los preceptos de la antigua y nueva Constitución, todo comunicado sin la firma del Ministro respectivo, se sirve no dirigirse a ninguna autoridad u organismo nacional o particular, sin el requisito de mi firma, como único, Ministro en funciones. Vale.