Señor, a estas piedras digo
mi dolor, y ellas conmigo
sienten cuál mal me tratáis;
que, aunque vos las imitáis
en dureza, mi desvelo
huye siempre del consuelo
que anda a buscar mi tristeza;
y aunque es tanta su dureza,
piedad les ha dado el cielo.
DON TELLO
Aunque más forméis, villanos,
quejas, llantos e invenciones,
la causa de mis pasiones
no ha de salir de mis manos.
Vosotros sois los tiranos,
que no la queréis rogar
que dé a mi intento lugar;
que yo, que la adoro y quiero,
¿cómo puede ser, si muero,
que pueda a Elvira matar?
¿Qué señora presumís
que es Elvira? ¿Es más agora
de una pobre labradora?
Todos del campo vivís;
mas pienso que bien decís,
mirando la sujeción
del humano corazón;
que no hay mayor señorío
que pocos años y brío,
hermosura y discreción.