Aciertas, Lucrecia, y yerra
mi fortuna; mas ya es hecho,
porque cuando yo quisiera,
fingiendo alguna invención
volver a Mantua, estoy cierta
que me matara mi padre,
y por toda Italia fuera
fábula mi desatino;
fuera de que no pudiera
casarme con Federico;
y así, no es justo que vuelva
a Mantua, sino que vaya
a Ferrara, en que me espera
el duque, de cuya libre
vida y condición me llevan
las nuevas con gran cuidado.
MARQUÉS:
Ea, nuestra gente venga,
y alegremente salgamos
del peligro de esta selva.
Parte delante a Ferrara,
Rutilio, y lleva las nuevas
al duque del buen suceso;
si por ventura no llega
anticipada la fama,
que se detiene en las buenas
cuanto corre en siendo malas.
Vamos, señora, y prevengan
caballo al conde.