Historia general de el Reyno de Chile/Libro I/IV

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CAPITULO IV.


De el primer descubridor del Reyno de Chile y de las Indias Occidentales por mar, el Famoso Magallanes, y del Estrecho de su nombre, por donde se juntan los dos mayores mares.
Colon descubre las Indias y pasa por tierra al otro mar.—Magallanes descubrió el primero el passo de un mar a otro por el Estrecho.—La materia curiosa de estos dos libros primeros.—Cedula del Rey en que manda hazer relacion del Reyno de Chile.—Patria y méritos de Magallanes.—Cáusanle algunos disgustos sus Portugueses.—Memoriales que presentan en Junta de Indias.—Determínase la empressa.—Navegacion de San Lucar por las Canarias al Brasil—Reconoció el rio de la Plata.—Vahia Julian, e imbernó en ella.—Halló gigantes en Chile.—Sus propiedades.—Alójase en la Vahia de San Julian y pérdida de la nave Santiago.—Crueles castigos que executó en los capitanes.—Descubre el Estrecho.—Vuélvese a Sevilla la nave San Antonio. — Pasa el Estrecho y le pone su nombre de Magallanes.—Tiene que navegar por el mar austral sin ver tierra.—Ambre notable.—Enfermedades.—Descubre las Filipinas, y por qué se llamó Mar Pacífico.—Muerte de Magallanes y otros españoles.—Muerte del Almirante Duarte de Barbosa.—Queman la nave Concepcion.—Llegan a las Molucas.—Pliega la nave Victoria a San Lucar.—Navega catorce mil leguas.—Premios que dio el Emperador.—La Villa de Guetaria añadia a sus armas las de Cano.—Descripcion del Estrecho de Magallanes.—Un canal con 500 brazas de fondo.—El hivierno que tiene 23 horas de noche y 3 de dia.—Arboles olorosos y corteza que sabe a pimienta.

Ignoradas estubieron por muchos siglos las Indias Occidentales, hasta que el famoso Colon las descubrió, passando al grande y extendido Reyno de el Perú, y descubriendo otro mar differente del Occeano y mar del Norte, qual fué el mar Austral y del Sur, por cuyas costas se extienden los dilatados Reynos de las Indias Occidentales; y este descubrimiento le hizo passando la tierra que ay de Puerto Belo a Panamá, que divide los dos mares. Pero no supo, como tambien lo ignoraron los antiguos, que avia parage y rumbos por donde se juntaban los dos mares y daban passage de el uno al otro: ciencia que solo alcanzó el primero el insigne y nunca bastantemente alabado Magallanes, como se verá, y cuyas pisadas siguieron otros, siendo el primer descubridor del Reyno de Chile, del Perú y de los demas Reynos y Provincias de las extendidas Indias Occidentales, por esta parte. Y como este Reyno de Chile se descubrió primero y se comenzó a poblar por los que passaron a el por mar, que por los descubridores y pobladores que passaron a el por tierra, viniendo del Perú; que estos caminaron por tierra continente despues, y aquellos vinieron antes de España por mar, y entraron en este Reyno, por donde hallaron que se continuaban los mares, es forzoso tratar primero de los que primero le descubrieron. Los Españoles que por tierra han descubierto y poblado este Reyno de Chile, han tenido bien en que exercitar su valor, hallando en el vn Flandes indiano, vna sangrienta guerra, vna valiente oposicion y osada resistencia en los naturales desta tierra, que desde el año de 1545 hasta este de 1674 han sustentado la guerra contra el poder Español, contra tantos Gobernadores valerosos y exercitados capitanes de Flandes, por espacio de ciento y veinte y nueve años, de cuyas batallas fuertes y victorias insignes comenzaré a historiar desde el libro tercero, y aasi, quien tubiere el animo tan ardiente o tan impaciente el deseo de ver batallas, que le parezca larga digression la de estos dos libros primeros, passe al tercero. [1]

Pero no dude de que se privará de lo mas gustoso, de lo mas.............. [2] de mas variedad, porque....... [3] dos libros trato de los primeros descubridores de Chile por mar, de los Estrechos por donde se continuan y comunican los dos mares, dando passo del vno al otro a los navegantes, los que por ellos han navegado de todas naciones y sus intentos, abiéndoles abierto el passo la nacion Española; de sus puertos, rios, vahias, ensenadas, tierras, arboles, plantas, frutos, mercandas, oro, plata, piedras y metales; de sus habitadores, vsos, ritos, costumbres, valor militar, tragos, casas, embarcaciones, maderas para ellas, castillos, fortalezas, ganados, aves y frutas, con lo singular y differente de otros Reynos y naciones.

