(Hacen todos ademan de marchar; pero se detienen viendo venir á don Alvaro por el fondo con escolta.)
VIVERO:
Mas ¿no es él?
SANTILLANA:
Él es.
CASTRO:
Se acerca á este sitio.
VIVERO:
Le siguen los ballesteros.
PACHECO:
¿Cuál podrá ser su designio?
ESCENA XIII.
DICHOS. D.ALVARO. BALLESTEROS.
(Las ballesteros que acompañan á don Alvaro se quedan en el fondo. El condestable se adelanta despacio y con aspecto sombrío por entre los no- bles que atónitos le abren paso.)
ÁLVARO:
¿Qué es esto, pues, caballeros?
¿Qué os altera ?.... ¿Por qué miro
en vuestros ojos inquietos
tal turbacion?.... Suspendido
¿por qué las fiestas habeis?
¿Es miedo?.... ¿es furor ?.... Decidlo.
Decidlo vos, el de Castro,
que en tierra los ojos fijos,
cual si mirarme no osárais,
humilde estais y sumiso.
Decidlo, Plasencia, vos,
que con rostro enfurecido,
sacais del pecho al semblante
los deseos vengativos.
Y vos, marques, ¿no direis
por que ufano, envanecido,
ese aspecto vencedor
tomais ahora conmigo?