Diálogos familiares/Diálogo cuarto
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DIALOGO QVARTO.
Entre tres Caualleros: llamados Don Iuan, Don Pedro, y Don Alonso.
D. I. Las de voace señor Don Pedro.
D. P. Veso las de vuste mi señor Don Juan, a donde tan demañana?
D. I. A casa de Don Alonso.
D. P. Yo tambien voy alla huelgo me de hauer encontrado a v. m. para que vamos juntos.
D. I. Yo apostare que venimos los dos a una mesma cosa.
D. P. Yo voy a ver a su suegro que ha venido de Portugal.
D. I. Yo a lo mesmo, no se si estara leuantado?
D. P. Dudolo segun es pereoso. Entre v. m.
D. I. No me lo mande v. m.
D. P. Suplicar se lo he.
D. I. En todo obedecere a v. m. sino en eso. Pase.
D. P. No lo hare aunque nos anochezca aqui.
D. I. Entremos que la puerta es arto ancha para los dos.
D. P. No me tire tan recio que me hara abortar, aunque el aborto no sera tan bueno como el de vna cabra.
D. A. Que milagro es este? los dos juntos, y tan demañana?
D. I. Cuerpo de tal con v. m. demañana le parece a las diez?
D. A. Mi criado me ha dicho que no eran sino las ocho.
D. P. Qual el Capellan: tal el sacristan. Su criado
saue que v. m. es amigo de leuantarse tarde, y asi habla a sabor de su paladar.
D. I. Como viene su suegro?
D. A. Bueno a seruicio de v. m. ayer tarde se fue al cortijo a veer los peones.
D. P. Nuestra venida ha sido en valde?
D. A. Porque ?
D. P. Porque le veniamos a veer.
D. A. Segun eso no corre por mi la obligacion de de esta visita?
D. I. No huuiera venido oy sino fuera por esta ocasio, y pues la he perdido quiero que v. m. me la agradezca, y que corra por su cuenta.
D. P. Y yo tambien.
D. A. Si hare si quieren que vamos a pasear nos al jardin, donde almorcaremos; si vs. ms. me la quieren hazer.
D. I. Que nos dara?
D. A. De vn pernil de tocino cocido en vino blanco de Yepes, y de vn salchicho de mil.
D. P. Quiero el envite.
D. I. Yo tambien.
D. A. Vamos.
D. I. Si el señor Don Pedro comiena a escudriñar lo que ay en su aposento, no lo sacaran de aqui con tenaas.
D. P. No sino como v. m. que no mira sino a las damas.
D. I. La curiosidad no es buena: en casa agena: pero Agrauio haze a la dama: el que no le mira la cara: Por estos dos proueruios: miro lo vno, y no quiero veer lo otro.
D. P. Tan grande agrauio haze al dueño de vna casa el que no mira su ajuar quando es bueno,
como el que no mira la cara de la hermosa dama.
Señor Don Alonso de quien es este retrato?
D. A. De la mayor ramera de España.
D. I. Cuerpo de tal con v. m. estas imagines tiene a su cauecera.
D. P. El señor D). Alonso me ha engañado, que lo tenia por mas deuoto.
D. A. Mas quisiera que v. m. me tubiera por el mayor rufian del mundo, porque como dize el refran, El galan deuoto es bobo, y el rufian galan.
D. I. Yo conozco muchos caualleros que no lo son, sino por este priuilegio de hauer engañado, y des honrrado a muchas simples y ignorantes doncellas, casadas, y viudas.
D. P. Ese es vn preuilegio rodado, por el qual se les deue el titulo de caualleros con tanta raon, como a los que se allaron en Elepanto, o en el cerco de Ambers, mostrando su valor, y vañado su espada, con mil muertes de los enemigos: pero muchos ay, que con solo el deseo que tienen de engañar a mil mugeres si pudiessen, se estiman por Caualleros, porque el deseo: se reputa por hecho.
D. A. Esto me parece como hacen muches Caualleros Fraceses (o que dizen serlo) que blasonau, y se glorian muchas veces de hauer dormido c una muger sin jamas le hauer llegado a vn pelo de la ropa.
D. I. Que llama v. m. llegado al pelo de la ropa? El tiempo que estuue en Francia esprimente vna cosa, que no la huuiera creydo si me la huuieran dicho, y fue que vn Cauallero llego a vna conuersacion donde estaban otros tres, y de unas palabras en otras vino acontar como la noche pasada hauia dormido con vna dama, que nombro.
D. A. Eso fue mal hecho: los Españoles tenemos esto bueno, que avnque hazemos mal, alomenos no des honrramos a las damas, que es vna vilea indigna de hombres, no solo que profesan ciuilidad, pero de rusticos villanos. Prosiga v. m. si se sirue.