Por ser la noticia destas cosas tan útil, tan curiosa y tan necessaria, han deseado los Reyes de España la relacion plena de todas estas cosas, y la han solicitado con sus Reales cedulas, mandando se les embien mapas, descripciones y noticias de todas las cosas referidas y singulares deste Reyno de Chile. Y assi la Magestad del Rey Phelipe quarto el grande despachó una cedula Real del tenor siguiente: "El Rey. Don Francisco Laso de la Vega, caballero del Orden de Santiago, mi Gobernador y Capitan general de las Provincias de Chile y Presidente de la Real Audiencia, que en ellas reside, o a la persona o personas a cuyo cargo fuere su gobierno. Demás de las relaciones que tengo pedidas de los Puertos y costas de esa tierra, deseo tener por menor descripcion entera de todas esas Provincias, que caen debaxo de vuestro....................... [4] que luego...... [5] esta mi cedula, deis las ordenes que convengan para que se hagan luego mapas distintos y separados de cada Provincia, con relacion particular de lo que se comprehende en ellas, sus temples y frutos, minas, ganados, castillos y fortalezas, puertos, caletas y surgideros, materiales para fabrica de navios, sus carenas y aderezos, y que naturales y Españoles tienen, todo con mucha distincion, claridad y brevedad. De suerte que, si fuere posible, venga en la primera ocasion, que en ello me servireis. Fecho en Madrid, en 30 de Diciembre de 1633. Yo el Rey. Por mandado del Rey N. S.or Don Fernando Ruiz de Contreras."

De donde se ve la importancia destas noticias, los deseos que los Reyes de España han tenido de ellas muy por menudo y con mucha distincion, la utilidad y el gusto que de tan deseadas noticias y descripciones se podrá seguir, pues con tantos aprietos se piden. Y assi no será digresion de la historia general deste Reyno, el tratar por menudo y con distincion destas cosas, sino una de las principales obligaciones de ella y un precisso y obediente cumplimiento de los mandatos Reales en dicha cedula, que he pretendido executar con singular estudio, inquisicion y diligencia, riendo por mis ojos lo mas de lo que refiero, para que bien examinada la verdad, vaya mas pura. Y quise hazer de todas estas cosas relacion aparte en los dos libros primeros, por no interrumpir con ellas la narracion de las conquistas, poblaciones, guerras y batallas de los diez libros siguientes. Y assi referiré primero, por guardar el orden debido, los hechos, caminos y victorias de los que entraron primero en este Reyno de Chile, que como entraron por mar, sus hazañas fueron descubrir nuevos caminos y estrechos; su valor lució en la constancia, y sus victorias fueron de las furias de los vientos, de la sobervia de los mares, de la inchazon de las ondas y de la continua oposicion de los elementos y contradicciones de los pusilanimes.

Alcanzó entre todos los mas sonoros ecos de la trompa de la fama y los mas dilatados vuelos de sus alas, Fernando de Magallanes, caballero del Abito de Santiago, no menos por el valor heroyco de la empresa de su descubrimiento, que por las muchas sutiles y elegantes plumas que le han dado alas para volar por todo el mundo, sin limitacion de tiempo, ni convate de el olvido. Y si la mia tubiera el caudal que sus hechos merecen, le llebara en volandas de la otra vanda de la eternidad, por aber descubierto el primero el Reyno de Chile, assumpto de mi cuydado. Fué su patria la insigne Ciudad de Lisboa. Sirvió al Rey de Portugal muchos años, con valor y fidelidad. Ocupó los superiores cargos de la milicia, en Berberia, de que haze larga relacion Jerónimo de Osorio en las cosas del Rey D. Manuel de Portugal, y assi mismo en las conquistas de la India Oriental, donde por sus inclitas hazañas le estimó con publicas aclamaciones aquel ardiente rayo de la guerra y terror del Asia Don Alonso de Alburquerque. Que como dize Fr. Antonio de S. Roman, fué peritissimo, no solo en el arte militar, sino en el arte nautica y cosmografia, y assi gobernó con grande acierto y utilidad muchas armadas Reales que por orden del Rey se le encargaron.

