Diferencia entre revisiones de «Página:Sesiones de los Cuerpos Lejislativos de Chile - Tomo XV (1827-1828).djvu/98»

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El poderoso estímulo para la virtud i el trabajo, son los goces que ellos mismos proporcionan con la riqueza adquirida; de suerte que si un hombre puede recojer el fruto abundante sin la mortificacion i privaciones que necesariamente demanda una virtud i trabajo constante; lo recojerá sin duda alguna sin estos afanes, i se le habrá obligado por esa misma institucion a ser vicioso i holgazan, porque su virtud i trabajo ya no tienen objeto. Por el contrario, los segundos como nada o mui poco tienen que hacer, se ven obligados a hacer dobles esfuerzos que, sin capitales, solo producen la centésima parte que con ellos debian adquirir, i he aquí consagrado por lei el aborrecimiento i la envidia contra un hermano, oríjen de su ruina, hollando todos los derechos, i contrariando el ejemplo que nos dió el mismo Dios, en la persona de su hijo Jesu Cristo; obligándolo a sacrificarse uno por muchos, como se espresa el Evanjelio, i nunca muchos por uno.
El poderoso estímulo para la virtud i el trabajo, son los goces que ellos mismos proporcionan con la riqueza adquirida; de suerte que si un hombre puede recojer el fruto abundante sin la mortificacion i privaciones que necesariamente demanda una virtud i trabajo constante; lo recojerá sin duda alguna sin estos afanes, i se le habrá obligado por esa misma institucion a ser vicioso i holgazan, porque su virtud i trabajo ya no tienen objeto. Por el contrario, los segundos como nada o mui poco tienen que hacer, se ven obligados a hacer dobles esfuerzos que, sin capitales, solo producen la centésima parte que con ellos debian adquirir, i he aquí consagrado por lei el aborrecimiento i la envidia contra un hermano, oríjen de su ruina, hollando todos los derechos, i contrariando el ejemplo que nos dió el mismo Dios, en la persona de su hijo Jesu Cristo; obligándolo a sacrificarse uno por muchos, como se espresa el Evanjelio, i nunca muchos por uno.


