Diferencia entre revisiones de «Cual de solitaria torre»

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Cual de solitaria torre
Cual de solitaria torre
en torno están revolando 270
en torno están revolando
fieras aves de rapiña,
fieras aves de rapiña,
cuando el sol baja al ocaso,
cuando el sol baja al ocaso,
Línea 12: Línea 12:
así en torno de don Pedro
así en torno de don Pedro
vuelan pensamientos varios,
vuelan pensamientos varios,
cuyas sombras ofuscaban 275
cuyas sombras ofuscaban
de su semblante los rasgos.
de su semblante los rasgos.


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el poder de sus hermanos,
el poder de sus hermanos,
a los que mató la madre
a los que mató la madre
y a quienes llama bastardos; 280
y a quienes llama bastardos;


ya de los grandes inquietos
ya de los grandes inquietos
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sin medios de repararlo:
sin medios de repararlo:


ya la linda doña Aldonza, 285
ya la linda doña Aldonza,
a quien tiene a buen recaudo,
a quien tiene a buen recaudo,
o las sangrientas fantasmas
o las sangrientas fantasmas
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ya una proyectada empresa
ya una proyectada empresa
rompiendo la fe de un pacto 290
rompiendo la fe de un pacto
contra el oro granadino;
contra el oro granadino;
o una traición o un engaño.
o una traición o un engaño.
Línea 37: Línea 37:
Mas como las mismas aves
Mas como las mismas aves
se van escondiendo al cabo
se van escondiendo al cabo
entre las almenas rotas 295
entre las almenas rotas
del castillo solitario,
del castillo solitario,


Línea 43: Línea 43:
en torno de él volteando,
en torno de él volteando,
la más voraz, la más fuerte,
la más voraz, la más fuerte,
la que no admite descanso, 300
la que no admite descanso,


así aquel tropel confuso
así aquel tropel confuso
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envuelto pequeño rato,
envuelto pequeño rato,


en su pecho y su cabeza 305
en su pecho y su cabeza
fueron nidos encontrando,
fueron nidos encontrando,
y quedó despierta y viva,
y quedó despierta y viva,
Línea 56: Línea 56:


la imagen de don Fadrique,
la imagen de don Fadrique,
el mejor de sus hermanos, 310
el mejor de sus hermanos,
norma de los caballeros
norma de los caballeros
y maestre de Santiago.
y maestre de Santiago.
Línea 63: Línea 63:
Del rey de Aragón acaba
Del rey de Aragón acaba
don Fadrique el esforzado
don Fadrique el esforzado
de conquistar a Jumilla 315
de conquistar a Jumilla
con noble denuedo y brazo;
con noble denuedo y brazo;


Línea 69: Línea 69:
los castillos tremolando,
los castillos tremolando,
y viene a entregar las llaves
y viene a entregar las llaves
a su rey, señor y hermano. 320
a su rey, señor y hermano.


Sabe el rey que no es rebelde,
Sabe el rey que no es rebelde,
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lo está embravecido odiando.
lo está embravecido odiando.


Don Fadrique fue el que tuvo 325
Don Fadrique fue el que tuvo
de venir a Francia encargo
de venir a Francia encargo
por la reina doña Blanca;
por la reina doña Blanca;
Línea 82: Línea 82:


Con ella en Narbona estuvo...,
Con ella en Narbona estuvo...,
y un rumor corrió entre tanto 330
y un rumor corrió entre tanto
de aquellos que son ponzoña;
de aquellos que son ponzoña;
ora ciertos, ora falsos.
ora ciertos, ora falsos.
Línea 88: Línea 88:
Doña Blanca está en Medina
Doña Blanca está en Medina
y en una torre pagando
y en una torre pagando
las tardanzas del vïaje, 335
las tardanzas del vïaje,
las hablillas de palacio;
las hablillas de palacio;


Línea 96: Línea 96:
poder mucho y nombre claro.
poder mucho y nombre claro.


Mas, ¡ay de él!... Es de las damas 340
Mas, ¡ay de él!... Es de las damas
el ídolo por su trato,
el ídolo por su trato,
por su gallarda presencia
por su gallarda presencia
y por su esfuerzo bizarro;
y por su esfuerzo bizarro;


y si no da sombra al trono, 345
y si no da sombra al trono,
porque es fiel, da ¡mal pecado!,
porque es fiel, da ¡mal pecado!,
al corazón duros celos;
al corazón duros celos;
Línea 107: Línea 107:


Doña María Padilla,
Doña María Padilla,
cuyo entendimiento claro 350
cuyo entendimiento claro
del regio amante penetra
del regio amante penetra
los más ocultos arcanos,
los más ocultos arcanos,
Línea 113: Línea 113:
y en quien la bondad del alma
y en quien la bondad del alma
sobrepuja a los encantos
sobrepuja a los encantos
de su peregrino rostro 355
de su peregrino rostro
y de su cuerpo gallardo,
y de su cuerpo gallardo,


Línea 119: Línea 119:
de continuo sobresalto,
de continuo sobresalto,
porque al rey ama y le mira
porque al rey ama y le mira
a mal fin tender el paso. 360
a mal fin tender el paso.