Despues de mucho tiempo de ocupaciones militares, quando entendió que serian estimados sus relevantes servicios, le dieron motivo de grande sentimiento los ministros Reales de la fatoria de Azamor, como notó S. Roman, porque le apretaron con demasia en el ajuste de los gastos de la hazienda Real hechos en los sueldos y pertrechos militares de las armadas y navios, que habian estado a cargo de sus gobiernos. No fué mexor tratado en la Corte del Rey D. Manuel, a quien pidió le diesse ventaxa de un escudo cada mes, sobre el sueldo que tenia señalado, en remuneracion de lo que con tantos trabajos y lealtad le avia servido; nególo lisamente el Rey, por no hazer exemplar para que otros pidiessen lo mismo, sin atender a que los meritos son legitimes acreedores de al grandeza real, que se ha de regular por la deuda y meritos, y no por la censura de los embidiosos y pretensores sin iguales.

Tan ofendido se sintió de esta respuesta, que propuso en su animo vengarla por el mexor camino que pudiesse. Passó a Castilla, en compañia de otro portugues llamado Rodrigo Falero, doctissimo cosmografo y astrologo; entrambos presentaron a la Junta real de las Indias, en que presidia Don Juan Rodriguez de Fonseca, Obispo de Burgos (que entonses no estaba erigido el Supremo Consejo de las Indias, asta que el año de 1524 le instituió el Emperador Carlos V, como refiere el Padre Claudio Clemente) varios mapas astronomicos y cosmograficos, con que probaban que las islas Molucas cahian en la demarcacion de la conquista de los Castellanos, y que descubririan nuevo camino y navegacion mas breve por donde podrian traginar, con menores gastos y menos trabaxo que los Portugueses, la especeria y mercancias preciosas del Oriente.

Confirió y examinó con mucha atencion y madureza esta materia la Real junta de las Indias, y haziendo informacion al Rey de Castilla, que fué Emperador primero de Castilla y quinto del Imperio de los Romanos, determinóse les concediesse lo que pedian. Estaba en Barcelona, quando mandó hazer los poderes y despachos necessarios para este viage, y que a sus reales espensas se aprestassen cinco naves de buen porte; previnieron todo lo necesario de bastimentos, armas, municiones, artilleria, pertrechos y doscientos y veinte y tres hombres de mar y guerra, que el maior numero se componia de Castellanos, y los demas eran Portugueses que por particulares disgustos avian trocado a Portugal por Castilla. Las naves se llamaban: La Santissima Trinidad, era la capitana, La Inmaculada Concepcion de la Virgen Santissima, Santiago, San Antonio y Nuestra Señora de la Victoria. Fueron nombrados por capitanes Luis de Mendoza, Gaspar de Quixada, Juan de Cartagena y Juan Serrano, y por cabo y Almirante de todos Fernando de Magallanes, a quien el Rey honrró anticipadamente poniéndole el abito de Santiago, y con el mismo honor illustró a Rodrigo Falero y le dio el segundo lugar en la armada, pero no le gozó, porque adoleció de una grave enfermedad que le privó de juicio asta la muerte. Hízose a la vela del Puerto de S. Lucar de Barrameda a veinte y siete de Setiembre de 1519. En pocos-dias de navegacion tomó puerto en las Canarias en la Isla de Tenerife, donde se avasteció de carne y pescado. A tres de Octubre se partió en demanda de la Costa de Guinea, donde se detubo veinte dias con pesada calma. A treze de Diciembre dió fondo en el Rio Janeiro del Brasil, y despues de aver envarcado las vituallas necessarias, leña y agua, volvió a largar velas a veinte del mismo mes. Reconoció el rio de la Plata y entró en el a veinte de Enero de mil quinientos y veinte. Sondó sus canales, islas y ensenadas, a muchas puso nombres, y subió por la corriente arriba veinte y tres leguas, desde el promontorio de Santa Maria asta Montevideo; hizo agua y leña, y saliendo del rio a siete de Febrero, montó la punta de San Antonio y prolongó la costa muy poco desviado de ella, y notó con singular curiosidad la tierra, sus plaias, puntas, caletas y quanto era digno del conosimiento de la navegacion. A veinte y quatro de Febrero alló en quarenta grados y treinta minutos vna gran vahia muy fondable, de cinquenta leguas de circunferencia, y por ser dia de San Matias le intituló con su nombre.

