Pues di, Martín, a qué efeto
don Juan con esta mentira
culpa a mi hermano; ¿eso mira
a mi defensa y respeto?
¿Cuál hombre noble y discreto
tal hubiera imaginado?
¿Dónde Martín la has llevado?
Tú la tienes, esto es cierto,
y que ha de costarte muerto
la vida que me has quitado.
MARTÍN:
Esto solo me faltaba.
LEONARDA:
¿Dónde está? Dímelo presto,
que te sacaré los ojos
si no me lo dices luego.
MARTÍN:
Mira que nos ha engañado
Feliciano, y que es enredo;
que don Juan trata verdad.
LEONARDA:
No lo creo.
MARTÍN:
¿No lo creo?
¡Plega a Dios, si la he llevado,
que vuelva a darme otro beso
el mastín de la cocina,
y que entre gatos y perros
pase otra noche tan mala!
Pero déjame entrar dentro,
que quiero hablar a don Juan.