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La Divina Comedia (traducción de Manuel Aranda y Sanjuán)/El infierno/Canto XVIII

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Nota: Se respeta la ortografía original de la época

CANTO XVIII.

Tercera fosa del octavo círculo, la de los simoníacos.—Sus cuerpos están enterrados en la fosa cabeza abajo, y sus piernas son devoradas por las llamas.—El papa Nicolás III.

¡Oh Simon el Mago[1]! ¡Oh miserables sectarios suyos, almas rapaces, que prostituís á cambio de oro y plata las cosas de Dios, que deben ser las esposas de la virtud! Ahora resonará la trompa[2] para vosotros, puesto que os encontrais en la tercera fosa.

Estábamos ya junto á esta, subidos en aquella parte del escollo que cae justamente sobre su centro. ¡Oh suma Sabiduría! ¡Cuán grande es el arte que demuestras en el cielo, en la tierra y en el mundo maldito[3], y con cuánta equidad se reparte tu virtud! Ví en los lados y en el fondo la piedra lívida llena de pozuelos, todos redondos y de igual tamaño, los cuales me parecieron ni más, ni menos anchos que los que hay en mi hermoso San Juan[4] para servir de pilas bautismales: uno de estos rompí yo, no ha muchos años, por salvar á un niño que dentro de él se ahogaba; y baste lo que digo, para desengañar á todos[5]. Fuera de la boca de cada uno de aquellos pozuelos salian los piés y las piernas de un pecador, hasta el muslo, quedando dentro el resto del cuerpo. Ambos piés estaban encendidos, por cuya razon se agitaban tan fuertemente sus coyunturas, que hubieran roto sogas y cuerdas. Del mismo modo que la llama suele recorrer la superficie de los objetos untados de grasa, así el fuego flameaba desde el talon á la punta en los piés de los condenados.

—¿Quién es aquel, Maestro, que furioso agita los piés más que sus otros compañeros, dije entonces, y á quien corroe y deseca una llama mucho más roja?—A lo cual me contestó:—Si quieres que te conduzca por aquella parte de la escarpa que está más cercana al fondo, él mismo te dirà quién es y cuáles son sus crímenes.—Le respondí:—Me parece bien todo lo que á tí te agrada: tú eres el dueño y sabes que yo no me separo de tu voluntad, así como tambien conoces lo que me callo[6].—Subimos entonces al cuarto márgen; despues volvimos y bajamos por la izquierda hácia la estrecha y perforada fosa, sin que el buen Maestro me hiciera separar de su lado, hasta haberme conducido junto al hoyo de aquel que daba tantas señales de dolor con los movimientos de sus piernas.

—¡Oh! Quien quier que seas, tú, que tienes enterrada la parte superior de tu cuerpo; alma triste, plantada como una estaca, empecé á decir: párate, si puedes.

Yo estaba como el fraile que confiesa al pérfido asesino, que, metido en la tierra, le llama para que cese su muerte[7]. Y él gritó:—¿Estás ya aquí derecho; estás ya aquí derecho, Bonifacio[8]? Me ha engañado en algunos años lo que está escrito. ¿Tan pronto te has saciado de aquellos bienes, por los cuales no temiste apoderarte con embustes de la hermosa Dama[9], y gobernarla despues indignamente?