D. I. Los dos de los tres que escuchaban se comenaron a reyr: el Cauallero corrido pregunto la causa, y sauido que era, porque el tercero dellos les hauia dicho poco antes lo mesmo: dixo que se hauia equiuocado, y que por dezir antes de ayer hauia dicho ayer. Esto causo otra mayor risa, porque vno de los dos hauia dicho, que el hauia estado con ella la mesma noche: finalmente disputando, y mintido cada vno lo mas que podia: al ruydo llego otro Cauallero que conocia muy bien a la dama, y hizo sauer a todos, que hauia mas de vn mes que estaua fuera de la corte, y cincuenta leguas de alli: al fin se verifico, que solo este Cauallero la conocia, y que era vna de las damas mas hermosas, y honrradas de toda la corte, y que aquellos quatro Caualleros, no la conocian, sino de huydas, y lo queria ser por esto, como poco ha dixe, de los que lo quieren ser solo por el deseo, que de engañar alas mugeres tienen.
D. P. No les aconsejo vengan a España a dezir mal de las damas della, que les ira mal, y se allaran burlados, porque las Españolas no sufren cosquillas, y si hazen del ojo a vno de sus mata siete, Los enbiaran a cenar, con jesu Christo.
D. A. Diziendo, y haziendo, como la hornera al jarro, vamos a almorar, que el almuero esta junto a la fuente, sienten se vs. ms. si son siruidos.
D. I. Eso no hare yo para almorar.
D. P. Ni yo tan poco. Esta es buena hiesca para despertar la sed.
D. A. La redoma esta en la fuente, remedio aprouado para ella.
D. I. No es malo el vino.
D. P.
D. A.
D. I.
Vino sin agua, para la mañana.
Vs. ms. no comen?
No porque estamos artos.
D. P. Vasta para oy.
D. A. Veban otra vez, porque a bien comer, o mal comer: tres vezes se ha de veuer.
D. I.
Buenos frutales ay en este huerto.D. A.
De todo, como pan de poya.D. P.
Esta parra es moscatel?
D. A. No es sino morate.
D. I. A la moa, y a la parra: ala le el alda. No la han podado este año.
D. A. Ni me tiro, ni me pago. Mi suegro es el tu autem.
D. P. Que bien parecen estos en cañiados llenos de arrayanes, si yo tuuiesse en mi jardin tan buenas, y es paciosas calles, me exercitaria en ellas a correr la sortija.
D. A. No lo quiere permitir mi suegro, porque dize que le rompen los pinpollos.
D. P. De que es este injerto.
D. A. De camuesas.
D. I.
Tiene pezes este estanque?
D. A. Si tiene. Muchas carpas, y algunos varbos.
D. P. De todos los pescados de agua dulce, el mejor a mi gusto es la trucha.
D. I. Nenguno me agrada mas que la enguila, si es pequeña.
D. A. No son malas las lampreas.
D. P. No les deuen nada las sabogas.
D. I. El Mayorazgo del Conde de Sastago murio con la espina de vna.
D. P. Que lindos claueles, quiero hazer vn ramillete con licencia del señor D. Alonso.
D. A. V. m. la tiene para disponer de todo a su gusto. Quiero ayudar le a coger las flores.
D. P. No querria que v. m. me hiziesse esa merced, porque para quien es. lo estimara en mas, si saue que yo las he cogido.
D. A. Sea como v. m. mandare.
D. I. La flema es buena: tome acabe, esta rosa, y este clauel encarnado. Ponga destas violas blancas, amarillas, y moradas.
D. P. V. m. señor Don Iuan, tiene espiritu de contradicion.
D. I. No sino estemonos aqui todo el dia. Vamonos.
D. P. Entremos a veer la caualleria del señor Don Alonso.
D. A. No veran tantos ni tan buenos cauallos, como en las de vs. ms.
D. I. Ayer compre vn morcillo, que me costo seys cientos ducados. No es malo este alaan.
D. P. Alaan tostado: antes muerto que cansado.
Quiere lo v. m. trocar por mi Ouero?
D. A. Si v. m. se quiere seruir del puede: mas trocarlo no.
D. P. Veso las de v. m. por la que me haze.
D. I. Bueno es este potro: que edad tiene?
D. A. Dos años. Que le parece a v. m. de este rucio rodado?
D. I. Bien, pero mas me agrada este vayo. Ha visto v. m. mi acanea?
D. A. Si señor: de quien la compro v. m.?
D. I.Troquela por mi yegua.
D. A. Quanto le tornaron encima?
D. I. Cinquenta ducados. Este cauallo blanco cabos negros es el mejor que v. m. tiene, dedde ha comprado este frison.
D. A. Mil años ha que le tengo: el Conde de Miranda me le dio.
D. P.
Donde esta su cauallerio?
