Historia de Molina y de su Noble y Muy Leal Señorío/Capítulo X
Capítulo X
Glorias de Molina, su Nobleza, hijos célebres en Santidad, Ciencias y Armas
Entre las glorias religiosas de Molina merecen especial mencion las particulares devociones que sus hijos profesaron y profesan á la Inmaculada Concepcion y á Nuestra Señora de la Hoz. Este amor á la Santísima Virgen vá unido á todas sus glorias, y en el trascurso de los siglos ha venido á formar la más preclara y excelsa de todas ellas.
La Inmaculada Concepción. Es tan antiguo en Molina el culto y devocion á la Virgen Inmaculada, que ignorándose su principio en este pais, no halla inconveniente Sanchez Portocarrero en derivarlo de los primeros cristianos Celtíveros, en los tiempos del Apostol Santiago ó sus inmediatos discípulos. El año 37 de J. C., dice Flavio Dextro, vino el Apostol Santiago á España, «anduvo sus ciudades y erigió muchas Iglesias;» y el Papa Calixto, dice; que no solo anduvo en sus ciudades, sino que tambien predicó en las aldeas, lugares y castillos.» Murillo en su Historia de Zaragoza, afirma; que el Apostol no solo predicó en Zaragoza, «sino en la Celtiveria y Carpetania.» Juliano asegura, «que trajo Santiago á España, entre otros compañeros, á Joseph de Arimatia, que obrando grandes milagros predicó en varias lenguas en la Carpetania, Celtivería y Lusitania.» Dextro, añade; que el año 50 de J. C., «Atanasio primero Obispo de Zaragoza predicó en toda la Celtiveria, y se muestra maravilloso.» San Indalecio, discípulo del Apostol, dice Juliano; «que predicó en la Celtiveria y puso Obispos en Valeria, en Ergavica y en Segobriga.» De todos estos textos se deduce que los Celtiveros recibieron la doctrina cristiana de quien la oyó de boca del mismo Cristo, ó de sus discípulos. Además, sabemos que el Apostol Santiago, no solo predicó la Concepción Inmaculada de Maria, sino que segun afirman Dextro y Máximo, instituyó en España su fiesta. Es, pues, evidente é indudable, que de estas predicaciones del Apostol y sus inmediatos discípulos; nació y se trasmitió la afectuosa devocion de Molina a Maria Santísima Inmaculada.
Que esta tradición se conservó íntegra entre los Cristianos Mozarabes, no admite género de duda. Llegada la época de la Reconquista vemos aparecer esta devocion, no de una manera tibia como cosa nueva ó poco recibida, sino con el vigor y fuerza de cosa conocida, aceptada y estimada. Iban Sardon, primer Cura párroco de San Martin, al fundar el Cabildo eclesiástico, lo instituye sin ninguna vacilacion bajo el Patrocinio de la Inmaculada, y el altar Mayor de San Gil no se adorna con más imagen que la suya. No es creible que Iban Sardon fijase por sí solo los preliminares, constituciones y demás requisitos de su institución; debió tratar con los demás Sacerdotes de Molina que concurrieron á formarla, todos los pormenores de su organizacion; y entre ellos, es indudable que seria objeto de preferente discusion el nombre, advocacion ó patrocinio del Santo ó Virgen bajo el cual habian de constituirse. Siendo todos los primeros Capitulares naturales del Señorio, segun consta del Fuero, se puede deducir sin temor de equivocacion, que heredada esta tradicion de sus antepasados, la impusieron á Iban Sardon: ó mejor todavia; Iban se conformó y desarrolló la devocion mas arraigada entre los naturales. De cualquier manera que se considere, la institucion del Cabildo eclesiástico de Molina bajo el Patrocinio de la Inmaculada, es un hecho notable que demuestra haber existido esta devocion antiguamente; y que hace siete siglos y medio se le consagraron altares, donde sin interrupcion hasta nuestros días, se ha tributado culto á este Misterio. La devocion de Molina y su Señorio á la Virgen, se comprueba, además, con un hecho bien significativo. La mayor parte de las Iglesias del Señorío y siete de las antiguas parroquias de Molina, se fundaron bajo su advocacion.
Pero aun cuando no existiesen indicios tan claros, bastaría la cifra de 750 años, para que Molina pueda gloriarse de haber sido una de las primeras ciudades cristianas que se distinguió por la especial devocion y culto á la Inmaculada. Mucho debió pesar en el ánimo del Papa Leon X esta devocion, para honrar á su Cabildo con la excepcional Bula que expidió en 1518, sexto de su Pontificado, por la que le autoriza en la víspera de Concepción, para celebrar á media noche Misa Capitular, como se celebra en la de Navidad. La Bula original se conserva en el archivo del Cabildo, con el esmero y cuidado que merece tan raro privilegio. Dice asi:
«Dilectis filiis[1] modernos Rectoribus, et Beneficiatis Parrochialium Ecclesiarum Oppidi de Molina Seguntina Diœcesis.
