En una llaga mortal...
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I En una llaga mortal, desigual, que está en el siniestro lado, conoceréis luego cuál es el leal servidor y enamorado; por cuanto vos la hicisteis a mí después de vencido en la vencida que vos, señora, vencisteis cuando yo quedé perdido y vos querida. II Aquesta triste pelea que os desea mi lengua ya declarar, es menester que la vea y la crea vuestra merced sin dudar; porque mi querer es fe, y quien algo en él dudase, dudaría en duda que cierto sé que jamás no se salvase de herejía. III Porque gran miedo he tomado y cuidado de vuestro poco creer, por esta causa he tardado de os hacer antes saber la causa de aqueste hecho: cómo han sido mis pasiones padecidas; para ser, pues, satisfecho, conviene ser mis razones bien creídas. IV Señora, porque sería muy baldía toda mi dicha razón, si la duda no porfía con su guía, que se llama Discreción; como en ello ya no dude, pues es verdad y muy cierto lo que escribo, antes que tanto me ayude, que pues por duda soy muerto, sea vivo. V CABO Pues es esta una experiencia que tiene ya conocida esta suerte, por no dar una creencia, no es razón quitar la vida y dar muerte.