A siete de Abril echó ancoras en vna vahia, que la llamó de San Julian, en cuarenta y nueve grados y medio. Desde aqui embió al Capitan Juan Serrano en la nave Santiago a descubrir la costa que se mostraba delante; y porque ya era entrado Mayo y el imbierno fulminaba sus rigores en aquellas regiones, se acuarteló en tierra, en toscos aloxamientos de fagina y paja. Aqui cautivó dos indios gigantes de Chile, que Francisco Lopez Gomara describe largamente con todas sus individuaciones; y dice, que eran de tres varas y una tercia en alto, lo mas del cuerpo desnudos, y alguna parte abrigaban con pieles de animales y fieras marinas; el cabello traian largo y trensado, colgando dél muchas flechas; el arco al ombro, el rostro pintado de amarillo, y figurado un corazon en cada mexilla: tenian los pies muy disformes y embueltos en los pellejos de los pies de las fieras, con que se hazian mas orribles, y por esta causa los llamaron Patagones. Y Thedoro Bry, en los escolios a las relaciones de Geronimo Benzon, se vfana que el es el primero que alió el motivo de llamar Patagones estos gigantes, por averlos descubierto Magallanes y allado que tenian grandes pies y los trahian calsados con pieles de Osos o de otras fieras. No tiene que alabarse de ser el primero que sacó a luz esta denominacion: que cuarenta y dos años antes lo avia dicho Gomara en la historia general de las Indias que estampó en Zaragoza, año de 1552, y Theodoro Bry imprimió la suya mucho despues, año de 1594. Eran estos gigantes Patagones boracissimos comedores de carne cruda y de quanto les ponian delante. De vna vez se comia cada vno media fanega de viscocho, y de vn resuello bebian vn cantaro de mas de media arroba de agua, y se saboreaban con el vino.

El navio Santiago, despues de aver descubierto un hondo y espacioso rio de agua dulce, que le llamaron de Santa Cruz, y costeando cinquenta y tres leguas, vna tormenta de viento Occidental le estrelló en vnas peñas, salvóse la gente, y púsose en camino por tierra en busca de Magallanes, y al cabo de cuarenta dias llegaron al alojamiento de la Bahia de S. Julian, habiendo padecido inmensos trabajos de ambre, frio y caminos ásperos, fragosos y sumamente intratables. El imbierno se encruelecia cada dia mas; los frios eran intencissimos, assi por la cercania de la cordillera nevada, como por la altura polar y desabrigo de los aloxamientos. Las raciones de Pan y cecina se tasaban con tanta apretura que murieron muchos de ambre y de los trabajos tan insoportables que excedian a las fuerzas y sufrimiento de los hombres.

Rogáronle al Almirante Magallanes se volviese a España antes que pereciessen todos a manos de la cruel necessidad y temple tan intolerable, especialmente que estaban metidos en vn enmarañado laberinto de vahias y confussas ensenadas, donde en lugar de allar salida, encontraban con miserables naufragios como el que tenian a los ojos en la Nave del Capitan Juan Serrano, y que el Hivierno todavia implacable no les dexaria passar adelante, y no siguiéndose vtilidad alguna en el padecer, era, no solo temeridad, sino inhumana desesperacion, el dexarse morir a los rigores del tiempo y estacion tan intratable y rigurosa; pero Magallanes, que tenia el corazon de bronse y nada temia menos que los riesgos y lances del morir, pues en ningun lugar se pueden estorvar las execuciones de la muerte y en todos ay envarazos para vivir, reprendió severamente aquellas platicas y amenazó que castigaria a quien se atreviese a renovarlas.

Llevaron pessadamente los castellanos tanta severidad, y se persuadieron a que a costa de sus vidas queria aquel Portugues inexorable y de tan erizado sobresexo recuperar la gracia de su Rey Don Manuel, y assi le importunaban con protestaciones y requirimientos, brabeaban enojados y con mucho descoco amenazaban le dexarian, y muy de veras platicaron de matarle o prenderle. Estas conversaciones llegaron a sus oidos; llamó a los Capitanes, y teniéndolos juntos en su nave, hizo luego matar a puñaladas a Luis de Mendoza, descuartizar vivo a Gaspar de Quixada, y al Capitan Juan de Cartagena y al clerigo capellan y vicario de la armada, los estropeó y dexó desterrados por aquellos desiertos. Juan Laet dice que el clerigo era frances y los demas castellanos, y que hizo estos castigos por varios delitos graves que avian cometido, y San Roman se alargó en el juicio mas temerariamente, diciendo: hechos estos castigos a titulo de traidores, palabras que deviera aver callado o moderado, por no poner injustamente infamia de traidores a los que no lo fueron. Pues, como dice Bobadilla con otros muchos doctores, aun el que pone manos violentas en su Capitan no es traidor, aunque merese la muerte y perdimiento de vienes, sino es que sea vn Virrey, Presidente o Oidores, como lo dice la Ley segunda de la nueva recopilacion. Y el aver castigado al capellan fué temeridad y osadia grande, por no poder un lego castigar delitos de vn eclessiastico. Castigó tambien a otros con varias penas, con mas furor militar que justicia legal, pues aun no guardó el juicio irregular que en la milicia se permite; y siendo como eran castellanos, y el clerigo frances, devia el Almirante Portugues proceder con mas madura deliberacion, y templar los impulsos de la natural antipatia que siempre ha reynado en estas naciones, porque no dexase a la sospecha lugar para presumir que avia obrado apasionado. Pero no nos es licito juzgar acciones agenas, ni menos las intenciones: baste aver referido el caso para que se vean las contradicciones que tubo este valeroso Almirante; que luego trató de hazer provision de pájaros niños y de proseguir su viage, y nombró nuebos capitanes en lugar de los muertos, que fueron Juan Serrano, Duarte de Barbosa su suegro, y Albaro de Mesquita su sobrino.

