En los montes de Galicia,
hermana, no suele haber
fieras, puesto que el tener
poca edad fieras codicia.
Salir suele un jabalí
de entre esos montes espesos,
cuyos dichosos sucesos
tal vez celebrar les vi.
Fieras son que junto al anca
del caballo más valiente,
al sabueso con el diente
suelen abrir la carlanca.
Y tan mal la furia aplacan
que, para decirlo en suma,
truecan la caliente espuma
en la sangre que le sacan.
También [hay] oso que en pie
acomete al cazador
con tan estraño furor,
que muchas veces se ve
dar con el hombre en el suelo.
Pero la caza ordinaria
es humilde cuánto varia,
para no tentar al cielo.
Es digna de caballeros
y príncipes, porque encierra
los preceptos de la guerra,
y ejercita los aceros,
y la persona habilita.