Don Álvaro de Luna: Acto 2 (Versión para imprimir)
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Autor: Antonio Gil y Zárate
Acto Segundo
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El teatro representa un magnífico salón con ventanas y puertas laterales. En el fondo hay tambien tres grandes puertas que, abriéndose, dejan ver el jardin.
Por fin, concluyóse ya
tan enojosa función:
¡fiestas cuando el corazón
lleno de ponzoña está!
¡Reir, fingir alegria,
y aqui dentro padecer!
No, nadie pudo creer
lo que el semblante mentía.
Do quiér con malignos ojos
yo los ví que me observaban,
cual gentes que no ignoraban
mis mal ocultos enojos;
y entre el fúnebre brillar
de la fingida sonrisa,
con maliciosa pesquisa
mis penas escudriñar.
Parecido á ningun otro
es este horrible tormento:
brasas era el asiento
do estaba como en un potro.
No puedo mas.... De esta pena
descansemos un instante.—
¡Cuán ufano y arrogante!
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¡Cómo triunfaba el malvado!
¿Y á Elvira le entregaré?—
No.... jamás consentiré....
¡Qué he de hacer, si lo he jurado!
ESCENA II
DON ALVARO. ELVIRA.
ELVIRA: | Héle allí....¡Cuán abatido! Padre.... |
ÁLVARO: | Hija mia, ¿tú aqui? |
ELVIRA: | Cuando retirar os vi parecisteisme afligido. |
ÁLVARO: | Un poco.... si.... Pero al verte se ahuyentan todas mis penas: |
ELVIRA: | ¡ Dichosa yo, pues consigo vuestras penas mitigar! |
ÁLVARO: | ¡Ah! mi existencia maldigo. |
ELVIRA: | ¿Vos, señor, á quien el cielo de bienes sin fin colmó? |
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ÁLVARO: | Sí, la corona solo falta á mi grandeza |
ELVIRA: | Dejadlo. ¿A qué lo queréis si vuestra desdicha labra ? |
ÁLVARO: | ¿Quieres que mi pecho te abra? No lo puedo. |
ELVIRA: | ¡No podeis! |
ÁLVARO: | No, que á quien logra alcanzarlo. cual sujeto á un maleficio, |
ELVIRA: | ¿Y si os lo quitan? |
ÁLVARO: | ¿Qué dices? ¿Sabes que ya lo procuran? ¿Sabes?... ¡Ah! mal se figuran |
ELVIRA: | ¿ Qué oigo?... ¿Algun traidor sin ley: |
ÁLVARO: | Lo son cuantos me rodean. |
ELVIRA: | ¿Y vuestra ruina desean? |
ÁLVARO: | Sí. |
ELVIRA: | Mas el favor del rey.... |
ÁLVARO: | Y ¿qué es de un rey el favor ? Tan solo nube ligera, |
ELVIRA: | ¿Temeis perderlo? |
ÁLVARO: | Hija mia, ya lo he perdido. |
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ELVIRA: | ¡ Dios santo ¿morireis? |
ÁLVARO: | Calma tu espanto; mucho espero todavia. |
ELVIRA: | ¡ Ah! sálvese vuestra vida y piérdase lo demas. |
ÁLVARO: | Vida y poder salvarás si quieres. |
ELVIRA: | ¿Yo? |
ÁLVARO: | Hija querida tal vez á exigirte voy |
ELVIRA: | Por vos ninguno es costoso: dispuesta á todos estoy. |
ÁLVARO: | ¿ Conoces al de Villena? |
ELVIRA: | ¡Al de Villena, señor! |
