Historia general de el Reyno de Chile/Libro I/XXXI

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CAPITULO XXXI.


De los artificios de que usan los indios de Chile para passar los Ríos y brazos de mar.


La necesidad en la guerra y artificios para passar rios.—Los indios passan facilmente los rios.—De las valsas que hazen de paxa atadas con Boqui.—Hazen valsas de las lanzas.—Valsas de carrizo.—Valsas de Magueyes.—Hazen de Maguei armadas navales.—Victoria que tubieron en la mar con sus valsas—Valsas de cipres y laurel.—Valsas de pellejos de lobo marino llenos de viento.—Pescan Atunes.—De las canoas.—La mayor es capaz de 30 personas. Las del nuevo Reino son de 200 hombres.—El trabaxo que hazen las canoas sin instrumentos de ierro.—En estas canoas pescan en el mar y passan por él a dar asaltos a los enemigos.—Valsas de cortezas de árboles.—De las Piraguas que usan en Chiloé de tres tablas.—£1 modo de hazerlas.—Van siempre contra la furia de las olas que las reciben y llevan en brazos.—No ay para estos mares y golfos navegacion como esta, ni embarcacion que le iguale.—Peligran los que indiscretamente navegan contra los tiempos, no los que atentamente navegan.—Cargan las piraguas en piezas y llévanlas para passar los rios.—Los Pegüenches usan de piraguas y valsas.—Victoria del capitan don Luis Ponce de Leon por aprovecharse de las valsas.—Pérdida del Rio Bueno por una mala disposicion de valsas y de puentes.


No han tenido estos indios fabricas de navios ni barcos, que aunque están en costa de mar, como no tienen tratos ni mercancias, nunca se engolfaban ni hazian mas viage que de costa a costa, y quando mucho atraviesan algunos pequeños golfos y brazos de mar, particularmente los indios de Chiloé, que habitan en islas de el mar, para pasar de unas en otras; y assi mismo para los rios caudalosos inventaron varios modos de navegaciones que la necessidad y el ingenio les dictó, acomodándose a los materiales que la misma tierra les daba. Y aunque sean débiles las embarcaciones será bien referirlas, porque los grandes ingenios y experimentados capitanes han trabaxado mucho en inventar artificios para pasar sus exercitos con seguridad y presteza assi los rios como lagunas y brazos de mar, pues no pocas victorias se han ganado y perdido por la falta o facilidad de sus passages. Y no solo para los soldados es necessario el passage facil y presto, sino tambien para el vagage, pertrechos y municiones, artilleria y instrumentos de guerra. En cuyas embarcaciones y en fabricar puentes se han embarazado muchas veces exercitos enteros, trabaxando en valde y perdiendo mucha gente, viveres y municiones, malogrando grandes ocasiones de alcanzar victorias.

Por lo qual debe el prudente y sabio capitan notar los artificios que para este efecto se an inventado, no despreciando los que barbaras y incultas naciones inventaron, que alguna vez será mas conveniente el que parece mas despreciable, pues con ellos, aunque barbaros, han quitado de las manos muchos triunfos y hecho sentir a exercitos muy politicos el rigor de sus armas. Cada dia lo experimentamos muy a nuestra costa en este exercito de Chile, pues quando fia su sosiego de las murallas de los rios, que caudalosos en imbierno e inexaguables en verano, parece que asseguran que el enemigo los pueda vadear ni pasar de ningun modo, ni el Español le tiene para ello, los indios tienen modos tan faciles que quando menos pensamos y quando mas fiados estamos en que las murallas de los sobervios rios nos defienden, los hallamos sobre nosotros y que con sus debiles embarcaciones las han asaltado.