Finalmente, los grandes lejisladores Filangieri Bemthan, los grandes ministros i juristas, Campomanes, Jovellanos i Saavedra; los primeros economistas Smith, Say, Sismondi i el conde de Tracy con otros infinitos i las Cortes españolas, han demostrado evidentemente que, para fundar la libertad, la igualdad, la riqueza nacional, o lo que es lo mismo, la felicidad de los pueblos, es necesario destruir de raiz el resto de feudalismo, en los mayorazgos existentes. I sin que nos quede la menor duda, todo el mundo palpa i vé en Europa i América que los defensores únicos que tiene i debe tener la tiranía son los mayorazgos i por lo mismo, los enemigos únicos que tiene la libertad en las nuevas Repúblicas. Como tal, creemos digno de los sentimientos, luces i patriotismo de V. E., el que tome en este particular la iniciativa de reclamar para su cumplimiento la lei mas justa i benéfica que dictó el Congreso, i que no es posible sea destruida por solo cuatro hombres interesados en hacer frente a la felicidad hoi, de sus numerosos hermanos, despues del mayor número de sus hijos, i en perjuicio de toda la Nacion. Tampoco es tolerable el estanco i amortizacion de bienes nacionales que han defraudado i quitan al Erario los derechos respectivos en su calidad de inalienables. No omitiremos el enumerar el gran mal que el poder de los mayorazgos hizo a la libertad, paralizando la marcha de un {{MarcaCL|C|Congreso Constituyente|OK|Solicitud de los poseedores de mayorazgos}}Congreso Constituyente, dividiéndolo, comprometiendo tal vez su augusta dignidad, dejando a la Nacion envuelta en inmensos males i al Gobierno tal vez sin facultad de remediarlos. Por tanto pues, V. E. debe, por la Nacion i por las actitudes que lo caracterizan, reclamar el cumplimiento de una lei cuya justicia i beneficencia es notoria, i la omision demasiado criminal en un jefe ilustrado, i el primer protector de las instituciones libres i de beneficencia, etc. —''José M. Bascuñan i Ovalle —{{MarcaCL|P|José Antonio Valdés Huidobro|OK|Solicitud de los poseedores de mayorazgos}}[[:bcnbio:José Antonio Valdés Huidobro|José Antonio Valdés]]. —Agustin Rojas. —Martin de Larrain. —{{MarcaCL|P|Juan de Dios Correa de Saa Martínez|OK|Solicitud de los poseedores de mayorazgos}}[[:bcnbio:Juan de Dios Correa de Saa Martínez|Juan de Dios Correa de Saa]]. —{{MarcaCL|P|José Nicolás De la Cerda de Santiago Concha|OK|Solicitud de los poseedores de mayorazgos}}[[:bcnbio:José Nicolás De la Cerda de Santiago Concha|José Nicolás de la Cerda]]. —{{MarcaCL|P|Pedro José Prado Jaraquemada|OK|Contexto}}[[:bcnbio:Pedro José Prado Jaraquemada|Pedro José Prado Jaraquemada]].<section end="Solicitud de los poseedores de mayorazgos" />
Finalmente, los grandes lejisladores Filangieri Bemthan, los grandes ministros i juristas, Campomanes, Jovellanos i Saavedra; los primeros economistas Smith, Say, Sismondi i el conde de Tracy con otros infinitos i las Cortes españolas, han demostrado evidentemente que, para fundar la libertad, la igualdad, la riqueza nacional, o lo que es lo mismo, la felicidad de los pueblos, es
necesario destruir de raiz el resto de feudalismo, en los mayorazgos existentes. I sin que nos quede la menor duda, todo el mundo palpa i vé en Europa i América que los defensores únicos que tiene i debe tener la tiranía son los mayorazgos i por lo mismo, los enemigos únicos que tiene la libertad en las nuevas Repúblicas. Como tal, creemos digno de los sentimientos, luces i patriotismo de V. E., el que tome en este particular la iniciativa de reclamar para su cumplimiento la lei mas justa i benéfica que dictó el Congreso, i que no es posible sea destruida por solo cuatro hombres interesados en hacer frente a la felicidad hoi, de sus numerosos hermanos, despues del mayor número de sus hijos, i en perjuicio de toda la Nacion. Tampoco es tolerable el estanco i amortizacion de bienes nacionales que han defraudado i quitan al Erario los derechos respectivos en su calidad de inalienables. No omitiremos el enumerar el gran mal que el poder de los mayorazgos hizo a la libertad, paralizando la marcha de un {{MarcaCL|C|Congreso Constituyente|OK|Solicitud de los poseedores de mayorazgos}}Congreso Constituyente, dividiéndolo, comprometiendo tal vez su augusta dignidad, dejando a la Nacion envuelta en inmensos males i al Gobierno tal vez sin facultad de remediarlos. Por tanto pues, V. E. debe, por la Nacion i por las actitudes que lo caracterizan, reclamar el cumplimiento de una lei cuya justicia i beneficencia es notoria, i la omision demasiado criminal en un jefe ilustrado, i el primer protector de las instituciones libres i de beneficencia, etc. —''José M. Bascuñan i Ovalle —{{MarcaCL|P|José Antonio Valdés Huidobro|OK|Solicitud de los poseedores de mayorazgos}}[[:bcnbio:José Antonio Valdés Huidobro|José Antonio Valdés]]. —Agustin Rojas. —Martin de Larrain. —{{MarcaCL|P|Juan de Dios Correa de Saa Martínez|OK|Solicitud de los poseedores de mayorazgos}}[[:bcnbio:Juan de Dios Correa de Saa Martínez|Juan de Dios Correa de Saa]]. —{{MarcaCL|P|José Nicolás De la Cerda de Santiago Concha|OK|Solicitud de los poseedores de mayorazgos}}[[:bcnbio:José Nicolás De la Cerda de Santiago Concha|José Nicolás de la Cerda]]. —{{MarcaCL|P|Pedro José Prado Jaraquemada|OK|Contexto}}[[:bcnbio:Pedro José Prado Jaraquemada|Pedro José Prado Jaraquemada]].<section end="Solicitud de los poseedores de mayorazgos" />


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COMISION NACIONAL


res eternos, lejítimos i competentes a los habitadores de otro mundo i a las frias cenizas de los sepulcros.