ÁLVARO: | ¿ Qué tienes? |
ELVIRA: | No sé.... De horror siempre ese nombre me llena. |
ÁLVARO: | Lo sé.... y otro tiempo cara esa ambición le costara; |
ELVIRA: | ¡Cómo! |
ÁLVARO: | Galan, cortesano, de antiguo ilustre solar, |
ELVIRA: | Ya entiendo.... Tal vez la mia.... |
ÁLVARO: | Prometérsela debí. |
ELVIRA: | ¡Oh cielos! ¡triste de mí! |
ÁLVARO: | ¿ Acaso repugnaria ?... |
ELVIRA: | ¿ No os he dicho que me espanta ese hombre? |
ÁLVARO: | Mas en la corte su bizarria , su porte, |
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ELVIRA: | ¿Me he de casar sin amor? |
ÁLVARO: | En la muger bien nacida, si amor el pecho no anida, |
ELVIRA: | Bien, señor, me casaré; basta que os lo prometiera: |
ÁLVARO: | ¿Qué? |
ELVIRA: | Moriré. |
ÁLVARO: | ¡Tú morir! ¿Qué dices, necia? ¿Asi mi pecho quebrantas? |
ELVIRA: | ¿No dije que le daré mi mano? ¿Puedo hacer mas? |
ÁLVARO: | Y ¿ desdichada serás?. |
ELVIRA: | Eso, señor, ya lo sé. |
ÁLVARO: | Y ¿piensas lo consintiera? Hija de mi corazon, |
ELVIRA: | ¡Ah! no sabeis qué dolor me costará la obediencia. |
ÁLVARO: | Estraño tu resistencia....
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A no ser que ya otro amor....
¿Callas?....Elvira, ¿es verdad?
ELVIRA: | Señor.... |
ÁLVARO: | Todo lo comprendo. ¡Ah ! ¡ya en cólera me enciendo! |
ELVIRA: | No prosigais; que ofendido con tal sospecha me habéis: |
ÁLVARO: | Hija mia, no lo dudo; perdona si te ofendí: |
ELVIRA: | Digno, señor, de los dos es el que á mi ley se humilla: |
ÁLVARO: | Nómbrale por Dios.
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VIVERO: | Señor.... |
ÁLVARO: | ¡Qué necio importuno! ¡Y bien! ¿Qué quereis? |
VIVERO: | Que os diga dos palabras permitid. |
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ÁLVARO: | Importa? |
VIVERO: | Importa. Me envia el de Villena. |
ÁLVARO: | (Le lleva á un lado.) Hablad quedo. |
VIVERO: | Su palabra está cumplida. |
ÁLVARO: | ¿Ha hablado á su alteza ya? |
VIVERO: | En este instante. |
ÁLVARO: | ¿Y la lista? |
VIVERO: | Entregósela. |
ÁLVARO: | ¿Y qué dice el rey? ¿consiente? |
VIVERO: | Vacila. |
ÁLVARO: | ¿Cómo? |
VIVERO: | Piensa que el asunto mas consejo necesita. |
ÁLVARO: | ¿Le habló de mi? ¿Dijo el pacto que nos liga? |
VIVERO: | No, que á sus ojos conviene esté la trama escondida. |
ÁLVARO: | Bien....¿Y el rey? |
VIVERO: | Es de creer qué en breve aqui se dirija. |
ÁLVARO: | Dejadme, dejadme aqui solo.—Elvira, |
ELVIRA: | ¡ Padre ! |
ÁLVARO: | ¿Qué me quieres, hija? |
ELVIRA: | ¿Quedais enojado? |
ÁLVARO: | No. |
ELVIRA: | Vuestra mano. |
ÁLVARO: | Prenda mia,
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(Se abrazan)
ELVIRA: | ¡ Padre amado ! |
ÁLVARO: | Ve, yo pensaré en tu dicha.
