Pensé que dábamos fin
a nuestros cuentos, por Dios;
pero más ventura fue,
pues descubierto podré
hablar, señora, con vós. (Vase.)
LEONARDA:
A las perlas del alba descogían
pintadas hojas las abiertas flores,
cuando, en alegre paz, dos ruiseñores
su nido sobre un álamo tejían.
Pero en el tiempo que coger querían
el fruto de sus cándidos amores,
llegaron otros dos competidores,
que cuanto fabricaban deshacían.
Las pajas de que ya vestido estaba
bañaron en cristal los arroyuelos
de una fuente que el álamo bañaba.
Así fueron mis ansias y desvelos
cuando pensé que nido fabricaba.
Tal fin promete amor, principio en celos. (Sale DOÑA ÁNGELA.)