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Compendio de la filosofía: 53

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Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.

CAPÍTULO VI.

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De la Indignacion.


Hay una cierta disposicion de ánimo, que los Griegos llamaron .......[1], y nosotros la llamarémos indignacion, y es aquella por la que el hombre se altera, quando ve que se honran y ensalzan los que no lo merecen. Y esta mas presto es perturbacion y pasion, que virtud; porque ninguno se indigna por haber contraido hábito de indignarse, sino solamente por su disposicion natural; y la virtud es un hábito, como ya hemos dicho en muchos lugares. Por esto hizo bien Aristóteles en poner en su Retórica el indignarse entre los afectos. Y aunque la indignacion no sea virtud, es sin embargo indicio de virtud, porque el que así se indigna da á entender que conoce que no conviene honrar ni ensalzar el vicio, y desagradándole el ensalzamiento de los viciosos, manifiesta que ama la justicia y la virtud. Esta es la causa por que los doctos y los virtuosos, y los que tienen un ánimo grande y noble, se suelen indignar fácilmente; y por el contrario, los viles y de ruin ánimo no suelen ser desdeñosos; contribuyendo tambien mucho para semejante indignacion la opinion que uno tiene del propio mérito; por lo que sufre mal que goce un indigno aquella fortuna que á él le corresponde; y una opinion como esta es propia del magnánimo, y no de los viles y ruines.

Aunque el que así se indigna merezca alabanza en quanto ama la virtud; mas la mereceria sin embargo en mi juicio, si supiese amarla sin indignacion; lo que sin duda haria, si aprendiese de la virtud misma quan poco aprecio se deba hacer de las dignidades y de los honores, y de los otros bienes de fortuna; porque si él los estimase en poco, no le daria tanto sentimiento que los hubiesen y gozasen los malos, é indignos, como quasi siempre sucede; pero da á entender que los estima demasiado el que los mira con tanta pasion, y hace como los Estoicos, los quales despreciaban la salud, las riquezas y los honores, no teniéndolos por bienes; pero en tanto querian que ninguno los poseyese sino el virtuoso, con lo que daban á entender que los estimaban.

Á la indignacion se opone una disposicion de ánimo, á la qual no sabria yo que nombre darle; mas llámese como se quiera, consiste en no sentir el hombre disgusto alguno de ver exaltado el vicio, y oprimida la virtud. Mas una disposicion semejante está muy cerca de la malicia; porque á quien no le disgusta el ver oprimida la virtud, con facilidad se dexará inducir á oprimirla; ni cuidará mucho de ser virtuoso; y por consiguiente está muy próximo á ser malvado el que no se indigna jamas.


  1. Palabra griega.

Dedicatoria - Advertencia de la traductora - La Filosofía Moral según la opinión de los peripatéticos
PARTE PRIMERA - De la felicidad: I - II - III - IV - V - VI - VII - VIII - IX
PARTE 2º - De la virtud moral en general: I - II - III - IV - V - VI - VII - VIII - IX - X - XI - XII
PARTE 3º - De las virtudes morales en particular: I - II - III - IV - V - VI - VII - VIII - IX - X - XI - XII - XIII - XIV - XV
PARTE 4º - De las virtudes intelectuales: I - II - III - IV - V - VI - VII - VIII
PARTE 5º - De algunas cualidades del ánimo, que no son vicios ni virtudes.: I - II - III - IV - V - VI - VII - VIII - IX - X - XI: (- - - ) - XII: (- - - - ) - XIII: (- - - - - ) - XIV - XV - XVI - XVII - XVIII