Dilectis filiis, salute et Apostolicam benedictionem. Pia Christi fidelium, et presertim Inmaculatæ Conceptionis Bte Mariæ Virginis, Redemptoris Nostri, et humanæ salutis auctoris Domini Nostri Jesucristi genitricis, honore tendentia vota ad exauditionis gratiam libenter admiltimus et favoribus prosequimur opportunis. Cum itaque sicut exponi nobis fecistis, inter Vos ipsos Capitulari quando que vel sepe numero faciatis, seu in simul comvenitis, et pia devotione ducti in nocte ante festum Conceptionis groriosisime Beatæ Mariæ Virginis, horas matutinas, et laudes in Parroquiali Ecclesia Sancti Egidii dicti oppidi in cantu celebretis, et celebrationi huyusmodi magna pars populi oppidi dicti intersit, et sicut eadem petitio subjungebat, vos maiori accensi devotione, et ut dictus populus et laudibus huyusmodi interesse attentiori animo, et devotione satagat, desideretis post dictas laudes una Misa in cantu cum Presbitero, Diacono, et Subdiacono celebrare vestro nomine nobis fuit humiliter supplicatum, ut votis vestris in hac parte favorabiliter annuere atsque desuper oportune providere de benignitate inclinati, vobis et pro tempore extentibus Rectoribus et Beneficiatis predicti Sancti Egidii, et aliarum Parrochialum Ecclesiarum dicti oppidi, ut in nocte ante diem festum Conceptionis Beatæ Mariæ Virginis, post laudes hujusmodi annis singulis in dicta Ecclesia Sancti Egidii una misa in cantu cum Presbitero, Diacono et Subdiacono solemniter celebrare libere et devote valeatis, et ipsi pro tempore existentes Rectores et Beneficiati valeant auctoritate Apostolica tenore presentium de spiritualis dono gratiæ perpetuo indulgemus, non obstantibus Apostolicis, hac in Provincialibus, et Sinodalibus Conciliis editis Generalibus, vel spiritualibus constitucionibus et ordinationibus ceterisque contrariis quibuscumque. Datum Romæ apud Sanctum Petrum, sub Annulo Piscatoris, die XVIII Februarii, MDXVIII, Pontificatus nostri anno sexto═Joanes de Lerma═»
Nota. Estinguido el Cabildo eclesiástico de Molina en 1851, caducó con él esta concesion. Temiendo que se perdiera con el tiempo tan raro privilegio, el Sr. D. Melchor Gaona, Teniente encargado de la parroquia de San Gil, con un celo digno del mayor encomio, elevó en 1883 al Sumo Pontifice Leon XIII una reverente exposicion, suplicándole se dignase renovar y confirmar el anterior privilegio á nombre del Párroco ó encargado que tenga dicha Iglesia, con los usos y prácticas establecidas antiguamente. Su Santidad, por medio de la Sagrada Congregación de Ritos, se dignó otorgar dicha concesión en decreto de 14 de Diciembre de 1883, firmado, Cardenal Bartolini, Prefecto de la citada Congregacion, y visto por el Excmo. Sr. D. Antonio Ochoa y Arenas, Obispo de Sigüenza.
La Virgen de la Hoz. Digna es tambien de especial mencion la fervorosa y constante devocion que Molina y su Señorio profesan á Nuestra Señora de la Hoz, llamada así por el sitio donde se apareció. A diez kilómetros de Molina y término de Ventosa, se esconde el Gallo en una garganta tortuosa formada por elevadísimas rocas areniscas y enormes masas de conglomerado rojo. Este barranco es conocido con el nombre de la Hoz. En lo más angosto del barranco, la vista se detiene sorprendida ante el asombroso trabajo de la naturaleza, y el espíritu se siente humillado y confuso contemplando en sus obras la grandeza del Creador. Era este sitio antiguamente un bosque espesísimo y salvaje, nido y albergue de fieras y animales dañinos, y en el que la humana planta jamás habia penetrado. Pero la codicia presta al hombre un valor desesperado; y sin miedo á los peligros, allá se introdujo el Vaquero de Ventosa buscando la rés perdida. Envolvióle la noche entre las sutiles mallas de sus pavorosas tinieblas, y se consideró perdido en aquel laberinto de impenetrables zarzales. De pronto oyó suavísimas armonías, y divisó á corta distancia vivos resplandores. El instinto de conservación movió sus pasos en aquella direccion, y un grito de alegria dejó escapar de su garganta: habia visto su vaca á los reflejos de misteriosa luz. Acercóse á ella rebosando júbilo, pero el animal permaneció inmóvil con la vista levantada. Elevó la suya el Vaquero y su asombro no tuvo limites: sobre un soberbio pedestal estaba colocada la Imagen de la Virgen rodeada de brillantísima luz. Segun el Sr. Lopez Moreno, último historiador de Nuestra Señora de la Hoz, esta aparicion debió tener lugar entre los años 1130 á 1150. Disputaron los pueblos de Ventosa y Corduente la posesion de esta Imagen fundando iguales derechos sobre el terreno en que se apareció; terció Molina en el pleito, y alegando el derecho del más fuerte, mandó traerla á la Villa. Corrió con rapidéz por el Señorio la nueva del milagroso hallazgo, y enmedio de una magnífica procesion y general regocijo, fué trasladada á la Iglesia de San Martin. Grande fué el desconsuelo de los fieles, cuando al acudir en la mañana siguiente á visitarla, encontraron vacío el lugar en que la depositaron. Al tener noticia de que la Imagen se encontraba en el mismo sitio que se habia aparecido, sospechan algun amaño de los pueblos interesados, y de nuevo fué colocada en la Iglesia de San Martin, dejando centinelas que la custodiasen. A la mañana siguiente los vigilantes quedaron asombrados; la Imagen había desaparecido por segunda vez, convenciéndose de que queria habitar en el Barranco de la Hoz. Esta Imagen se cree perteneció á la antigua Catedral de Ercavica, siendo escondida por el último Obispo, Gabinio, al tiempo de la invasión Sarracena. Confirma esta creencia, las señales que se le advierten de haber estado adherida á un retablo. Su construccion es antiquísima, y demuestra pertenecer á los primeros tiempos De la Iglesia. La madera es desconocida en este pais.
