Discurso de la Diputada Beatriz Paredes Rangel de la fracción parlamentaria del Partido Revolucionario Institucional PRI respecto al Informe del Sismo de 1985

De Wikisource, la biblioteca libre.

El C. Presidente: - En uso de la palabra la C. diputada Beatriz Paredes.

La C. Beatriz Paredes Rangel: - Con su permiso, señor presidente; honorable asamblea. Nunca como en esta ocasión me ha demandado la conciencia reclamar el uso de la palabra. Y ello, porque respeto profundamente la expresión.Palabras en minutos más o en minutos menos, finalmente tenemos la obligación de escuchar, analizar y proponer sobre los problemas nacionales, y, particularmente, en tratándose de esta dolorosísima tragedia, de esta gravísima conmoción debemos asignar el tiempo que sea necesario.

Ojalá el pueblo de México estime que el tiempo que la Cámara de Diputados destina a debatir y a fijar su posición, en torno a cuestiones vitales no es estéril.

La tragedia que sacudió a la ciudad de México y a diversas regiones del país, como todos los dramas que tocan fondo en la naturaleza humana, ha proyectado vicios y deficiencias, capacidades y alcances, reciedumbre y capacidad de vivir.

En un rápido recuento siempre insuficiente, porque la aptitud de heroísmo de la ciudadanía

del Distrito Federal, es lo que subyace, podemos reconocerlo no con un afán de lisonja, sino como la expresión más sincera del reconocimiento de esta representación la capacidad de solidaridad del pueblo de México. Capacidad de solidaridad que tenemos que exaltar porque finalmente es el pueblo que nutre a todas las opciones políticas, porque es precisamente este pueblo el que se volcó a las calles, como bien señalaba mi compañera, la diputada Mendoza, donándose a sí mismo para sumarse a quienes están en dolorosa desgracia.

También en un rápido recuento debemos reconocer que este colapso que esta circunstancia violenta y agresora de la naturaleza se dio en un país que tiene estructura. ¿Qué diferencia, compañeros diputados, y por desgracia quienes se unen en el dolor tiene que hablar con toda franqueza de la respuesta que han podido dar otros en vías de desarrollo, como el nuestro, en circunstancias semejantes? No es nuestro país un país que haya quedado paralizado en función de esta desgracia. En una sociedad conmovida y que se preocupa, pero que tiene estructura y posibilidades de encontrar en el marco de la difícil situación opciones viables, opciones viables en el corto plazo y opciones viables en el mediano plazo.

En ese sentido, no pretende mi intervención enjuiciar o alabar las tareas de la autoridades. El gobierno de la República al atender una situación como la que hemos vivido los mexicanos está cumpliendo con su obligación. En el cumplimiento de su obligación refleja posibilidades, capacidades, pero también desde luego esta circunstancia nos debe hacer pensar sobre vicios y deficiencias.

Esta circunstancia nos llama a todos a reflexionar sobre el porvenir de nuestro país y particularmente de un esquema centralista, que ha sido cuestionado no sólo en términos políticos, que ha sido cuestionado no sólo por la historia de México, sino también que nos lleva a que tragedias de esa magnitud tengan todavía un mayor peso, un mayor impacto.

Pero también, compañeros diputados, esta desgracia nos debe llevar a pasar revista sobre la realidad de la Cámara de Diputados y sobre las potencilidades del Poder Legislativo. Y a eso específicamente quiero referirme.

Después del primer holocuasto que sucedió en la ciudad de México y en las zonas del país que fueron afectadas, la Cámara de Diputados tuvo una actitud que para mi en lo personal como creyente del sistema civil de la división de poderes, de la posibilidad participativa, resultó muy alentadora.

En acuerdo de todas las fracciones parlamentarias, esta Cámara de Diputados sesionó, se manifestó por voz del presidente de la Cámara y comprometió la presencia y la solidaridad y la correspondencia responsable de todos sus integrantes.