A veinticuatro de Agosto salió de la Bahia de San Julian, y tres dias despues tomó puerto en el Rio de Santa Cruz, donde hizo matalotage de pescados, como robalos y. otros, y mucha cecina de becerros y lobos marinos. A veintiuno de Octubre ganó el cabo de Las Onse mil Virgenes, que es la primera garganta del estrecho, y llegando a las islas Pinguinas, descubrió vn gran canal. Embió a reconocerle a su sobrino Mesquita en la nave San Antonio y entre tanto dió fondo en el puerto de San José, donde cogió mucho pescado y alguna leña. Viendo que no venia el San Antonio despachó en su busca al capitan Serrano con la nave Victoria, el qual despues de tres dias dió aviso que no paresia y que aquel canal era vn brazo de mar que desembocaba en la del Norte. Navegó el Almirante con las tres naves, y no allando a su sobrino, se persuadió avia tomado la derrota para España: confirmóle en su presuncion Andres de San Martin, que iba en la Armada con fama y echos de muy cientifico astrologo, el qual hizo juizio astronomico (o por mejor decir diabolico) de lo que avia sucedido.

Verdaderamente que se volvieron, porque irritados los castellanos de los castigos tan sangrientos y exorvitantes que avia executado el Almirante, culpando a Mesquita, que por su consejo y siniestros informes avia conducido a su tio a tan insolentes rigores, Esteban Gomes, Piloto de aquella nave, le puso en prision, y vna noche dió cantonada al Almirante y se volvió a Sevilla, y coxió en el camino al clerigo francés y al capitan Juan de Cartagena. Con esto Magallanes ablandó algo aquella condicion de ierro, y mudando la severidad en benevolencia pidió consejo de lo que devia hazer, y les puso delante la obligacion que tenian de ser muy puntuales en el servicio del emperador, Rey de Castilla, los premios que recivirian de su Magestad, la fama y opinion que de sus nombres volaria por todo el mundo, y que serian tanto mas aplaudidos, quanto fuesen mas esquisitas y monstruosas las dificultades. Entonses juraron todos conformes seguirle asta morir en la demanda. En las resoluciones del mando se ha de llegar con tal suavidad, que los subditos las consientan, aunque las sientan, y no de manera que se despeñen a una incorregible desesperacion.

Vegiaron constantes por aquellos lobregos y confusos canales asta veinte y siete de Noviembre de mil quinientos y veinte, que desemvocaron al anchuroso mar del sur de Chile, quieto y bonancible, por lo qual le llaman el mar Pacífico. Fué aquel dia muy regosixado por aver aliado vn paso tan incognito, y vensido vna dificultad hasta ahora no vensida, y le pusieron el nombre de su inventor, dignamente: llamándole el estrecho de Magallanes, que se eternizará en todos los siglos venideros, sin que pueda borrarle la mas poderosa embidia, que intentó borrarle, y que se llamase el estrecho de los Patagones o de la Victoria, por la celebre nave de este apellido que le pasó y fué la primera que dio vuelta a la redondez de la tierra, como lo notó Theodoro Bry y lo sacó de Osorio, que escribió de las cosas del Rey Emanuel de Portugal, como lo refiere Gomara en su Historia de las Indias. Pero algunos historiadores cercanos a aquellos tiempos, dicen ser engaño el decir que en aquella carta se mostraba el estrecho, y que no estaba en ella dilineado sino el río de La Plata, que por su grandeza pensaron muchos que sería algun canal o brazo de la mar, y ya se ha visto el desengaño, que no es sino rio. En acompañarle a Magallanes en sus trabajos ninguno puso pleito, y muchos pretenden, desde la comodidad de sus casas, ser participes o Señores de las glorias que tanto le costaron: contra los lucimientos de insignes varones, suele convatir muy poderosa la envidia, y nunca se muestra en el campo de las fatigas y adversidades.