El conde D. Manrique de Lara mandó edificarle un santuario y lo doto con grandes rentas, segun se desprende de la confirmación que hizo de estas donaciones su hijo D. Pedro, y otros documentos particulares. El cuidado del Santuario se encargó á los Canónigos Reglares de San Agustin, hasta que por los años de 1245 lo abandonaron. Sucediéronle los Templarios hasta la extincion de la Orden. En 1312 los Canónigos de Sigüenza y su Obispo D. Simon, arrendaron la casa de Nuestra Señora de la Hoz, con sus viñas, molinos y demás heredades, al Clérigo de Molina Gil Garcés: despues fué agregado á su Cabildo eclesiástico. Esto no fué obstáculo para que el caballero Fernando de Burgos solicitase su patronato para él y sus sucesores, que le fué concedido por el Pontífice Julio II. D. Fernando gastó más de doscientos ducados de oro en la reedificacion del Santuario y hospederia, trayendo tambien de Flandes un magnífico retablo. Continuó el Santuario en poder de patronos bastante descuidados, hasta que á mediados del siglo actual, el Obispo d Sigüenza D. Joaquin Fernandez de Cortina, nombró en Molina una junta, mista de Eclesiásticos y seglares, que encauzando con celo su administracion ha llevado á cabo grandes reformas. A pesar de pertenecer este Santuario al pueblo de Ventosa, Molina siempre le considera como suyo. El Rey. D. Felipe IV visitó á Nuestra Señora de la Hoz en 1640, y le regaló preciosas alhajas.
A pesar de las vicisitudes por la que ha pasado este Santuario, la devocion de Molina y su Señorio no ha decaido un momento; antes por el contrario, continúa cada dia con mayor fervor. Las molestias del viaje, no son obstáculo para que las familias de Molina vayan en romeria todos los años á visitar á la Virgen de la Hoz, recurriendo á ella en todas sus desgracias y aflicciones. Muchos pueblos del Señorio acuden en romeria, un dia determinado de año, por voto que hicieron sus antecesores para que les librase de alguna calamidad; y entre otros se distinguen Lebrancon, Corduente, Herreria, Rillo, Canales, Rueda, Tierzo, Ventosa, y Odon de la provincia de Teruel. Tambien Molina acude el dia 1.º de Mayo, conociéndose esta romeria con el nombre de Butron. Antiguamente era obligatoria la asistencia de un individuo por familia; hoy solo asisten el Cabildo eclesiástico, el Ayuntamiento y algunos invitados.
La Virgen de la Hoz, en cambio, ha pagado la devocion de los Molineses con portentosos prodigios y singulares milagros. No se tiene noticia de que haya salido de su Santuario hasta los años 1614 y 1664, que una pertinaz sequia y peste maligna, tenian consternados y afligidos á los habitantes de Molina. Bajada en rogativa con gran pompa y fervor religioso, presentó el cielo á su entrada anuncios de lluvia y cayó abundantemente durante el novenario. El Sr. D. Antonio Moreno, párroco de San Miguel, refiere minuciosamente este hecho, así como los milagros que ha obrado en favor de sus devotos. Solo haremos mencion de uno de ellos, que por haber sucedido en nuestra época y pudiendo testificarlo toda la poblacion de Molina, no podrán poner en duda los ateos de nuestro siglo. Pablo Berzosa, natural de esta ciudad, jornalero; en el año 1840 á los 22 de edad, enfermó del brazo izquierdo, que á pesar de los esfuerzos de la ciencia hubo de quedársele inutilizado y seco. Despues de mucho tiempo en que sus vecinos aliviaron su miseria, desesperanzado de obtener su curacion por medios humanos, recurrió lleno de fé á Nuestra Señora de la Hoz y haciéndose frotar el brazo con aceite de la lámpara, despues de haber orado con favor, quedó repentinamente sano con gran alegria y estupefaccion de muchos testigos, que le vieron subir cántaros de agua para la obra que se ejecutaba en el Santuario. Tuvo tal resonancia este suceso, que la Autoridad eclesiástica mandó instruir el oportuno expediente.
Nobleza. Molina como Córte de un pequeño reino, tenia tambien sus personajes aristocráticos. Si sus Señores emparentaban con los Reyes de Castilla, Aragon y Navarra, sus nobles lo hacian con los magnates más principales de estas córtes. Los condes de Cifuentes, de Priego, de Tendilla y los señores de Albarracin, casaban sus hijos con los de los Malos, Garceses de Marcilla y otras muchas familias. Esta de los Malos era tan poderosa y tanto se extendió dentro y fuera del Señorio, que segun Mosquera en su Numantina, dió ocasion á que la Reina Católica luciera su ingenio, convirtiéndose luego en adajio sus palabras: Más valen Malos de Molina que Buenos de Medina. Completaban la nobleza de Molina los Duques de Rivas, los marqueses de Embid y los de Villel, los condes de Argillo y otros títulos, que si no residian en la villa continuamente, tenian palacios y los habitaban por temporadas.