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ÁLVARO: | ¡Qué pensativo está!.... Cual si imprevista fuera su entrada aqui disimulemos. |
REY: | Alba.... Plasencia.... Castro.... el almirante.... Mucho pide el marques.... ¡Tantos destierros.... |
ÁLVARO: | Su ánimo incierto.... parece vacilar.... Facil sería.... |
REY: | ¡El condestable aqui!....De él ocultemos este papel. |
ÁLVARO: | Lo guarda.... Mi designio se logrará. |
REY: | ¡Maestre! |
ÁLVARO: | ¿Quién?....¡Oh cielos! ¡Vos, señor!.... Perdonad.... Visto no había |
REY: | Triste os encuentro, ¿Por qué tan abatido? |
ÁLVARO: | Para estarlo, si vuestro amor perdí, motivos tengo. |
REY: | ¿Quién?....¡Oh cielo. Siempre mas vivo, maestre, conservais mi antiguo afecto. |
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ÁLVARO: | No lo dudo, señor.... Sé que no es facil romper los lazos que estrechára el tiempo; |
REY: | ¡ Impotente rencor! |
ÁLVARO: | No; que sus tramas no conoceis, señor: los viles medios, |
REY: | ¡ Dios! ¿qué quereis decir? |
ÁLVARO: | Nada.... Mas vale entregarse á la suerte. |
REY: | Algun secreto me intentais descubrir. |
ÁLVARO: | Mal informado acaso yo estaré. |
REY: | No, no: lo quiero, lo mando.... Hablad. |
ÁLVARO: | Pues bien, aquí se abriga vasta conspiracion que en el silencio |
REY: | (Aparte.) ¿Si será cierto? Esta lista.... (Alto.) Seguid. |
ÁLVARO: | Cuando al olvido dabais, señor, suss torpes desafueros; |
REY: | Pero hablad.... ¿Qué trama oculta?.... |
ÁLVARO: | ¿Pues no la conoceis?.... Que, ¿no son ellos |
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los que pintando como infiel valido
al que es tan solo de lealtad modelo,
de alejarme de vos, con mengua mia,
á dar llegaron el falaz consejo?
¿No son ellos tambien?....
REY: | Mas desde entonces ya nadie osára hablar en daño vuestro. |
ÁLVARO: | Es cierto; y hora su perfidia sigue camino mas seguro, aunque mas lento. |
REY: | Esplicaos, por Dios. |
ÁLVARO: | De sus rencores mis amigos, no yo, son el objeto. |
REY: | ¿ Vuestros amigos? |
ÁLVARO: | Sí: con su desgracia mis mas seguros defensores pierdo; |
REY: | ¿Mas qué pruebas teneis?.... |
ÁLVARO: | ¡Ah! Desterrados en pocas horas se verán, o presos. |
REY: | ¡Cielos! ¿Cómo sabeis?.... |
ÁLVARO: | Hoy mismo deben proponeros, señor, tan vil proyecto. |
REY: | ¡Pacheco!....Sí, es verdad... Ya lo ha entregado. |
ÁLVARO: | ¿Es posible? |
REY: | Miradlo.... Aqui lo tengo. |
ÁLVARO: | ¡ Ah! Con tal prueba declarad ahora si yo soy el traidor, o lo son ellos. |
REY: | ¡ Atroz perfidia!.... Con razon no quise.... Mas en los nombres que trazados leo |
ÁLVARO: | Asi pretenden disfrazar su intento. En breve libres se verán los suyos: |
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¡Que el de Villena
de tan bajos ardides....
ÁLVARO: | Conocerlo debiérais ya señor. ¿No es él, acaso, quien al príncipe incauto corrompiendo, |
REY: | Harto lo veo, sí.... Sus falsedades, sus palabras de sangre hora recuerdo. |
ÁLVARO: | No os aconsejo. Solo debo decir, por si os importa, |
REY: | ¿Dejarme hora quereis? |
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ÁLVARO: | Será preciso. Si él queda en vuestra corte, yo me ausento. |
REY: | Y un instante ¿podeis dudar cuál sea? Conocerlo |
ÁLVARO: | Pero, señor, con esa lista, ¿qué pretendeis hacer? |
REY: | Nada.... Os la entrego. (Le da el papel y vase.) |
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ESCENA VI.
DON ALVARO. PACHECO.