La institucion divina de la Iglesia, su historia i sus cánones están manifestando la necesidad imperiosa que ha tenido de variar a cada paso sus leyes i disciplina, a pesar de que su objeto es uno solo, i nada temporal que lo obligue a las viscisitudes humanas. Los códigos civiles son la misma historia de su constante variacion, como se espresa un célebre purista. Nosotros en el período de dos lustros hemos echado por tierra cuatro Constituciones. ¿I estaremos siempre respetando, contra las demás leyes justas que nos rijen, la voluntad quimérica, fantástica i chocante, que no existe? ¿No podria respondérseles a estos insensatos que ciega la avaricia, que si los muertos podrian imponerles leyes eternas a los vivos, éstos harian lo mismo por igual razon dictándoselas a los sepulcros que en su silencio manifestarian su aprobacion i eterno consentimiento? ¿Cuál seria el fundador de mayorazgo que viniese a oponerse a la destruccion de éllos, que hoi se intenta? En otro tiempo pudo ser disimulable el fanatismo de ilustrar un apellido con la vinculacion de bienes, bajo la sana intencion que sirviese de fomento a la demas familia; pero si este mismo tiempo i la esperiencia han desmentido, i desmentirán constantemente esa inocente i equivocada intencion ¿qué podrá aducirse ya en su apoyo? ¿No está visto que un hermano rico no sacará de la miseria a los demas, i luego que se case por las leyes divinas i humanas no podrá hacerlo aunque quiera, siendo objeto preferente para él, la mujer e hijos? Se objetará todavía ese fin que se dice laudable cuando es destruido en su cima por la naturaleza, leyes i causas que lo formaron. Añadiremos solo el paralelo de un primojénito distinguido, con el de sus hermanos abandonados, i concluiremos con la enumeracion de sabios que, a nombre de la humanidad, han clamado por la abolicion de una lei que contradice fundamentalmente todas las que se dirijen ala felicidad i conveniencia públicas.

El poderoso estímulo para la virtud i el trabajo, son los goces que ellos mismos proporcionan con la riqueza adquirida; de suerte que si un hombre puede recojer el fruto abundante sin la mortificacion i privaciones que necesariamente demanda una virtud i trabajo constante; lo recojerá sin duda alguna sin estos afanes, i se le habrá obligado por esa misma institucion a ser vicioso i holgazan, porque su virtud i trabajo ya no tienen objeto. Por el contrario, los segundos como nada o mui poco tienen que hacer, se ven obligados a hacer dobles esfuerzos que, sin capitales, solo producen la centésima parte que con ellos debian adquirir, i he aquí consagrado por lei el aborrecimiento i la envidia contra un hermano, oríjen de su ruina, hollando todos los derechos, i contrariando el ejemplo que nos dió el mismo Dios, en la persona de su hijo Jesu Cristo; obligándolo a sacrificarse uno por muchos, como se espresa el Evanjelio, i nunca muchos por uno.

Finalmente, los grandes lejisladores Filangieri Bemthan, los grandes ministros i juristas, Campomanes, Jovellanos i Saavedra; los primeros economistas Smith, Say, Sismondi i el conde de Tracy con otros infinitos i las Cortes españolas, han demostrado evidentemente que, para fundar la libertad, la igualdad, la riqueza nacional, o lo que es lo mismo, la felicidad de los pueblos, es necesario destruir de raiz el resto de feudalismo, en los mayorazgos existentes. I sin que nos quede la menor duda, todo el mundo palpa i vé en Europa i América que los defensores únicos que tiene i debe tener la tiranía son los mayorazgos i por lo mismo, los enemigos únicos que tiene la libertad en las nuevas Repúblicas. Como tal, creemos digno de los sentimientos, luces i patriotismo de V. E., el que tome en este particular la iniciativa de reclamar para su cumplimiento la lei mas justa i benéfica que dictó el Congreso, i que no es posible sea destruida por solo cuatro hombres interesados en hacer frente a la felicidad hoi, de sus numerosos hermanos, despues del mayor número de sus hijos, i en perjuicio de toda la Nacion. Tampoco es tolerable el estanco i amortizacion de bienes nacionales que han defraudado i quitan al Erario los derechos respectivos en su calidad de inalienables. No omitiremos el enumerar el gran mal que el poder de los mayorazgos hizo a la libertad, paralizando la marcha de un Congreso Constituyente, dividiéndolo, comprometiendo tal vez su augusta dignidad, dejando a la Nacion envuelta en inmensos males i al Gobierno tal vez sin facultad de remediarlos. Por tanto pues, V. E. debe, por la Nacion i por las actitudes que lo caracterizan, reclamar el cumplimiento de una lei cuya justicia i beneficencia es notoria, i la omision demasiado criminal en un jefe ilustrado, i el primer protector de las instituciones libres i de beneficencia, etc. —José M. Bascuñan i Ovalle —José Antonio Valdés. —Agustin Rojas. —Martin de Larrain. —Juan de Dios Correa de Saa. —José Nicolás de la Cerda. —Pedro José Prado Jaraquemada.


Núm. 130

La Comision Nacional ha considerado la comunicacion que por el respetable órgano del Supremo Poder Ejecutivo le dirijió la Honorable Asamblea de la provincia de Santiago, i ha acordado contestarla en los términos que constan de la nota adjunta.

El Presidente de la Comision reitera a S. E. el Vice-Presidente de la República sus consideraciones distinguidas. —Santiago, Setiembre 10 de 1727. —(Firmado). SANTIAGO ANTONIO PÉREZ. —Francisco Fernández, Secretario. —Al Excmo. señor Presidente de la República.