Mayorazgos. Había en Molina tantas vinculaciones, que la generalidad de sus vecinos se mantenian de sus rentas, siendo sumamente escaso el número de artistas y braceros, como veremos más adelante. Entre estos Mayorazgos los de mayores rentas y más principales eran los siguientes:
El de D. Francisco Mendoza y Arellano y sus dos hermanos, hijos segundones del caballero Viejo Juan Ruiz, marques de Embid.
El de D. Juan Garcés de Marcilla, que radicaba en Corduente
El de los Catalanes, que lo poseia D. Juan Lopez de Ciria.
El de D. Pedro Martin de Castejon, sucesor de la casa de Arias.
El de D. Diego de Jaraba, en los castillos de Alarcon.
El de D. Juan Garcés el Viejo, que recayó en el conde de Priego, fundado sobre bienes en Molina y Checa.
El de D. Francisco Lopez Cortes, fundado por el Licenciado Francisco Cortes Visitador general del Arzobispado de Sevilla y del Obispado de Cuenca.
El de D. Juan Cortes, fundado por el Licenciado Francisco Ruiz, Abad del Cabildo.
El de D. Gerónimo Arias Castillo de la Muela.
El de D. Gerónimo de la Muela, tío del anterior.
El de D. Diego Vazquez del Castillo.
El de D. Juan Vazquez Torremilano.
El de D. Diego Toledo y Garcés.
El de D. Juan Gonzalez de la Cámara, llamado el Judio.
El de D. Francisco Gastea Cortazar.
El de D. Juan Lopez Notario.
El de D. Juan Rodriguez de Rivadeneira.
El de D. Diego de Ayllon Vellosillo.
El de D. Pedro Malo de Mendoza.
El de D. Alonso Velazquez Carbajal.
El de D. Francisco Velazquez Carbajal, Licenciado y hermano del anterior.
El de D. Martin Malo de Hombrados.
El de D. Gerónimo de Toledo, abogado, y tres hermanos más, tambien con mayorazgos.
El del Licenciado D. Francisco de la Muela Galvez.
El de D. Fernando de la Muela de Larez.
El de D. Gregorio Ruiz Malo.
El de D. Diego Sanchez Portocarrero
El de D. Cárlos Montesoro y Garcés.
Los de las familias de Obregon, Peiro, Tavira, Montenegro, Quiñones y otros muchos, que teniendo la vecindad en pueblos y villas del Señorio, residian ordinariamente en Molina.
Caballeros de varias Ordenes. En tiempo del Licenciado Elgueta, habia en Molina las siguientes condecoraciones:
D. Alonso de Liñan, Caballero del hábito de Alcantara.
» Marcos de Molina, id. de Alcántara.
» Iñigo de Molina, id. de Calatrava.
» Juan Gonzalez de la Cámara, id. de Santiago.
» Cárlos Gonzalez, hijo del anterior, id. de Calatrava.
» Blas Gonzalez, hermano, id. de Alcántara.
D. Gerónimo Garcés Carrillo de Mendoza, id. de Santiago.
» Juan Garcés, hermano del anterior, id. de Santiago.
» Pedro Garcés, hermano de los anteriores, id. de Santiago.
» Francisco Velazquez Carbajal, id, de Santiago.
» Velasco Velazquez, hermano del anterior, id. de Calatrava.
» Juan del Castillo Terraza, id. de Santiago.
» Garcia del Castillo Carrillo, id. de Santiago.
» Diego Idalgo de Morales, id. de Calatrava.
» Agustin Arias de la Muela, id. de Santiago.
» Diego Sanchez Portocarrero, id. de Santiago.
» Francisco Arias del Castillo, id. de Calatrava.
Inquisidores.
Licenciado D. Juan de los Llanos, Abad del Cabildo Eclesiástico.
» D. Juan Sanchez de Ispizú, ídem.
» D. Bernardo Martinez, idem.
» D. Juan de Ayllon Bellonsillo, idem.
D. Cristóbal Nuñez Vallejo, Capitular.
D. Juan de Zaldivar Vecoyta, idem.
D. Juan Herrero, Familiar del Santo Oficio.
D. Cristóbal Lopez, idem.
D. Pedro Bueno Muñoz, idem.
D. Mateo de Gastea Cortazar, Alguacil Mayor.
D. Juan de Gastea Cortazar, idem.
Licenciado D. Garcia del Castillo, idem.
D. Francisco Velazquez, idem.
Hijosdalgo. A petición de los hombres buenos de Molina, la Real Chancillería de Valladolid en 1654, y por su sala de Hijosdalgo se comisionó al Juez D. Alonso de Avila Muñoz, para que se renovase el Padron de la Villa. Infinidad de personas acreditaron sus derechos y quedaron incluidas en el padron, como verdaderos hijosdalgo. Este Juez parece que anduvo un poco desatento con el estado Eclesiástico, poniendo á algunos Sacerdotes el connatado de pecheros. Con este motivo el Cabildo mandó á Valladolid á su Capitular el Licenciado Juan Rodriguez de Hurtado, quien consiguió de la Sala órden para que á los Sacerdotes se les borrase del padron la adicion de hidalgos ó pecheros, y en adelante se les pusiese solamente Sacerdotes. Segun el padron de 1609 habia doscientos ochenta y seis nobles é hidalgos.