PACHECO: | ¿Hablásteis al rey, maestre? |
ÁLVARO: | Sí, Villena , ya le hablé. |
PACHECO: | ¿ Luego consiente? |
ÁLVARO: | Lo ignoro. |
PACHECO: | ¿No le pudisteis vencer? |
ÁLVARO: | Mas dichoso en mis esfuerzos seré sin duda otra vez. |
PACHECO: | La diligencia conviene: mas eficaz os juzgué. |
ÁLVARO: | Es que acaso entre los dos hechos los tratos no estén. |
PACHECO: | ¿Eso decís? Terminados quedaron á mi entender. |
ÁLVARO: | Todavia cierto punto falta que arreglar. |
PACHECO: | ¿Cuál es? |
ÁLVARO: | Lo del casamiento. |
PACHECO: | ¿Cómo? ¿No prometisteis tambien? |
ÁLVARO: | Prometí si consentia Elvira gustosa en él. |
PACHECO: | Lo recuerdo; pero de un padre la ley |
ÁLVARO: | su tirano ser no pretendo, marques, |
PACHECO: | Que sea buena casada es tan solo mi interés; |
ÁLVARO: | No es, Pacheco, menester; que es bien nacida, y cual noble.... |
PACHECO: | Condestable, ya lo sé;
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ÁLVARO: | Tardo sois en comprender. Duéleme tan malas nuevas |
PACHECO: | ¿Y bien? |
ÁLVARO: | No consiente. |
PACHECO: | ¡No consiente! Tal disculpa no penseis |
ÁLVARO: | Admitidla o no; que eso resuelve, sabed. |
PACHECO: | Ahorrémonos de palabras. Vuestro amigo quiero ser: |
ÁLVARO: | No acostumbro tolerar quien me las quiera imponer. |
PACHECO: | Ni yo sufrir de un perjuro acostumbro la doblez. |
ÁLVARO: | Tened la lengua,o si no, vive Dios, la arrancaré. |
PACHECO: | ¡Débil anciano! |
ÁLVARO: | .La sangre no ha helado en mi la vejez; |
PACHECO: | No me hablábais tan altivo
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El enojo del monarca
sin duda olvidado habeis;
o porque hora mas benigno
os ha mirado tal vez,
á vuestra privanza antigua
os imaginais volver.
Dejad tan loca esperanza,
maestre, no os engañeis;
que en rueda va la fortuna,
y al que en su cumbre se ve,
pues nadie a fijarla llega,
le toca solo el caer.
En ese astro que os guiaba,
creedme á mi, no os fieis;
que si alguna luz le queda
en su triste palidez,
es la que basta á llevaros
donde os habeis de perder.
Al proponeros mi alianza,
yo salvaros intenté:
no por amor, lo confieso,
sino que á mi me está bien.
Impórtame mas que todo
vuestra herencia recoger;
prefiero en paz aguardarla,
porque mas segura esté;
pero si arrancarla es fuerza,
si guerra quereis, tambien
la guerra acepto, y el triunfo
á quien quiera Dios lo dé.
ÁLVARO: | Guerra, pues, el de Villena. |
PACHECO: | Guerra, sí, pues la quereis. |
ÁLVARO: | ¡Ah! yo os cortaré los vuelos. |
PACHECO: | Yo humillaré esa altivez. |
ÁLVARO: | Pronto tendreis nuevas mías. |
PACHECO: | Antes mias las tendreis. |
ÁLVARO: | Quedad, Villena, con Dios. |
PACHECO: | Id, condestable, con él. |
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PACHECO. VIVERO.