Las valsas son los instrumentos mas faciles y mas usuales para estos pasages, las quales se componen de diferentes especies de paxa, como es, Enea, Totora, Juncos, Cortadera y Carrizo. De qualquiera de estas cosas hallan en las lagunas, en los lugares húmedos y las orillas de los rios, y de ellas hazen unos hazes gruessos y puntiagudos que juntándolos forman popa y proa, y para atarlos y juntarlos ha probeido Dios de unas sogas naturales que llaman Boqui, largas y delgadas, flexibles y de mucha fortaleza y duracion en el agua. Hállanse colgadas de los arboles en abundancia, que como yedra trepan por ellos, de que tambien hazen gruesas maromas torciendo unas sogas con otras. Con estas valsas passan facilmente los rios, hazen su faccion de guerra, y si se retiran por otra parte, y como en todas ay de esta paxa, vuelven a hazer otras con facilidad. Y son tan prestos y diligentes estos indios en passar los rios, que si acontece seguirlos el enemigo y no tienen lugar de hazer valsas de paxa, las hazen de las lanzas, quitándoles los yerros y atando muchas astas juntas, en que passan, sirviéndoles de remo para estas y las demas valsas una pala con que gobierna uno puesto en la popa.

El carrizo es el mexor y mas usual para valsas, que es un genero de paxa como cañitas muy delgadas y largas, y como están huecas son muy livianas en el agua, y los indios assi amigos como enemigos se valen de este genero de valsas para el pasage de los rios, llebando sobre el arcion de la silla cada uno un manoxo quando van a passar por donde no ay carrizo y en un instante hazen su valsa y passan con diligencia, con que no ay rio que les estorve el passo. Las valsas que hazen de magüei son las mas ligeras y mas durables, por ser el magüei de Chile diferente del mexicano, que es un tallo de tres baras que producen unas matas semejantes a las de los cardos silvestres, en la forma de un cirio, redondo, del gruesso de una hacha: tiene la corteza dura, y por de dentro, aunque no está güeco, es tan fofa la materia que tiene, que es al modo de corcho, y en secándose no pesa una paxa. Y assi de muchos magueyes hazen una valsa ligerissima que camina sobre la espuma del agua [1]. Y quando sale el exercito de Chile a campaña cuydan los capitanes prevenidos que cada soldado llebe tres o cuatro magueyes, que ni pesan ni embarazan, y con eso lleban un varco ligero para passar los rios mas profundos. Y en Arauco, donde ay muchos magueyes, vi siempre esta prevencion quando el exercito iba a passar rios caudalosos, como el de la Imperial, Quillin, Tolten y otros muchos. Y en los vados de Lavapié, que son brazos de mar que entran por tres vocas, los barcos para aquel passage son valsas de magüei.

Los indios que habitan en medio de el mar en las islas de Santa Maria y la Mocha, con estas ligeras embarcaciones de magüei atrabiesan el mar y van y vienen a tierra firme con sus casas y bastimentos, y en ellas passan sus ganados, caballos, atados de pies y manos, y bueyes y bacas, sin hazer caso de las hondas del mar, aunque a los indios de la Mocha, por ser aquel mar proceloso, les ha costado muchas vidas el despreciar sus hondas y no aguardar a tiempo mas sereno.

Están en la Mocha algunos trescientos indios infieles, y por el mes de marzo, en que los vientos no son tan fuertes, passan a Firva, que es tierra firme de enemigos, y con ellos comercian, y para atrabesar cinco leguas de mar hazen valsas muy grandes de magueyes, en que passan treinta personas y trahen muchos carneros y otras cosas con que comerciar. Y estos años pasados han traido mucho ambar que daba en sus costas y no le conocian antes ni hazian caso de él, hasta que los Españoles se le dieron a conocer. Vienen cantando al son de los remos ciertas canciones en que piden al mar les dege passar a comerciar prosperamente.