Viéndose ya victoriosos de los elementos en este mar austral y Pacífico, volvieron las proas acia las costas de Chile, y enpeñándose por sus inmensos golfos, navegaron sin ver tierra tres meses y veinte dias. En este tiempo consumieron el matalotage, de tal suerte, que tenian por mucho regalo comer un puño del polvo y migajas que barrian del pañol donde avian guardado el viscocho, y envuelto en vascosidades de los gusanos y ratones lo comian como si fuera un pan muy floreado. El agua despues de tanto tiempo estaba tan corrompida y edionda, que para veverla serraban los ojos y se tapaban las naríses. Tanto se agravó el ambre, que se comieron las sogas de cuero, los vorceguies, botas, sapatos, coletos y adargas de cuero, y aquellos pellejos con que suelen aforrar la garcia, y aunque eran durissimos por estar curtidos y enpedernidos con el sol y el viento, los remojaban tres o cuatro dias en agua de la mar y los cocian, asta ablandarlos y esponjarlos, como si fuera cola de pegar, y assi los comian. Y por causa de estos tan indigestos alimentos se les inchavan las ensias y cresian asta cubrir los dientes y muelas, y de esta enfermedad peresieron diez y nueve hombres; y a otros se les tulleron los pies y valdaron las manos tan reciamente que no podian servirse de ellas para veneficio alguno de las acciones humanas. Aumentábanse estas atribulaciones con la poca o ninguna esperiencia de aquellos mares, jamas surcados de hombre ninguno de la Europa, y assi no sabian donde encontrarian con la tierra. No descaesia su valor y constancia fomentada con esperanzas continuas de prosperidad.

Corrieron en los tres meses y veinte dias cuatro mil leguas, sin oposicion alguna de tormentas; pasaron la linea equinocial, y siempre con bonanza, por lo qual con razon llamaron a este mar: el Pacífico. Descubrieron por el mes de marzo de 1521 gran muchedumbre de islas y las llamaron el archipielago de San Lázaro, y ahora se contiene en la demarcasion de Filipinas, como advierte Botero, y que la primera gloria de averlas descubierto se le deve a Magallanes. Surgieron en la isla de Zebu, donde tomaron muy buen refresco y cobraron nuevo vigor y fuerzas, entablaron amistad con el casique y señor de la isla, el qual traya mui sangrienta guerra con el de Matan su vecino, y con ayuda de los españoles venció dos vezes el de Zebu a su enemigo; pero reforzado de nueva gente, volvió tercera vez a provar la mano, assentóla pesadisimamente con muerte de muchos de Zebu y del famosissimo Magallanes y de Andres de San Martin y otros ocho Castellanos, que murieron en la batalla, a veinte y tres de Abril del mismo año. Los demas se retiraron a los navios, dejando en manos de aquellos barbaros y sin sepultura el cuerpo de su capitan y Almirante, y al que no cabia en todo el mundo, le falta ahora vn pedazo de tierra para su sepultura, si bien ay poca o ninguna difierencia en que nos coman gusanos dentro del sepulcro o pajaros en la campaña.