Comerciantes, industriales y labradores. Dice el Licenciado Elgueta: «además de la nobleza citada y otros muchos vecinos que se sustentaban con sus haciendas y ganados que imbian á Extremadura, y se pasean en caballos y se tratan como ilustres, hay mercaderes muy ricos que con su comercio y granjeria enriquecen la república y la hacen abundar de las mercaderias y comercios necesarios; hay escuderos que sustentan armas y caballos y gozan de El Fuero de el Fundador de esta Villa; hay oficiales muy primos en sus artes y hay hortelanos y labradores que labran y cultivan las huertas y los campos, aunque de estos hombres de capa parda hay muy pocos en Molina, porque la mas gente es de huelga y viven de sus heredades, rentas y ajencias.»
Lujo, trajes y educacion. Consecuencia inmediata de tantos nobles, hidalgos y desocupados ricos, era la aficion á los gustos aristocráticos; la finura en las formas, la amenidad y exquisita cortesia en el trato, la aficion desmedida á los caballos y á la caza, y sobre todo, el lujo y riqueza en trajes y adornos. Nihil nevum sub sole. Cuando creíamos y culpábamos á nuestra época de haber creado una generacion de desocupados, amigos del lujo y la comodidad y enemigos irreconciliables del trabajo, nos encontramos con que estos defectos nos vienen de abolengo. Es muy curiosa la descripción que de ello hace el Licenciado Elgueta, asombrado del lujo que ya se usaba en su tiempo, dice así: «la policia y ornato de la jente de Molina se pueden comparar con la jente más ladina y curiosa de España, y nenguna le hace ventaja asi en el traje y ornato de sus personas como en su trato y conversacion, y en todo lo demás que en las ciudades de policia se pueden preciar. Y en cuanto al traje, con decir que lo mesmo que se usa en la Córte eso mesmo se úsa en Molina, porque apenas sale algun úse nuevo en los trajes de hombres y mujeres en la Córte cuando al punto se ejecuta en esta Villa sin detencion alguna; y es en tanto grado, que usándose en otros tiempos unas ropas de bayeta que llevaban las mujeres, el Padre Vallejo reprendió en el pálpito aquel traje, pareciéndole que era demasia; que dijera ahora si viera aquellas ropas convertidas en vestidos de seda, y con guarda infantes, enaguas y guarda pies que no se usaban entónces, y las medias de cordellate en medias de Inglaterra y medias de seda y ligas, y los chapines y chinelas que servian de grillos á las mujeres convertidos en zapatos de pondevi muy alpargatados y acairelados con muchas cintas; y si viera las tocas que mostraban tanta honestidad convertidas en guedejas y tantas diferencias de tocados como se úsan, adornadas con tantas cintas de diversos colores; y lo que peor es, yendo antiguamente con tanta honestidad y recojimiento de cuello, si ahora viera las damas, que muestran más espalda que disciplinantes, y hasta los pechos y los hombros, y para que se vea mejor gastan mantos de Christal por lo transparentes que son, y las mujeres que no llevan mantos de seda les parece que son de menos valer; y de aqui se siguen grandísimos inconvenientes, porque como dice un refran, la mujer ha de estar mal vestida y bien comida, porque no le obligue la necesidad del comer á hacer una vileza, y estando mal vestida no quiere que la vea nadie, porque para no ser vistas no se compusieran ni adornaran y se estuvieran recogidas en sus casas como lo hacen en los dias de trabajo que no han de ir á visitas, porque ya estas son muy comunes en todos los dias. Tambien se ha introducido en esta Villa de poco tiempo á esta parte el llamarse con Don todas las damas y caballeros, y todos los demás á quien se le antoja lo hace, como tambien se acostumbra en la Córte ponerse Don el que le parece.» (Capítulo 19, pág. 86.)