Hazen sus armadas navales destas valsas de magüei, y en el alzamiento general del año de 1665 passaron desde tierra firme a la isla de Santa Maria los indios rebelados de Lavapié y Arauco y mataron al Corregidor de la isla, el capitan Pedro Fanegas, y a otros dos o tres Españoles que le acompañaban, y saquearon, llevando cautivas la muger del Corregidor y sus hijas, y obligaron a los isleños a rebelarse y desamparar la isla e irse con ellos a tierra firme para hazer guerra a los Españoles. Y llegando de alli a tres años un barco de Españoles que iba a Valdivia a surgir a esta isla, obligados del tiempo contrario, esperando que abonanzase, los divisaron desde tierra firme los indios rebelados, y haziendo con gran prisa una armada de seis valsas de magüei y atrabesando con ellas tres leguas de mar, dieron de repente sobre el vareo y sobre los soldados españoles que en él estaban, que eran doze, y dos religiosos de San Juan de Dios, y peleando con sus lanzas los rindieron, sin darles lugar a disparar los arcabuzes, que con la seguridad de que estaban en un puerto donde no avia gente, los tenian desprevenidos, y los mataron a casi todos y a un padre de San Juan de Dios, llebando al otro cautivo con algunos soldados, y el barco por triunfo de su victoria.

Otro modo usan de valsas de cipres y laurel, que son maderas livianas, y con atrabesar a los palos unas latas quedan firmes y passan los rios con seguridad. Son pequeños estos arboles, y assi no hazen valsas tan capaces como las del nuevo Reyno de Granada y de Panamá, capaces de trescientos quintales de carga, que levantada la vela costean, mas de doce leguas apartados de tierra, todos los puertos de Guayaquil, rodeándolas con bordo sufficiente para escorar y tener segura la carga y gente de su marinage. En la Provincia de Coquimbo y Copiapó hazen las valsas de pellexo de lobo marino: hazen odres llenos de viento y atan dos o tres, cuidando siempre de irlos soplando. En estas embarcaciones y valsas se arrojan a las mas encrespadas olas del mar, sin miedo ninguno ni temor de borrasca. Pescan atunes con estas valsas con admirable destreza, porque apenas descubre el cuerpo quando le atraviesan con un arpon de güesso o de yerro y luego le dan soga, y atando el extremo a la valsa le dexan ir al atun herido y llebar la valsa, hasta que está desangrado y debilitado de fuerzas, queda sobre aguado, y entonces recogen la soga y le sacan afuera.

La otra embarcacion muy usada en este reyno es de canoas: derriban un arbol gruesso y alto, desvastan el tronco o plan que ha de servir de quilla, caban el corazon hasta dexar el plan de cuatro dedos de grueso y los costados poco mas de dos, y acomodan el güeco para buque, la extremidad mas delgada para proa, y la mas gruesa para popa, donde se asienta el que gobierna con una pala que llaman canalete, y quando es grande sirven otros dos de remeros a los lados y reman en pié sin estribar en el bordo de la canoa, con que la traben tan ligera que apenas toca al agua. Pero como son redondas son celosas y suelen trastornarse.

Son moderadas, y la mayor que he visto fué en Tolten, capaz de treinta personas, bien differentes de las que ay en el Brasil y rio de la Magdalena en el nuevo Reyno de Granada, que ay canoas de una pieza en que navegan doscientos hombres. Y sola una de estas rindió una nave holandesa en la bahia de Todos Santos.

No son en Chile los arboles tan gruesos, ni tienen los indios instrumentos con que labrar los palos que no alcanzan, sino un toqui o una azuelilla del tamaño de un formon que la encaban como martillo, y con su flema van cabando un arbol gruesso, gastando mucha chicha en tres tiempos, uno al cortar el árbol, otro al desvastarle y otro al concabarle, y otro gasto y fiesta al echarla al agua. Y antes que tubiessen instrumentos de ierro, y los que oy no los tienen en las provincias cercanas al Estrecho de Magallanes, hazen las canoas con gran trabaxo y caban un arbol muy gruesso con fuego, y con unas conchas del mar le van raiendo, aplicando el fuego moderadamente al rededor del árbol, atendiendo a que no gaste sino aquella parte necesaria para derribarle, y con lentas llamas le trozan, sucediendo las conchas, que ni tienen mas achas ni azuelas para descortezarle, pulirle y darle la perfeccion. Y con el mismo trabaxo y faltas de erramientas abren el buque, quemando a pausas el corazon del arbol y raspando con las conchas lo que labra el fuego; y aunque tarde y espaciosamente, vienen a sacar su embarcacion tan bien labrada como si tubieran los instrumentos necesarios; y hazen mas que nuestros artifices, pues sin instrumentos obran a fuerza de industria y de paciencia lo que ellos con ayuda de azerados instrumentos. Tan ingeniosa es la necesidad y la naturaleza en los mas rusticos para su conservacion, como en los mas politicos el arte.