La muerte de estos pocos españoles, fué el azogue que unia las voluntades de los casiques de Matan y Zebu. Es esta isla, segun dice Botero, vna de las Filipinas, que ahora llaman de los Pintados porque se pintaban los cuerpos con varios colores quando entró Magallanes en ella, y despues, quando la conquistó y pobló el adelantado Miguel Lopez de Legaspi año de 1665 y lo trahe Claudio Clemente en sus tablas cronologicas de las Indias occidentales. Muerto Magallanes y sus españoles se confederaron entre si los indios pactando firmes amistades y union de armas contra aquellos estrangeros. Luego lo puso en execusion el Casique de Zebu, porque aviendo succedido en el mando superior de la armada Duarte Barbosa, quiso celebrar la eleccion, convidale con otros veinte de los mas principales a vn sumptuoso vanquete, y aunque lo contradixo, cauteloso el Capitan Juan Serrano, no asintieron a su parecer. Estando pues en lo mas alegre del convite, les echó un grueso escuadron de barbaros, muy bien armados, que en vn momento degollaron a los convidados, y solamente reservaron vivo a Serrano, pidiendo por su rescate a los que estaban en las naves algunas piesas de artilleria y municiones, y al tiempo de entregárselas, levantaron mas el precio. Receláronse los españoles de otra celada, y assi se hizieron afuera en sus vateles, y poco despues se fué la armada quedando Serrano maniatado y llenando de voces y gemidos el aire por su cautiverio y cercana muerte, que es la dieron luego con increible y barbara inhumanidad. Eligieron los nuestros por Almirante a Juan Carballo y por capitan de la Victoria a Gonsalo Gomes de Espinoza. Diez leguas mas adelante, en la isla de Cahol, tomaron puerto, pasaron muestra, y no hallando sino ciento y quince hombres, con marineros y gurumetes, y padeciendo mucha falta de garcia y velambre, quemaron la nave la Concepcion, que estaba muy cascada, y con sus pertrechos aderesaron y aviaron las otras dos naves. De alli partieron en demanda de las Molucas, a donde llegaron a ocho de Noviembre, dieron fondo en Fidore, y fueron muy bien recevidos y agasaxados de su Principe Chachil Almanzor. El Chachil es nombre de dignidad en los Molucos, y por ventura se deriba de Caril, voz arabiga, que significa soldado valiente, como notó Argensola: cargaron clavo y especieria quanta quisieron, y en veinte y vno de diciembre dieron vuelta para España: a pocos de navegacion se sintió muy quebrantada la Capitana de que ablan variamente los Historiadores. Osorio y Theodoro Bry dicen, que volvió con la derrota a Panamá; otros que en las Islas de Cabo Verde la coxieron los Portugueses, como lo afirma Solorzano. Pero cierto es lo que dice San Roman, que lo supo de los Portugueses y de la relacion diaria que presentó vn piloto de aquella armada en Castilla: y es que llegó a estar tan maltratada, que se anegava, y assi ubo de arribar a Ternate, donde puesta la gente en salvamento, se abrió sin remedio.

Prosiguió la Victoria su viage, gobernada por el ilustre Piloto Sebastian del Cano; a quien en la isla de Bonay eligieron por su capitan los soldados y marineros. Desvióse de la costa de la India y derrota de los Portugueses, por no caer en sus manos, y finalmente a siete de setiembre, de 1522 años entró en el puerto de San Lucar de Barrameda con solos diez y ocho, o (como otros dicen) veinte y dos hombres, despues de aver dado vuelta a todo el mundo, passado seis vezes la torrida zona y navegado catorce mil leguas castellanas, vencido immensos y horrendos peligros de borrascas, erbideros del mar, ambre, enfermedades, guerra, traiciones de barbaros e infieles enemigos, en tres años menos veinte y vn dias, desde que salieron del mismo puerto de San Lucar.

Muy grande alegria recivió el Emperador Cárlos quinto con la venida de tan valerosos vasallos, famosos argonautas de España, pasmo y admiracion de todas las naciones. Dió premio y gratificacion a tan singulares benemeritos, y entre los demas honores que hizo a Sebastian del Cano fué señalarle vn escudo de armas sobre la nave Victoria, y el globo del mundo, orlado con un letrero que dice: Tu fuiste el primero que me rodeaste. Reconoció por patria a la Villa de Guetaria, pueblo antiguamente de los Bardulos y haora de la Provincia de Guipuzcua, y puerto muy frequentado. Préciasse tanto aquella Villa de aver tenido tan noble y eminente hijo, que para perpetuarse su memoria añadió a las insignias de sus armas las de Sebastian del Cano. Son las armas y divisa de Guetaria vna ballena que va arrastrando a vna chalupa amarrada a vn arpon clavado a su cuerpo, y aora en nuevo cartel ha puesto la nave Victoria y el globo del mundo. Y assi mismo en las casas del consejo y ayuntamiento de la Villa se ve pintada en las paredes la historia de la navegacion y sucesos del famoso Cano. Tan publicas aclamaciones mereció tan peregrina empresa, cuya historia he recopilado, no solo de authores curiosos y diligentes, sino de las relaciones diarias que presentó en el consejo de las Indias vno de los Pilotos que vinieron en la Victoria. Llegó a mis manos vn transsupto fielmente sacado del original por Diego Ramirez, que fué cosmografo en la espedicion naval de los Nodales, cuando vinieron a reconocer los estrechos de S. Vicente y de Magallanes, como en su lugar diremos.