Hijos ilustres en santidad. Entre los Molineses que merecen preferencia por este concepto, sobresalen los siguientes:
D. Diego Suarez Coronel, de ilustre familia, que por su constancia en la fé mereció la palma del Martirio. Fué hijo de Gaspar Coronel, vecino de esta Villa. Enviado á Italia en servicio del Rey, se embarcó en Valencia en compañía de D. Antonio Gobeo, Obispo de Sirena. En el trayecto fueron apresados por unas galeras Argelinas y conducidos cautivos á Argel, donde estuvo por espacio de tres años; hasta que por órden del Rey le rescató Luis de Albareda, del Consejo de Hacienda, por conducto del Judio Jocaporta, vecino de Oran, en la cantidad de setecientos cincuenta reales de á ocho, en moneda de plata. Nueve meses estuvo detenido en Argel despues de su rescate, á causa de la falsa informacion hecha al Duque de Maqueda, Gobernador de Orán, quien suponiendo en Argel una gran epidemia contagiosa, no permitia la entrada de los buques procedentes de aquella parte. Durante este tiempo trabó amistad con algunos moros de su edad, y tanto se aficionaron á él seducidos por su valor, gallarda presencia y afable trato, que le ofrecieron casarle con una doncella muy hermosa y rica, y darle un grande empleo si renegaba de su religion. Como caballero cristiano y soldado valeroso, rechazó con indignacion las seductoras promesas de los moros. Ofendidos y agraviados estos con tan noble determinacion, le apresaron de nuevo y le hicieron azotar bárbaramente en el vientre. Despues lo arrastraron atado á la cola de dos caballos; y últimamente le empalaron en una estaca de hierro y le quemaron vivo. El heróico jóven murió invocando el dulce nombre de Jesús, y sobre todo el de Nuestra Señora de la Hoz. El Padre Melchor de Zúñiga, Redentorista, que le asistió en su muerte y nueve cautivos más, vieron junto á la cabeza del Mártir la imagen de la Virgen de la Hoz que le consolaba en su agonia. Desde aquellos cautivos por voto que hicieron, vinieron á visitar á la Virgen en su Santuario y apenas vieron su imágen, testificaron ser la misma que habian visto junto á Diego Suarez Coronel cuando fué martirizado en Argel. Los moros mandaron arrojar al mar las cenizas y restos que quedaron del Santo Mártir, pero los citados cautivos las rescataron y depositaron en el Hospital de Argel. Este martirio tuvo lugar el dia 8 de Diciembre, fiesta de la Inmaculada Concepcion, del año 1624. La informacion que se hizo de este hecho á instancias de su hermano Alfonso, y en la cual depusieron gran número de testigos que á la sazon estaban tambien cautivos, fué autorizada por D. Pedro Martinez, escribano mayor de Madrid.
El Licenciado Rodrigo Bechio. La copia del testimonio del acta del martirio del Venerable Rodrigo Bechio, se guarda en el archivo del Cabildo eclesiástico de Molina, y tambien se conserva el retrato en su sala Capitular. De esta copia se extractan los datos siguientes: Rodrigo Bechio fué hijo de Anton y de Francisca Vera y nieto de Garcia de Bechio y de Maria de Vigil de Quiñones, Señores de Bechio en Vizcaya, vecinos todos y naturales de Molina de Aragon, diócesis de Sigüenza. A repetidas instancias del Arzobispo D. Pablo Guerrero, abandonó á Molina y le acompañó á Granada, donde residió mucho tiempo. Asistió con el Sr. Arzobispo al Santo Concilio de Trento, y fué «su más fiel y leal consejero en sus mayores cuitas.» Trató con familiaridad intima á los Padres Avila y Albotodo, quienes consideraron como don de la providencia la venida de Rodrigo á Granada: el último de estos padres le enseñó á hablar el Arábigo. Era de vida ejemplar y santa, y uno de los más infatigables obreros que trabajaban en la conversion de los moriscos de las Alpujarras. Abrasado en santo celo pidió muchas veces licencia al Prelado para trasladarse á las Alpujarras, pero prefiriendo tenerle á su lado la dilataba con varios pretextos, hasta que al fin cedió y fué á establecerse en la Taha de Ujijar. Cuatro años anduvo por aquella Serrania, predicando dia y noche y convirtiendo más de ochocientos; en todo este tiempo no se desnudó ni puso camisa vestido, «é siempre andaba limpio é curioso. Era pequeño de cuerpo, é moreno, é los ojos grandes é modestos pero asaz hundidos, la cara alegre é fermosa, é jamás durmió más de dos horas é esas puesto de rodillas. Atemorizaba é edificaba su voz cuando predicaba, tanto que los moriscos comunmente le nombraban El Papaz Santo, é solo comia doce onzas de pan é otras tantas de yervas del campo.» Andaba descalzo y solo se ponia los zapatos cuando entraba en la Iglesia para celebrar; «traia una Santa Imagen que se llamaba de la Hoz, y encargaba la devocion á nuestra Señora.» Teníanle grande respeto los moriscos, y cuando trataban de hacer algun mal, decian, menos al Papaz Santo. El dia 24 de Diciembre de 1568 se sublevaron los moriscos de las Alpujarras capitaneados por Abenfaraj, cuando estando predicando Rodrigo Bechio de Molina en la villa de Laroies; fué preso y conducido atado á la Iglesia en union del párroco y otros clérigos y seglares. Allí exhortó á sus compañeros á padecer el martirio y les hizo cantar el Te Deum. El dia primero de Páscua sacaron los moriscos á Rodrigo y demás compañeros «al haza de Pizena, los untaron los pies é cuerpo con el olio é pez ardiente, é á fogo lento los quemaron; é viendo que no bastaba para morir este tormento, é que predicaba la fé Santa é que convirtió así algunos, le sacaron é con vallestas é arcabuces ficieron sus santas carnes muchos pedazos, é no contentos esto, derramaron é esparcieron los pedazos por aquellos campos para que los canes comiesen.» Este testimonio está sacado por Pablo Palaez Duarte, escribano del Rey, de los protocolos y registros de escrituras públicas de las Alpujarras, á instancia de D. Antonio Bechio Lopez de Haro, natural de Molina de Aragon y Catedrático de Matemáticas Militares en Madrid.
El Maestro Abila, descendiente de noble familia, gran Teólogo, canónigo de Granada, Consejero del Arzobispo, insigne en virtudes. Murió muy jóven.