PACHECO: | Los instantes son preciosos: no hay ninguno que perder. |
VIVERO: | ¿El maestre? |
PACHECO: | Por allí ha marchado. |
VIVERO: | El rey le llama. |
PACHECO: | ¡El rey! ¿qué decís? ¿Le llama el rey?.... ¿Para qué? |
VIVERO: | Enojado está su alteza, segun me llego á entender; |
PACHECO: | Con todo, primero es fuerza.... El aviso no le deis. |
VIVERO: | Mas señor.... |
PACHECO: | Esto conviene. |
VIVERO: | Si su alteza.... |
PACHECO: | Obedeced. Hablaréle yo primero: |
ELVIRA: | Escuchad, marques. |
PACHECO: | Señora.... (Aparte.) ¡Oh que importuna muger! |
ELVIRA: | Hablaron quiero un instante. |
PACHECO: | Os ruego que me escuseis: el servicio de su alteza |
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ELVIRA: | Corta seré. |
PACHECO: | No obstante.... |
ELVIRA: | Me importa mucho. |
PACHECO: | Perdonad: será otra vez. (Vase.)
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ELVIRA: | . Ni escucharme se ha dignado. ¡Qué grosero y descortés! |
VIVERO: | De la liza los jueces deberán ser. |
ELVIRA: | ¡ Cielos! (Vase Vivero.) |
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ELVIRA. PLASENCIA. CASTRO. MENA. SANTILLANA. CABALLEROS
DAMAS.ESCUDEROS.PAGES. JUECES DEL TORNEO
SANTILLANA: | Oid, infanzones, guerreros de pro, los que en noble lucha, con hechos gloriosos |
ELVIRA: | (Ap.) ¡Albricias, que él vence, feliz corazon! |
SANTILLANA: | A vos, bella Elvira, que reina el deseo de cien justadores nombró del torneo, |
VIVERO: | Es grato en las lides ganar honra y prez; que asi del guerrero la fama se estiende; |
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que humilde recibe cayendo á sus pies.
Mas ¿dónde halla el pecho tan fuerte pavés
que allí de unos ojos los rayos resista ?
En vano en las lides laureles conquista,
que amor, débil niño, le vence despues.
SANTILLANA: | (A Elvira.) Tornad, pues, la banda, preciosa labor, |
ELVIRA: | A mí, caballeros, me cupo este honor; que es gloria en las damas premiar al valiente; |
DESTÚÑIGA: | Es mayor. ¿Cuál otro, señora, pudiera?.... |
ELVIRA: | (Bajo.)Callad; que estais imprudente. |
DESTÚÑIGA: | Mi amor dichas tantas, Elvira, enagenan. |
ELVIRA: | Caed á mis plantas; y humilde, guerrero, la banda aceptad. |
VIVERO: | Dejad, dejad, caballeros, esos gratos ejercicios, |
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CABALLEROS: | ¿Como? |
VIVERO: | Don Juan y su corte abandonan estos sitios. |
DESTÚÑIGA: | ¡El rey! |
SANTILLANA: | ¿Qué causa? |
VIVERO: | La ignoro. Con partir tan repentino |
ELVIRA: | ¿Qué será,?.... ¡Cielos!.... sepamos.... ¡Temblando estoy! (vase corriendo.) |
DESTÚÑIGA: | ¡Ah! ya os sigo.
|
SANTILLANA: | ¿De tan imprevista ausencia, no adivináis el motivo? |
VIVERO: | Aquí se acerca Pacheco: tal vez él podrá decirlo. |
PACHECO: | Triunfamos ya, ricos-hombres, de un insolente valido. |
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su ilustre nobleza quiso.
Hora al pasar junto á mí
con triste aspecto sombrío,
miradas de rabia llenas
sus ojos me han dirigido;
pero en su arrugada frente,
en su semblante amarillo,
las evidentes señales
de su desgracia he leido.
