(Vase y salga el DUQUE y gente, y LEONISO y ERICINO, embaxadores.)
DUQUE:
Sois en efecto embajadores, basta,
que del embajador se sufre todo.
LEONISO:
No te puedes quejar del Rey, gran Duq[u]e,
que, en efecto, si guerra te promete,
en razón y justicia va fundada.
DUQUE:
¿Qué justicia y razón v[uest]ro Rey tiene
para que tome contra mí las armas?
ERICINO:
Amparar en tu tierra a su enemigo,
y no solo en tu estado y de secreto,
sino públicamente y en su casa.
DUQUE:
Más razón y justicia es ampararle
que no el hacerle, como dices, guerra,
pues él injustamente le ha quitado
su estado y reino, y no por buena guerra,
sino comprando a peso de dineros
la voluntad de sus vasallos viles,
que le entregaron a traición a Dacia,
dando tan mal ejemplo a los de Frisia
que, amparándose de ellos, le han querido
quitar la vida. Y, al fin, vino huyendo
a mis tierras y casa, donde es justo
en ley de caballero, que le ampare.