De paz al puerto se acerca
y con él concierta vistas
que don Nuño rehusó
diciéndole que venía
indispuesto; dióle fe
el Soldán, y con festivas
demostraciones, creyendo
hacer en él presa rica
y enviarle en una jaula
de hierro al Gran Turco, avisa
al capitán general
que sus gentes aperciba.
Despachó luego un presente
de diversas salvajinas,
como corzos y venados
al enfermo, y se convida
a entrar a verle a su nave;
mas antes de darle, quitan
a la caza pies y manos,
señal ordinaria en la India,
cuando tal regalo se hace,
de que ya es gente cautiva
sin pies ni manos aquella
a quien tal presente envían.
Disimuló su soberbia,
y admitiendo su visita
le hicieron bélica salva
bombardas y chirimías.