Pues ¿quiere su Alteza que le haga
don Lope gastadores de su pierna?
¿Tanta paciencia presumió que gasto?
Pues voto a Dios que falta ya paciencia
para sufrir dos piernas astrológicas,
que saben las mudanzas de los cielos,
y sus alteraciones y discursos.
Id delante, tambor, y echad el bando,
que Perea es soldado tan valiente,
que no se espantará de ver los diablos.
CAPITÁN PEREA:
¡Cómo los diablos!, ¡y el infierno todo!
DON LOPE:
Oh buen Perea, dadme acá esa mano
y una verdad decidme.
CAPITÁN PEREA:
Diré ciento.
DON LOPE:
¿No es la peor aquesta pierna mía
que cuantas piernas tiene Dios criadas?
CAPITÁN PEREA:
Es tan mala, señor, que apenas puede
ser, en un hospital, pierna de sábana;
es la pierna del pobre paralítico,
que estaba en la pierna, con más bocas
que de carnero, con sus clavos y ajos;
finalmente, merece estar colgada
en San Antón.