D. Martin Garcés de Velasco, Doctor en Teología y célebre por su ciencia y virtudes. Ocupó grandes cargos eclesiásticos en América y fué Obispo de La Paz. Murió en Abril de 1662.
D. Garcia Manrique, insigne en ciencia y virtudes. Obispo de Barcelona.
Fray Estevan Bernal, Franciscano, insigne en ciencia y virtudes. Obtuvo grandes cargos en su Religion, y con este motivo fué á Roma donde cobró tal fama de santidad y sabiduria, que el Papa Julio III le llevó á su palacio y le hizo su Penitenciario. Murió en opinion de santidad y habiendo sido abierto su sepulcro despues de muchos años, se encontró el cuerpo incorrupto que despedia grata fragancia y sus ropas intactas. Noticioso de estas maravillas el Papa Sixto V., mandó instruir expediente para su canonización; pero la temprana muerte de este Pontifice lo paralizó y privó á Molina de la gran gloria de que se venerase en los altares á uno de sus hijos.
La V. Madre Maria de Jesus Rivas, hija de D. Antonio Lopez Rivas y de D.ª Elvira Martinez; nació en Molina á 18 de Agosto de 1560. Desde muy niña manifestó sus grandes virtudes é inclinaciones á la vida religiosa, á pesar de la gran resistencia que le opusieron sus abuelos; pues siendo hija unica y habiendo fallecido sus padres, veian desaparecer con ella la descendencia de una ilustre familia. Mandó repartir su hacienda entre los pobres, reservándose solamente cinco mil ducados para su dote. Pidió plaza á Santa Teresa en su convento de Avila, pero no habiendo plaza vacante profesó en Toledo, por recomendacion de dicha Santa. Grande admiracion debieron causar á Santa Teresa las virtudes de la jóven Maria Rivas, cuando en su carta de recomendacion á la Superiora de Toledo se expresa con estas palabras: Mirenmela no como á las demás, porque espero en Dios, que á de ser un prodigio. No se equivocó la Santa, pues con la edad fué creciendo en santidad y virtudes, hasta el extremo, de que Santa Teresa consultaba con ella sus más graves negocios y la llamaba mi Letradillo. Toda su vida fué un continuo tejido de admirables virtudes y actos heróicos, como puede verse en D. Antonio Moreno, Glorias de Molina, parte 7.ª, pag.ª 213, donde extracta la vida y hechos de esta venerable, de un testimonio que se conservaba con gran veneracion en casa de D. Carlos Montesoro, de cuya familia descendía la de los Rivas. Murió en 13 de Septiembre de 1640.
La V. M. Sor Isabel de San Ildefonso. Fué hija de D. Luis Fernandez y D.ª Maria Hermosilla, naturales y vecinos de Molina y pertenecientes á una de sus más ilustres familias. Profesó en el convento de Santa Clara y se distinguió por su rara humildad. (D. A. M. pag. 229.)
Sor Maria de Jesús. Fué hija de los muy nobles señores D. Gregorio de Medina y D.ª Gerónima Velasco. Profesó en este convento de Santa Clara, y sobresalió por la austeridad de sus penitencias. (D. A. M. pág. 230.)
Sor Ana de la Encarnacion, hija del noble Sr. D. Salvador de la Muela y D.ª Teresa Diaz. Profesó en Santa Clara á los 15 años de edad; sobresalió por su grande humildad y caridad, por su gran don de consejo y por sus innatos conocimientos de Mistica. (H. paj. 213.) Del mismo modo dejaron gran fama de santidad, Sor Juana Ballesteros, Sor Ana del Castillo, Sor Catalina Gonzalez, la V. Maria de la Trinidad, la V. Ines de Soria, la V. Catalina de los Reyes, Sor Teresa del Castillo, Sor Margarita Romero, Sor Catalina Martinez Vallejo y otras muchas, cuyas vidas describe el citado D. Antonio Moreno.
Compañia de Jesús. Dió tambien Molina preclaros hijos á esta compañia, entre otros el P. Castillo el Viejo, P. Francisco Castillo Terraza, el P. Francisco Fernandez de la Parra, y otros muchos que llegaron á ocupar altos puestos de su instituto. (Licenciado Elgueta paj. 88.)
Hijos ilustres en ciencias y Letras.— El Licenciado Nuñez que vivió en el siglo XIV; escribió sobre las Antigüedades de Molina, y otras cosas; y de sus manuscritos hacen grandes elogios Sanchez Portocarrero y el Licenciado Elgueta.
Doctor D. Diego del Castillo, Jurista insigne y catedrático de la Universidad de Valladolid. Escribió Glosa dorada, comentarios á las Leyes de Toledo y Toro; Doctrina de Confesores y Comentarios sobre las Leyes de Partida, obras todas muy estimadas. Murió sobre 1530.
D. Diego Sanchez Portocarrero, literato y concienzudo historiador. Escribió el primer tomo de la Historia de Molina, Catálogo de los Obispos de Sigüenza, Devocion de Molina á la Inmaculada y otros, que le valieron gran fama. Desempeñó grandes cargos civiles; fué capitan de la jente de guerra antigua, Contador de millones, Intendente de la Casa de Moneda y Comisario del Ejército de Portugal y Cataluña. Murió por los años de 1670.
