de acreditarme tendrá,
que á honrar la justa vendrá
de los guerreros la flor.
PACHECO:
A todos vencer prometo
sI una esperanza me dais.
ELVIRA:
Mucho, marqués, blasonais;
nunca fue vano el discreto.
PACHECO:
Perdonadme esta jactancia
que quien os llegara á ver,
entre anhelar y poder
no conoce la distancia.
A ver y no a combatir
vine, señora, al torneo,
que á mis lauros tal trofeo
no he menester añadir;
y cuando solo pensé
que aquí se alcanzaba gloria,
una mezquina victoria
a quien le falte dejé.
Mas hora que al vencedor
tan grato premio se ofrece,
Lo que el valor no apetece
Lo anhela ansioso el amor.
De vuestras miradas centro
Prometedme que seré,
Yo os juro que venceré
En uno y en otro encuentro ;
Pues con tan dulce esperanza,
Al son de guerrera trompa
No habrá peto que no rompa
Con rudo golpe mi lanza
ELVIRA:
Digno sois de galardón;
Mas que valgo poco entiendo,
Y á lanzadas no pretendo
Se gane mi corazón.
PACHECO:
Pues bien, á ganarlo aspiro
Hoy rendido á vuestros pies.
(Se arrodilla.)
ELVIRA:
¿ Qué hacéis?... Alzaos, marqués,
Alzaos, o me retiro.
¡Gente viene!... ¡Santo Dios!»
¡Destúñiga!