En ese momento pensé: hemos logrado trascender un trastocamiento de la reforma política. Esta es una Cámara de Diputados, no se nos olvide que por encima de la fracciones parlamentarias tenemos la enorme responsabilidad de ser depositarios de la confianza popular, no se nos olvide que independientemente de cómo sopese nuestra fracción parlamentaria una u otra iniciativa de ley, tenemos la responsabilidad como diputados de la nación, de escuchar con atención y de tomar las expresiones válidas, cualquiera que fuere el origen de la votación emitida para que aquí estuviera un diputado más de la nación; no se nos olvide que por encima de prurito reglamentario existe la necesidad de que los diputados se expresen y en ese sentido, compañeros, la sesión de hoy me llevó a preguntarme, realmente los 400 que estamos aquí reunidos y permítanme abusar de su paciencia, expresando en voz alta lo que es una angustia profunda, ¿estamos cumpliendo como diputados?, hemos podido trascender sesiones que muchas veces, es cierto son largas, discursos que en muchas ocasiones consideramos agresivos o en otros insultos, para tomar de cada una de las intervenciones la substancia, hemos podido superar la visión fragmentada de la realidad para cumplir con lo que la Constitución señala al Poder Legislativo, y si no lo hemos hecho ni siquiera una tragedia de la magnitud que está sacudiendo a la nación, nos puede hacer un llamado de atención para que la Cámara de Diputados asuma como así se planteaba en la sesión anterior a esta, una actitud digna, una actitud de solidaridad, una actitud de entrega y de auténtica representatividad popular, desde luego que no es válido que nadie haga proselitismo con una desgracia o con una tragedia.

Es necesario por contra, que todas las organizaciones aquí representadas y que tienen el privilegio de tener representantes ante esta conciencia nacional que es la Cámara, lancen la consigna de realizar activamente la solidaridad, el pueblo de México nos ha dado una lección de la organización de la sociedad civil. Quien no reconoce la fuerza de la sociedad civil mexicana, lo que pasa es que no comprende la naturaleza profunda de nuestra entraña nacional. Pero a esta fuerza intrínseca, a esta capacidad orgánica de la familia extensa de comunicarse solidaridad y debe corresponder una actitud de altura de miras de las organizaciones políticas no se centra exclusivamente en el enjuiciamiento o en el señalamiento de deficiencias y vicios que a todos nos golpean más que ningún momento ahora; se centra en la capacidad de movilización, de colaboración, de solidaridad, de apertura de hogares, de todo un sinnúmero de cosas que las organizaciones políticas pueden hacer en su calidad de conciencia orgánica de las masas.

En este sentido, compañeros, la Cámara de Diputados tiene un sinnúmero de perspectivas de colaboración, independientemente del trabajo que en condiciones expeditas, urgentes realizó la comisión específicamente designada para ello, todos los diputados en su calidad de representantes de organizaciones tiene posibilidades de sumarse a un esfuerzo colectivo. Pero la Cámara como tal puede apoyar los trabajos de la comisión específica con una serie de tareas concretas que yo anoto por considerarlas necesarias y porque creo reflejan el centro de la diputación mayoritaria.

En primer lugar, nosotros estimamos es indispensable pensar en el mediato plazo. Además de la gravedad de la situación, de las medidas urgentes, de la emoción personal que deben poner todas las autoridades como lo han puesto en atender el sinnúmero de víctimas, es indispensable que revisemos la política de vivienda en este país.

Y para los específicamente afectados creo es oportuno que la comisión respectiva, en coordinación con la Comisión de Programación y Presupuesto, haga las consultas necesarias en cuanto al presupuesto asignado a estos rubros.

Por otra parte, creo que también es necesario declaremos públicamente que enriquecerse en función de una tragedia de esa envergadura no sólo es falta de conciencia, sino es irresponsabilidad total, y en ese sentido es válido demandar el estricto cumplimiento de la legislación para que no surjan especuladores que en función de la desgracia alteren precios y oculten productos necesarios para satisfacer a la población.

Amigos y compañeros diputados: Sin lugar a dudas ningún mensaje, ninguna expresión puede reflejar con cabalidad el doloroso trauma que ha sufrido la ciudad de México, pero por encima de ese trauma la fortaleza, la vitalidad, la capacidad de sobreviviencia del pueblo mexicano los han iluminado en estos días y tengo la certeza nos seguirá iluminando. Muchas gracias.[1]

Referencias[editar]

  1. Legislatura LIII - Año I - Período Ordinario - Fecha 19850924 - Número de Diario 23 (L53A1P1oN023F19850924.xml)Núm. Diario:23 ENCABEZADO DIARIO DE LOS DEBATES DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS "LIII" LEGISLATURA Registrado como artículo de 2a. clase en la Administración Local de Correos, el 21 de septiembre de 1921 AÑO I México, D. F., martes 24 de septiembre de 1985 TOMO I. NÚM.. 23 SUMARIO