Licenciado D. Diego de Elgueta, Abad del Cabildo Eclesiástico, escribió su gran obra de Cosas memorables de Molina, año 1663.
El Doctor Diaz Cortes y los Licenciados Martin Vazquez Torremilano, Pedro Malo de Mendoza, catedráticos de Derecho y escritores correctos.
Los Doctores Vazquez del Castillo, Alfonso Ramirez Leonar, Pedro Lopez Vela y Juan de Gonzalo, médicos famosos, catedráticos de Alcala y médicos de la Real Casa.
Los Doctores Gerónimo de Toledo, Juan de Sola, Pedro Albaro, y los Licenciados Domingo y Francisco de Lezcano, Miguel de Toledo, Alonso Coronel, Juan de Leonor, Vicente del Castillo, Fernando Fernandez de la Parra, Gil de Arteaga y otros muchos Abades y capitulares de este Cabildo eclesiástico, célebres oradores sagrados, capellanes de honor y predicadores del Rey.
El Licenciado Gregorio de Toledo, el B.r Cristóbal, D. Juan de Gastea Cortazar, Licenciado Juan Sanz de Iriarte, D. Juan del Castillo Terraza y D. José Martinez Durango, poetas insignes, premiados en diversos certámenes poéticos y con varias obras que se representaron en los Teatros.
Doctor D. Antonio Moreno, cura de San Miguel, anticuario; famoso por sus acaloradas discusiones con D. Antonio Fuero, cura de Azañon, sobre la situacion de Ercavica y limites de la antigua Celtiveria. Escribió con mucha erudicion su Rasgo Histórico y la Ninfa más Celestial, ó sea la Historia de Nuestra Señora de la Hoz.
Hijos ilustres en las armas. Tuvo Molina famosos Capitanes é invencibles guerreros, que con sus heróicas hazañas llegaron á conquistar un puesto en la historia. En los primeros tiempos de la fundacion del Señorío, tenian que defender sus fronteras de las entradas que en él hacian Aragoneses y Castellanos. Unido el Señorío á la Corona de Castilla, sus Reyes tuvieron en él un atalaya vigilante y un centinela aguerrido y siempre aparejado. La guerra en las fronteras del Señorio, fué contínua y diaria por espacio de mas de tres siglos: cuando no se hacía formalmente entre los Reyes, tenia que defenderse de las continuas rapiñas de foragidos y merodeadores que infestaban la frontera de Aragon, donde la paz reunia todos los soldados inquietos y turbulentos de aquel Estado. En estas guerras de bajo vuelo y sin resultados prácticos, en las que las celadas y las sorpresas constituían toda la extrategia militar, pero terriblemente encarnizadas y desesperadas, se adiestraron y murieron valientes Capitanes y soldados, cuyas hazañas por ser tan comunes y numerosas, ya no llamaban la atencion. Los pocos escritos que de aquella época han llegado hasta nosotros, dan oscuras noticias de tantos héroes ignotos.
Despues, cuando las Coronas de Castilla y Aragon se unieron bajo el Cetro de los Reyes Católicos, aunque no se apagó el antiguo rencor entre ambos pueblos, cesaron poco á poco las hostilidades, y con ellas las razones de conveniencia que obligaban á los Reyes á no poder utilizar las fuerzas del Señorio en otras empresas. Hasta esta fecha, puede decirse, que las tropas del Señorío solo se concretaron á defender su territorio, exceptuando la salida que hicieron en el reinado de Don Alonso XI para el sitio de Algeciras; pero de aquí en adelante, ya colectiva ya particularmente, los hijos de Molina acompañaron á sus Reyes en todas sus campañas, dejando siempre buena memoria de su valor y bizarría. En la conquista de Granada, en las guerras con Francia, Alemania, Italia y Portugal, así como en las sublevaciones de Aragon y Cataluña, las jentes de guerra de Molina trabajaron con mucha honra y gloria de su pátria, como veremos en las diversas Capitanías que salieron de Molina. Por lo tanto, aquí nos concretaremos á enumerar los nombres de algunos de sus hijos que se distinguieron por sus hazañas especiales.
Sea el primero el Capitan Sebastian de Ballejo, soldado valiente, esforzado y muy inteligente en el arte militar. El Emperador Cárlos V le distinguió con su particular aprecio, peleó mucho tiempo á su lado, le hizo su aposentador general y con tan alta estimacion á más subiera, si la temprana muerte no le atajara los pasos.
El Capitan Ambrosio de Vallejo, sobrino del anterior, cambió la cogulla por las armas escapándose del convento de San Francisco donde cursaba el Noviciado. Su tío le colocó de Alferez en una compañia de caballos lijeros, la que despues mandó como Capitan por espacio de cinco años. En una pendencia mató á otro Capitan, viéndose obligado á huir por temor á la ordenanza. Ya en alta mar, se encontraron cercados por galeras Argelinas y aunque se defendieron valerosamente, al fin fué apresado y atormentado por los moros en premio de su heróica defensa. Un soldado que habia servido en su compañia le rescató, volviendo de Capitan á la guerra de las Alpujarras, donde cercado por los moros en compañia de otros tres Capitanes, fué el último que sucumbió tendiendo á sus pies gran número de enemigos. La fama de este hecho dejó eternizada su memoria.
Notas
[editar]- ↑ No se lee correctamente "fiis" en el original.