D. A. Iugando, si viene amano.
D. P. Afe de quien soy, que es muy curioso: no cosidera v. m. con que orden tiene las guarniciones de los cauallos. Esta silla ginetano esta bien hecha, porque el aron trasero es muy alto.
D. A. Que le parece a v. m. de esta ?
D. P. Que es al vso. Quantos moos de cauallos tiene.
D. A. Nenguno bueno, y quatro que no valen nada.
D. P. Pues nos ha enseñado su caualleriga, muestre nos su recamara.
D. A. No veran en ella cosa que valga.
D. I. Dexemos lo para otra vez, que es tarde, porque si el señor Don Pedro entra vna vez no lo sacaram de alli a rempujones.
D. P. Vamos que al punto saldremos.
D. I. V. m. es estremado en todo señor Don Alonso, que de armas, parece que estamos en un Almacen. No nota v. m. la cantidad de mosquetes, arcabuces, es copetas, pistoletes, y pistolas.
D. P. Estas lanas son bonisimas para toros. Los garrochones no son malos si fueran mas largos.
Iesus, que de chuos.
D. A. No tengo tantos que el otro dia no se me fuessen dos hermossisimos jaualies: por no tener quatro mas.
D. I. Si v. m. huuiera embiado a mi casa allara en ella los necesarios, y si hauia menester algunos venablos tambien.
D. A. Veso las manos de v. m. por la merced: las alabardas suplen la falta, particular mente quando voy a caa de osos.
D. P. Esa es una caa que aborrezco mucho, la de la orra me agrada mas que nenguna otra.
D. I. No es mala la de venados. Ayer fuy a caar con mi vron. Don Albaro me dixo el otro dia hauia muerto tres liebres tan grandes, como tres nouillos.
D. P. Por mentir: no se paga alcauala: que si se pagasse, no tenia ese cauallero renta para pagar las que hecha en vn año. A mi me dixo antes de aver que hauia caado en una noche cincueta perdizes a la laterna, y si huuiesse de contar las mentiras que cada dia me dize, seria nunca acabar: pero como antes alcanan al mentiroso, que al cojo. Le cogi ayer en vna tal, que por respecto del parentesco la callo. Lo mejor dexauamos por veer, que son estas vallestas, y arcos, de donde son estos alfanjes?
D. A. De Damasco.
D. I. Tarea tenemos para vn mes. Queda se v. m. señor Don Pedro?
D. P. Aguarde veremos estas espadas, poluora, y perdigones. Solo le falta al señor Dou Alonso vna muger.
D. A.
Todo me sobra, no la teniendo.
[aguarde.D. I. Platica han comenado, que el diablo la Suplico a vs. ms me la agan en quedarse a hazer penitencia.
[Don Pedro.
D. A.
D. I. Arta haze quien aguarda a la flema del señor
D. P. Y mucha mas quien sufre la colera de v. m. No puedo receuir la, del señor Don Alonso.
D. I. Ni yo tan poco.
D. P. Quando nos veremos?
D. A. Quando v. m. fuere seruido: si quiere despues de comer.
D. P. Sea asi porque querria que viesse dos quadros, que sin falta le agradaran.
D. I. Dexenos ir señor Don Alonso.
D. A. Mucha merced receuiria que no lo hiziessen.
D. P. Digale a su suegro que le veso las manos, y que el señor Don Juan, y yo he mos venido a vesar se las.
D. A. Hare lo que vs. ms. me manda, y le dire la que le han hecho, y de la que he receuido de recudida, me esquitare.
D. P. Si pasa por casa de doña Maria, no dexe de hablar le, y toque le en aquel negocio.
D. A. Yo me tengo buen cuydado.
D. I. Ay mas que encomendar?
D. A. V. m. tiene enbidia de la que el señor Don Pedro me haze.
D. P. Diga, que de Dios dixeron.
D. I. Vamos de aqui.
D. P. Vamos. Hasta que ora aguardare a v. m.
D. A. Hasta las tres.
D. P. Si no viene a las tres me ire a donde saue: al juego de pelota, o a casa del tablagero.
D. I. Y si no, de vn real a un pregonero, que lo pregone.
D. P. Aguarde.
D. I. El diablo, que lo espere.
D. P. A Dios, que se va enojado.
D. A. A Dios.
Fin del Dialogo quarto.