Corrida propiciatoria de los patagones

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​El Museo universal​ (1869)
Corrida propiciatoria de los patagones
 de B.
CORRIDA PROPICIATORIA DE LOS PATAGONES
EN DERREDOR DE LOS ANIMALES DOMÉSTICOS.


Los marineros que acompañaron á Magallanes dieron el nombre de Patagones á los salvages que ocupan la parte sur del Sur de América, desde las fronteras de las colonias españolas hasta el estrecho que tomó el nombre de aquel famoso navegante. La razón de haberlos llamado asi fue su elevada estatura, y el llevar una especie de alpargates ó calzado extraño de piel de guanaco que les hace aparecer los piés como patas de ganso. Esta piel les cubre la pierna basta la rodilla para defenderse de las espinas de algunas plantas que abundan en su suelo. Es muy natural que hombres de seis á siete piés de altura , envueltos en pieles, con una lanza que sobrepasa diez piés de sus cabezas y dibujados en una gran llanura sobre el límpido horizonte, pareciesen como parecieron a los españoles, que por primera vez los veian, que aquella tierra era una nueva Arapha ó nueva Geth, poblada de gigantes.

La mayor parte del tiempo lo ocupa el Patagón en la caza y en los momentos de ocio atiende al cuidado de su caballo, a reparar las averías de sus lanzas ó chuzos y remendar su vestuario. No construye casas, ni permanece mucho tiempo en un lugar. Lo estéril del suelo le obliga a ser errante. Una tienda hecha de cañas v cubierta con pieles de guanaco constituye su domicilio.

El grabado que ofrecemos, representa la fiesta que celebran en Otoño, en honor del dios Huancuvu, gobernador de los espíritus maléficos. Los patagones se adornan con lo mejor que tienen y se reúnen en tribus con sus respectivos caciques a la cabeza. El ganado se reúne también en masa, formando los indios en derredor un doble círculo que marcha sin cesar en dirección contraria, para que ninguno de los animales se escape. Entonces invocan a Huancuvu , y vierten gota a gota leche fermentada que les llevan las mujeres, sin dejar de continuar sus vueltas tres ó cuatro veces que es el alma de la ceremonia para que el Dios les preserve de todas las enfermedades.

B.