CASTRO: | ¿Qué dices?....¡Ah! derrocado otras veces ya le vimos; |
SANTILLANA: | Algun dia nuestras lanzas en mil combates reñidos, |
PACHECO: | No importa. Lo que no pudo de tantos nobles el brío, |
VIVERO: | Pero si el rey vuelve a verle aun triunfara su cariño. |
MENA: | ¿Vos del de Luna enemigo? |
VIVERO: | Ministro del rey, jamas su interés pospongo al mio. |
MENA: | ¿No aceptasteis del maestre riquezas y altos destinos? |
PACHECO: | Y ¿no os repartia á todos puestos, ciudades, castillos? |
PLASENCIA: | Y ¿quién de ese vil tirano ofensas no ha recibido? |
SANTILLANA: | En la corte, en los combates, |
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siempre contrario me ha visto,
CASTRO: | Y yo de antiguos agravios aun tengo el recuerdo vivo. |
PACHECO: | Marchemos, y sin descanso procuremos su esterminio. |
TODOS: | Marchemos, sí.
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VIVERO: | Mas ¿no es él? |
SANTILLANA: | Él es. |
CASTRO: | Se acerca á este sitio. |
VIVERO: | Le siguen los ballesteros. |
PACHECO: | ¿Cuál podrá ser su designio?
|
ÁLVARO: | ¿Qué es esto, pues, caballeros? ¿Qué os altera ?.... ¿Por qué miro |
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PACHECO: | Y decidme vos primero: ¿dónde está el rey? ¿por qué el brillo |
ÁLVARO: | ¿Queréislo saber, marques? ¡Triste de vos si os lo digo! |
PACHECO: | No es tiempo ya de amenazas. |
ÁLVARO: | Temblad, don Juan, os repito. |
PACHECO: | No disimuleis. Su alteza huye de vos. |
ÁLVARO: | ¿Quién lo ha dicho? |
PACHECO: | Vuestro orgullo, que insolente su dignidad ha ofendido. |
SANTILLANA: | Esa pompa que á la suya quereis igualar altivo. |
PLASENCIA: | Tantos años de opresion bajo un pérfido ministro. |
ÁLVARO: | No huye sino de traidores que alcanzarán su castigo: |
PACHECO: | ¿Cömo? |
ÁLVARO: | Marques de Villena, daos á prision ahora mismo. |
PACHECO: | ¿Yo? |
ÁLVARO: | Si |
PACHECO: | Y ¿quién lo manda? |
ÁLVARO: | Yo, que basto á confundiros. Guardias. |
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PACHECO: | Antes con mi acero.... |
PLASENCIA: | Aqui todos en tu auxilio estamos, don Juan. |
ÁLVARO: | Teneos; y respetad este escrito. |
PACHECO: | ¿ Qué escrito? |
ÁLVARO: | La orden del rey. Miradla bien.... ¿La habeis visto? |
PACHECO: | ¡Cielos! |
ÁLVARO: | ¿Conocéisla? |
PACHECO: | Sí. |
ÁLVARO: | Y ¿quién será el atrevido que este sacrosanto sello |
PACHECO: | Nadie; que es mucha su fuerza. |
ÁLVARO: | Y aun no tanta necesito: para humillaros á todos |
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y lo que tan caro cuesta
ninguno lo cede vivo.
¿Pensábais desde la cumbre
precipitarme al abismo?
¿Habeis querido perderme?
¡Torpe afan, vano designio!
Cual la roca de las olas
de vuestro furor me rio;
y mientras siempre mas firme
vuestros esfuerzos resisto,
soy cual sol resplandeciente
cuyo irresistible brillo
las nubes que me hacen sombra
solo al mostrarme disipo.
Acatad, pues, este sol
que hoy se levanta mas vivo,
y ante su lumbre esplendente
bajad los ojos altivos.
Bajadlos, ceded, postraos,
caed á mis pies sumisos;
y allí adorad al que rige
de Castilla los destinos.
PACHECO: | ¡Ah! ¡ pesia mi negra estrella! |
SANTILLANA: | ¡Oh baldón! Nuestro suplicio decretad luego. |
ÁLVARO: | A vosotros, me basta el veros rendidos; |
PACHECO: | Triunfais, condestable, ahora; mas todavía respiro. |
ÁLVARO: | Cuidad; que á mas de prisiones, Villena, hay tambien cuchillos. |