Conoce que sobre sangre,
Conoce que sobre sangre,
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nunca seguro un palacio,
nunca seguro un palacio,


y tiene dos tiernas niñas, 365
y tiene dos tiernas niñas,
que con otro padre acaso,
que con otro padre acaso,
aunque ilegítimo fruto,
aunque ilegítimo fruto,
Línea 132: Línea 132:


Ve en el insigne Fadrique
Ve en el insigne Fadrique
un apoyo, un partidario; 370
un apoyo, un partidario;
sabe que llega a Sevilla
sabe que llega a Sevilla
y a voces le está indicando
y a voces le está indicando
Línea 138: Línea 138:
de su fiero amante el rostro,
de su fiero amante el rostro,
que viene en momento aciago,
que viene en momento aciago,
y por aquietar sospechas, 375
y por aquietar sospechas,
o darles punto más alto,
o darles punto más alto,


Línea 144: Línea 144:
aunque con trémulos labios
aunque con trémulos labios
osó hablar, y estas palabras
osó hablar, y estas palabras
entre los dos se mezclaron: 380
entre los dos se mezclaron:


«¿Conque hoy llegará triunfante
«¿Conque hoy llegará triunfante
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en llegar aquí el bastardo.»
en llegar aquí el bastardo.»


«Bien os sirve!»... Sí, en Jumilla 385
«Bien os sirve!»... Sí, en Jumilla
como un héroe se ha portado;
como un héroe se ha portado;
de su lealtad os da pruebas;
de su lealtad os da pruebas;
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«Ya estaréis, señor, seguro
«Ya estaréis, señor, seguro
de su pecho noble y franco.» 390
de su pecho noble y franco.»
«Aún más lo estaré mañana.»
«Aún más lo estaré mañana.»
Enmudecieron entrambos.
Enmudecieron entrambos.

Revisión del 16:31 11 nov 2005


Error: parámetro 1 no reconocido
Error: parámetro 2 no reconocido


Romance tercero

Cual de solitaria torre   
en torno están revolando 
fieras aves de rapiña,   
cuando el sol baja al ocaso,   

así en torno de don Pedro   
vuelan pensamientos varios,   
cuyas sombras ofuscaban 
de su semblante los rasgos.   

Ya ocupa su airada mente   
el poder de sus hermanos,   
a los que mató la madre   
y a quienes llama bastardos; 

ya de los grandes inquietos   
la insolencia y desacato,   
o la mengua del tesoro   
sin medios de repararlo:   

ya la linda doña Aldonza,   
a quien tiene a buen recaudo,   
o las sangrientas fantasmas   
de inocentes que ha matado;   

ya una proyectada empresa   
rompiendo la fe de un pacto 
contra el oro granadino;   
o una traición o un engaño.   

Mas como las mismas aves   
se van escondiendo al cabo   
entre las almenas rotas  
del castillo solitario,   

y sólo constante queda,   
en torno de él volteando,   
la más voraz, la más fuerte,   
la que no admite descanso, 

así aquel tropel confuso   
de pensamientos extraños   
en que se encontró don Pedro   
envuelto pequeño rato,   

en su pecho y su cabeza   
fueron nidos encontrando,   
y quedó despierta y viva,   
dándole gran sobresalto,   

la imagen de don Fadrique,   
el mejor de sus hermanos, 
norma de los caballeros   
y maestre de Santiago.   


Del rey de Aragón acaba   
don Fadrique el esforzado   
de conquistar a Jumilla 
con noble denuedo y brazo;   

deja en lugar de las barras   
los castillos tremolando,   
y viene a entregar las llaves   
a su rey, señor y hermano. 

Sabe el rey que no es rebelde,   
que es su amigo y partidario,   
y más que a Tello y a Enrique   
lo está embravecido odiando.   

Don Fadrique fue el que tuvo 
de venir a Francia encargo   
por la reina doña Blanca;   
mas tardó en llevarla un año.   

Con ella en Narbona estuvo...,   
y un rumor corrió entre tanto 
de aquellos que son ponzoña;   
ora ciertos, ora falsos.   

Doña Blanca está en Medina   
y en una torre pagando   
las tardanzas del vïaje, 
las hablillas de palacio;   

y el cuello de don Fadrique   
está en los hombros intacto,   
porque tiene gran valía,   
poder mucho y nombre claro.   

Mas, ¡ay de él!... Es de las damas 
el ídolo por su trato,   
por su gallarda presencia   
y por su esfuerzo bizarro;   

y si no da sombra al trono, 
porque es fiel, da ¡mal pecado!,   
al corazón duros celos;   
y esto es peor, si aquello es malo.   

Doña María Padilla,   
cuyo entendimiento claro  
del regio amante penetra   
los más ocultos arcanos,   

y en quien la bondad del alma   
sobrepuja a los encantos   
de su peregrino rostro 
y de su cuerpo gallardo,   

vive víctima infelice   
de continuo sobresalto,   
porque al rey ama y le mira   
a mal fin tender el paso. 

Conoce que sobre sangre,   
persecuciones y llantos   
no está nunca firme un trono,   
nunca seguro un palacio,   

y tiene dos tiernas niñas, 
que con otro padre acaso,   
aunque ilegítimo fruto,   
pudieran todo esperarlo.   

Ve en el insigne Fadrique   
un apoyo, un partidario; 
sabe que llega a Sevilla   
y a voces le está indicando   

de su fiero amante el rostro,   
que viene en momento aciago,   
y por aquietar sospechas, 
o darles punto más alto,   

al fin, rompiendo el silencio,   
aunque con trémulos labios   
osó hablar, y estas palabras   
entre los dos se mezclaron: 

«¿Conque hoy llegará triunfante   
don Fadrique, vuestro hermano?»   
«Y por cierto que ya tarda   
en llegar aquí el bastardo.»   

«Bien os sirve!»... Sí, en Jumilla 
como un héroe se ha portado;   
de su lealtad os da pruebas;   
es muy valiente.» «Lo es harto.»   

«Ya estaréis, señor, seguro   
de su pecho noble y franco.» 
«Aún más lo estaré mañana.»   
Enmudecieron entrambos.