Con estas, aunque debiles canoas, se arroxan al mar a pescar, como lo hazen los de la Imperial en la pesca de las corbinas, que es muy copiosa, y tambien a dar asalto a los enemigos, como lo hizieron en la punta de la Galera, que navegando por el mar en silencio de la noche con diez canoas, salieron a la mar por el rio de Chaguin y desembocaron en las tierras de sotabento del puerto de Valdivia a maloquear a los indios amigos de los españoles; pero sentidos de ellos fueron rechazados, y despues de una gran batalla en que quedaron muertos muchos indios, los demas dexaron sus canoas y se echaron al monte, que es alli muy espeso, y de palos secos hizieron balsas y se volvieron a sus tierras. Y este mismo año, que fué el de 1655...[2] una canoa en Valdivia en medio del imbierno andubo por aquellos mares arroxada de las tempestades de unas partes en otras sin undirse ni perder las armas y bocas de fuego que llebaba, asta llegar a Chiloé, sesenta leguas.

Mas débiles embarcaciones usan los que habitan cerca del Estrecho de Magallanes y en mares mas procelosos quanto mas se llegan al Polo Antartico; que son de cortezas de arboles cosidas con nervios de vallena, unas sobre otras y enmalladas a modo de conchas. Danles buque como de un barquillo, y bien lebantadas de proa y popa se arroxan sobre las hinchadas ondas y espumosas mares como sobre un colchon de blanda lana, passando golfos de mar y brazos, de isla en isla, como en brazos.

Pero la embarcacion mas usada en la provincia de Chiloé es la Piragua, embarcacion que desde la California hasta el Estrecho de Magallanes no se conocen otros indios ni españoles que la usen en todo este mar austral. Fabrican las piraguas de solas tres tablas cosidas: cortan los tablones del largo que quieren la piragua, y con fuego entre unas estaquillas los van encorvando lo necesario para que hagan buque, popa y proa, y el uno que sirve de plan levanta la punta de delante, y de detras mas que los otros para que sirva de proa y popa, y lo demas de quilla; las otras dos tablas arqueadas con fuego sirven de costados: con que forman un barco largo y angosto, juntando unas tablas con otras y cosiéndolas con la corteza de unas cañas brabas que llaman Culue, machacadas, de que hazen unas soguillas torcidas que no se pudren en el agua. Y para coser las tablas abren con fuego unos agugeros en correspondencia, y despues de cosidas las calafatean con las ojas de un árbol llamado Fiaca o Mepoa, que son muy viscosas, y le sobreponen cortezas de maque, y de esta suerte hazen piraguas capazes para doscientos quintales de carga. Lleban uno en la popa que la gobierna con una pala o canalete, y ocho o diez remeros, y uno que va siempre dando a la bomba o achicando con una batea, porque como tiene tantos...[3] y las tablas están cosidas y no... [3] ajustadas y calafateadas, siempre hazen agua.

Quando ay viento favorable tienden una vela, y a vela y remo vuela sobre la espuma, sin que la ofendan las hinchadas olas de aquellos tempestuosos mares, por mas, que se lebanten hasta las nubes, que como es tan ligera y los pilotos tienen cuidado de enderesar la proa a chocar con las olas, están tan lexos de sumirla con su hinchazon y de ofenderla con su brabeza, que antes la levantan como en brazos y vaxándola en ellos la ponen en los brazos de la ola siguiente, y assi de mano en mano o de cuna en cuna va nadando sobre los mas crespos y erizados mares.

Y era imposible que ninguna otra embarcacion pudiesse surcar por ellos como lo han esperimentado, que ni barcos, ni chalupas, ni fragatas, ni otros generos de embarcaciones, con que han probado los Españoles navegar aquellos golfos, son tan apropósito como estas piraguas de tres tablas, porque todas las demas embarcaciones peligran y sozobran en aquellos tempestuosos golfos que ay entre las islas, y sola esta camina segura sobre las espumas. Y assi no solo los indios, sino los españoles, desechan todas otras embarcaciones y solo navegan en estas, fiándose a solas tres tablas cosidas con una soguilla.

