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Faros flotantes

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El Museo Universal (1869)
Faros flotantes
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FAROS FLOTANTES DE LAS RADAS DE DUNKERQUE y LAS DUNAS.


PLANO DEL CASCO DE UN BUQUE CON FARO.

PLANO DEL ENTREPUENTE.

Los tres grabados que damos en este número, representan modelos de los fonales ó luces puestas á flote en buques para indicar á los navegantes la situación de, los bancos de arena mas ó menos cambiantes, tales como los de la rada de las Dunas en Inglaterra, y de Dunkerque en Francia: ó bien escollos submarinos que se hallan á profundidad tal, que es imposible asentar sobre ellos construcción alguna. Estas luces flotantes se componen de cierto número de reflectores colocados en una linterna que rodea el palo del buque, y se alza y se baja fácilmente. Algunas son luces fijas ó permanentes, y otras tienen sus eclipses. A veces hay varias en el mismo buque, siendo las apariencias diversas por consiguiente, y evitando asi que el navegante se equivoque acerca de la posición de la luz, garantía de salvación que repentinamente ve surgir y brillar en el horizonte. La dimensión de los buques de los litros Motantes varia según la profundidad del aguff y la violencia de las olas del paraje ó zona en que se hallan colocados. Los mas pequeños son de 12o tonelodas próximamente. Los mayores, como el que existe á la entrada del golfo de Gascuña, tienen hasta 330 toneladas. Su distribución interior está arreglada de manera que proporcione á la tripulación todo el bienestar y comodidad compatibles con su situación penosa, como podrá ver el lector por el plano del entrepuente de uno de estos barcos del término medio do ciento cincuenta toneladas. El número de tripulantes es también vario según la dimensión del buque, y se ha establecido el órden de que los jefes puedan tener un mes de licencia y descanso, y los marineros quince días por cada mes que sirvan a bordo. En el faro flotante de la rada de Dunkerque, hay dos jefes y nueve marineros, y habitualmente están á bordo un jefe y seis marineros. Idénticas disposiciones se han adoptado en Inglaterra y en los Estados-Unidos. Aun así es muy dificultoso encontrar hombres que se presten á tan duro servicio. El buque se asegura por una sóla cadena de hierro anlazada á un áncora de gran peso, la cual cadena es tan larga, que soltándola toda en los días de mares fuertes, permite al buque ceder un poco á la fuerza casi irresistible de las olas agitadas. Las olas le levantan, pero la pesada cadena le hace descender bruscamente produciendo movimientos de que no puede dar idea la esperiencia de la navegación ordinaria. Los balances son mas pronunciados y fatigosos [cuando los vientos y las corrientes son encontrados. A veces, en las grandes borrascas, se sumerge en las aguas el puente, ya por uno, ya por otro lado: las olas penetran en los camarotes y compartimientos; se oyen crugir las maderas; los tripulantes apenas pueden tenerse de pie; y sin embargo, es preciso cumplir con la obligación religiosamente. En diciembre de 1863, una tempestad rompió la cadena del faro fiotance de Dunkerque, y el capitán y la tripulación se salvaron milagrosamente, gracias á la fortaleza de ánimo que generalmente acompaña á los que prestan estos servicios.

FAROS FLOTANTES DE LAS RADAS DE DUNKERQUE y LAS DUNAS.