De un golpe sólo ha quitado
seis honras, siete ofendido,
a Dios el yugo rompido
que al hombre una esposa ha dado;
a mí engañado,
ignorante de este error,
y a Leonor,
que ser única creía,
y en un día
pierde esposo, ser y honor.
A vos, pues, os menosprecia,
dejándoos con tal crueldad;
a don Juan, cuya amistad
rompe, que un bárbaro precia.
Leonor, necia,
llorará bastardo un hijo;
que colijo
de quien hidalgo se llama,
y a su fama
ofende... ¿ni qué me aflijo?
Si yo el consejo siguiera
de mi venganza, ocultara
mi agravio y los enterrara
juntos, puesto que muriera.
¿Y á qué espera
padre que en su honor estriba,
si se priva
de restaurar desaciertos?