El estrecho de Magallanes es, (para que sepan los curiosos su descripcion) vna larga y torcida calle por donde se comunican los dos mares del Norte y Sur; mide su longitud cien leguas, y segun otros ochenta, desde el cabo de la Virgenes hasta el de la Victoria; los quales promontorios se graduan en 52 grados y medio: el de las Virgenes está al Levante en tierra firme, y el otro al Poniente en el mismo continente y altura Polar. Tuerce por diversas ensenadas y caletas, abriendo desde seis hasta legua y media su angostura. Por vn lado le ciñe la tierra firme continuada con Chile, y por otra la del Fuego hazia la mar a fuera; en vnas partes con playas rasas y llanas y en otras con cordilleras cubiertas de nieves, y tan elevadas que parece están unidas sus cumbres con las nubes. Y por esta causa no dexan pasar la luz del sol al agua, y assi las sombras y el frio tienen en aquel estrecho perpetuamente su dominio.

Sube asta 54 grados por estos enroscados canales y tortuosos senos, y son conocidos veinte y cinco puertos limpios y fondables de a doze y de a quinze brazas; y en la angostura de las dos cordilleras, apenas le halló fondo en quinientas brazas la armada de don Gaspar de Loaisa; pero pueden barar sin riesgo ninguno los navios. El mar del sur cuela treinta leguas por la canal del estrecho, y las demas el del norte; y en su ocurrencia, chocan las olas y se encapillan seis codos en alto, aun en la mayor calma, levantando montes de espuma; si bien las del Norte vienen ya algo quebrantadas, por la dilatada distancia de su caida. En el Himbierno es insuperable su pasage, por la braveza, vientos, frio, obscuridad y larga duracion de las noches: empieza desde mediado el mes de marzo hasta quince de Octubre, y en adelante es verano, pocas vezes tormentoso y casi siempre bonanzible, y entonzes se passa con tanto sosiego, que si el viento es corto, favoressen mucho las mareas, y solo an echo peligroso, dilatado y trabajoso este viage, los que han querido paaar el estrecho sin mirar a tiempo oportuno, sino en el que su antojo o fogosidad les ha ofrecido; que los que le an passado en verano y en tiempo sazonado, le an hallado facil de passar, breve y sin peligro.

Sus islas y riveras están pobladas de grandissimas arboledas, en que ay mucha madera de quenta para el avio de los vageles; y arboles muy olorosos, y algunos de cuias cortezas sale admirable fragancia, y con sabor y effectos de pimienta, de que se hizo tanta estimacion en Sebilla; que como refieren los Nodales, que de ellas Uebaron cantidad, se vendia por diez y seis reales de plata la libra. Ay immensa copia de pajaros Niños o Pinguinas, Lobos marinos, pescado y marisco, que todo puede suplir abundantemente la falta de bastimentos. Y para hazer aguada tiene muchissimos rios de claras y dulces aguas que vajan de la cordillera de Chile. Y la costa de la parte del Norte es de campos muy estendidos, habitados de feroces indios, desnudos y agigantados, atrevidos y belicosos, armados con arcos, flechas y macanas. Otros Indios habitan azia la banda del Sur, de menor estatura, sin vso alguno de vestidos, en temple tan frio y aun sin abrigo de casas, porque la mayor parte del año andan en la mar, en fragilissimas embarcaciones, buscando pescado y marisco para su alimento, sin comer grano. Y aviendo traido algunos de estos indios a Chiloé, blancos y bien dispuestos, en dándoles a comer maiz, trigo o cosa de grano, enfermaban, que como estaban criados con solo marisco y pescado, no sufria su estomago alimento mas fuerte.

Despues de Magallanes an seguido otros aquella navegacion, españoles, ingleses, olandeses y flamencos, y an experimentado que aquel estrecho es vn bosque de islas, y algunas tan grandes que paresen tierra firme, y abren varios caminos para subir a este mar Austral. De donde se colige, y se saca por buena consequencia, que como estos navios vinieron de Europa a este mar en tiempo del Emperador Cárlos V, pudieron venir otros antiguamente y dejar en estas Indias y en Chile (que es la primera tierra) gentes, que dilatándose por ellas, ayan llenado todas estas Indias Occidentales continentes con Chile.


  1. Llamará la atencion del lector la ignorancia que manifiesta el historiador al suponer que Colon tocó en el Perú i descubrió el mar del sur, adelantando mas de diez años la esploracion i descubrimiento de Blasco Nuñez de Balboa. Pero la verdad es que la historia verdadera de la América i especialmente la historia de su náutica no datan propiamente sino del siglo pasado, cuando el erudito Muñoz i el ilustre Fernandez Navarrete compulsaron sus olvidados archivos i rejistraron los grandes hechos de sus compatriotas.
  2. Inintelijible.
  3. Id.
  4. Id.
  5. Id. Diría que recibais?