Don Álvaro o La fuerza del sino: 27
Escena séptima
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Don Álvaro o La fuerza del sino - Tercera jornada |
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El teatro representa el alojamiento de un oficial superior; al frente estará la puerta de la alcoba practicable y con cortinas. Entra DON ÁLVARO herido y desmayado en una camilla llevada por cuatro granaderos; EL CIRUJANO, a un lado, y DON CARLOS, a otro, lleno de polvo y como muy cansado; un soldado traerá la maleta de DON ÁLVARO y la pondrá sobre una mesa; colocarán la camilla en medio de la escena, mientras los granaderos entran en la alcoba a hacer la cama
D. CARLOS | Con mucho, mucho cuidado, dejadle aquí, y al momento |
CIRUJANO | Y que haya mucho silencio. |
D. ÁLVARO | (Volviendo en sí.) ¿Dónde estoy? ¿Dónde? |
D. CARLOS | (Con mucho cariño.) En Veletri, a mi lado, amigo excelso. |
D. ÁLVARO | . ¡Dios eterno! ¡Con salvarme de la muerte, |
D. CARLOS | No digáis tal, don Fadrique, cuando tan vano me encuentro |
D. ÁLVARO | ¡Ay don Félix de Avendaña, qué grande mal me habéis hecho! |
CIRUJANO | Otra vez se ha desmayado; agua y vinagre. |
D. CARLOS | (A uno de los soldados.) Al momento. ¿Está de mucho peligro? (Al cirujano.) |
CIRUJANO | Este balazo del pecho, en donde aún tiene la bala, |
D. CARLOS | (Con gran vehemencia.) Salvad su vida, salvadle; |
CIRUJANO | Lo agradezco: para cumplir con mi oficio |
D. ÁLVARO | (Vuelve en sí.) ¡Ay! |
D. CARLOS | Ánimo, noble amigo, cobrad ánimo y aliento: |
D. ÁLVARO | (Muy agitado.) ¿Qué escucho? ¿Qué? ¡Santo cielo! |
CIRUJANO | Ya otra vez se desmayó: sin quietud y sin silencio |
D. CARLOS | (Suspenso aparte.) El nombre de Calatrava |
CIRUJANO | No puedo esperar más tiempo. ¿Aún no está lista la cama? |
D. CARLOS | (Mirando a la alcoba.) Ya lo está. |
CIRUJANO | (A los cuatro soldados.) Llevadle luego. |
D. ÁLVARO | ¡Ay de mí! (Volviendo en sí.) |
CIRUJANO | Llevadle. |
D. ÁLVARO | (Haciendo esfuerzos.) Esperen. Poco, por lo que en mí siento, |
CIRUJANO | Si habláis, señor no es posible... |
D. ÁLVARO | No volver a hablar prometo. Pero sólo una palabra, |
D. CARLOS | (Al cirujano y soldados.) Apartad, démosle gusto; |
D. ÁLVARO | Don Félix, vos solo, solo (Dale la mano.) cumpliréis con lo que quiero |
D. CARLOS | Yo os lo juro, amigo mío; acabad, pues. |
D. ÁLVARO | ¡Ah! no puedo. Meted en este bolsillo, |
D. CARLOS | Sí, encuentro una llavecita... |
D. ÁLVARO | Es ésa. (Saca D. CARLOS la llave.) |
D. CARLOS | ¿Sin abrirlos? |
D. ÁLVARO | (Muy agitado.) Sin abrirlos, que en ellos hay un misterio |
D. CARLOS | Yo os la doy con todo el alma. |
D. ÁLVARO | Entonces tranquilo muero. Dadme el postrimer abrazo, |
CIRUJANO | (Enfadado.) Al momento a la alcoba. Y vos, don Félix, |