No dexa de aver algunas desgracias por arrojarse indiscretamente a mares tan procelosos con tiempos contrarios en tan débiles embarcaciones, donde navios muy fuertes cada dia peligran; pero los que navegan con discrecion y observando los tiempos jamas se pierden, como lo emos visto, que los Padres de la Compañia de Jesus son los que mas atraviesan aquellos golfos en estas piraguas, doctrinando y convirtiendo aquellos indios, en continuo movimiento de islas en islas, y jamas se les ha perdido piragua ni peligrado religioso ninguno, porque se arriesgan con discrecion y no con temeridad, que esta es la que haze naufragar a muchos por hazerse neciamente animosos. Los soldados, quando van a maloquear a las tierras del enemigo, llevan estas piraguas cargadas en piezas, y en llegando a un rio cosen los tres tablones y en passando los descosen y vuelven a cargar. Y quien no quiere peligrar no vaya contra el viento ni a la volina estando el mar alborotado, que es ponerse a manifiesto riesgo de naufragar.

Acontecióme (yendo a visitar aquella provincia) aver pasado muchos mares y golfos en estas piraguas, y en una punta hallar el viento tan contrario y el mar tan encrespado, que para no perecer ube de salir de la piragua y con toda la gente caminar dos leguas a pié por la playa del mar, dexando los necesarios en la piragua para gobernarla y sacarla de aquel peligro.

De estas piraguas usan tambien los indios Pegüenches, que habitan junto a la famosa laguna de Naguelguapi y otras que confinan con Chiloé. Mas los serranos Pegüenches de la Villarrica navegan la laguna de Epulabquen (que significa dos mares, por ser dos lagunas continuadas en medio de la cordillera que parecen mares, si no en la grandeza, en la hinchazon de sus olas) en valsas y canoas. Y en una isla que hazen en medio se hazian fuertes los indios para defenderse de los Españoles; mas el capitan don Luis Ponce de Leon, tan conocido por la nobleza de su sangre como por sus hazañosos hechos, aunque no tenia embarcaciones con que conquistarlos y darles asalto en el fuerte de su isla, hizo cien valsas de maderos secos, y embarcándose cuatro o cinco en cada valsa, asaltaron la isla con gran valor, defendiéndose con no menor los enemigos, peleando un dia entero, unos desde tierra y otros en la laguna con sus embarcaciones, trabando una sangrienta batalla naval: hasta que los undió el valeroso capitan con muerte de muchos y con mas de trescientos cautivos, que con sus valsas y las del enemigo sacó a tierra: que a no valerse de esta industria de hazer valsas no pudiera aver rendido este enemigo.

No supo aprovecharse tan bien de ellas en el pasage del Rio Bueno el maestre de campo don Juan de Salazar, año de 1654, que aviéndole dado por arbitrio que hiziesse valsas para passar el rio, las dispuso tan mal que no fueron de provecho, y queriendo remediarlo con hazer una puente de sogas y varillas atravesadas, como la tienen en la ciudad de Santiago en el famoso rio de Maipu, la hizo, no como esta de maromas gruesas y de materia fuerte como es el cáñamo, sino de sogas de pellexo de vaca que, humedeciéndose en el agua, con el peso de la gente se cortaron, y apretando el enemigo a los primeros que passaron y cargando sobre la puente, se undió con toda la gente y fué causa de una gran mortandad. Por donde se ve quanto importa la buena disposicion de un capitan para el passage de los rios y lagunas y quanto daña la mala, pues aqui se perdió la flor del exercito, se vió a pique de perderse el resto dél, los amigos estubieron para alzarse y los enemigos quedaron ensobervecidos con la victoria.


  1. Balsas de cardon llamado puya en el Sud.
  2. Inintelijible.
  3. 3,0 3,1 Inintelijible.