Quedéme, al oir esto, como aquellos que, casi avergonzados de no haber comprendido lo que se les ha dicho, no saben qué contestar. Entonces Virgilio dijo: Respóndele pronto: «yo no soy,yo no soy el que tú crees;»―y yo contesté como se me ordenó. Por lo cual el espíritu retorció sus piés; y luego, suspirando y con llorosa voz, me dijo:―¿Pues qué es lo que me preguntas? Si te urge conocer quien soy, hasta el punto de haber descendido para ello por todos estos peñascos, sabrás que estuve investido del gran manto, y fuí verdadero hijo de la Osa[10], tan codicioso, que, por aumentar la riqueza de los oseznos[11], embolsé arriba todo el dinero que pude, y aquí mi alma[12]. Bajo mi cabeza están sepultados los demás papas, que antes de mí cometieron simonía, y se hallan comprimidos á lo largo de este angosto agujero. Yo me hundiré tambien luego que venga aquel que creí fueses tú, cuando te dirigí mi súbita pregunta. Pero desde que mis piés se abrasan san, y me encuentro colocado al revés, ha trascurrido más tiempo del que él permanecerá en este mismo sitio con los piés quemados; porque en pos de él vendrá de poniente un pastor sin ley[13], por causa más repugnante, y ese deberá cubrirnos á entrambos? Será un nuevo Jason, parecido al de que se habla en el libro de los Macabeos[14]; y así como el rey de este fué débil para con él, así con el otro lo será el que rije la Francia[15].

No sé si en tal momento fué demasiada fatuidad la mia; pues le respondí en estos términos:—¡Eh! dime: ¿cuánto dinero exigió Nuestro Señor de San Pedro, antes de poner las llaves en su poder? En verdad que no le pidió más, sino que le siguiera. Ni Pedro ni los otros pidieron à Matías oro ni plata, cuando por suerte fué elegido en reemplazo del que perdió su alma traidora[16]. Permanece, pues, ahí, porque has sido castigado justamente, y guarda bien la mal adquirida riqueza, que tan atrevido te hizo contra Carlos[17]. Y si no fuese porque aun me contiene el respeto á las llaves soberanas, que poseiste en tu alegre vida, emplearía palabras mucho más severas; porque vuestra avaricia contrista al mundo, pisoteando á los buenos, y ensalzando á los malos. Pastores, á vosotros se referia el Evangelista, cuando vió prostituida ante los reyes á la que se sienta sobre las aguas[18]; á la que nació con siete cabezas, y obtuvo autoridad por sus diez cuernos, mientras la virtud agradó á su marido. Os habeis construido dioses de oro y plata: ¿qué diferenća, pues, existe entre vosotros y los idólatras, sino la de que ellos adoran á uno, y vosotros adorais á ciento[19]?—¡Ah, Constantino! ¡A cuántos males dió orígen, no tu conversion al cristianismo, sino la donacion que de tí recibió el primer papa que fué rico[20]!

Mientras yo le hablaba con esta claridad, él, ya fuese á impulsos de la ira, ó porque le remordiese la conciencia, respingaba fuertemente con ambas piernas. Creo que complací á mi Guia; porque escuchó siempre con rostro satisfecho el sonido de mis palabras, expresadas con sinceridad. Entonces me cogió con los dos brazos, y teniéndome en alto bien afianzado sobre su pecho, volvió á subir por el camino por donde habíamos descendido, sin dejar de estrecharme contra sí, hasta llegar á la parte superior del puente que va de la cuarta à la quinta calzada. Allí, depositó suavemente su querido fardo sobre el áspero y pelado escollo, que hasta para las cabras seria un difícil sendero, desde donde descubrí una nueva fosa.


  1. Simon, mago de Samaria: despues de bautizado, ofreció dinero á San Pedro para adquirir los dones del Espíritu Santo. Sus sectarios son los que, como Simon, comercian con las cosas sagradas. De aquí la palabra simonía.
  2. Es decir: ahora me ocuparé en mis versos de vosotros.
  3. En el Infierno.
  4. San Giovanni, templo de Florencia.
  5. Habiendo roto Dante una de las pilas bautismales para salvar á un niño que se ahogaba, fué acusado de sacrilegio, por lo cual demuestra aquí que no lo hizo por desprecio á las cosas sagradas, sino por amor á la humanidad.
  6. Conoces lo que pienso, sin necesidad de manifestártelo.
  7. Para comprender bien esta comparacion de Dante, debe tenerse presente, que uno de los crueles suplicios de la antigüedad consistia en meter al criminal con la cabeza hácia abajo en un hoyo, en el que se arrojaban despues poco á poco puñados de tierra para sofocarlo. Solia el asesino, de tal modo enterrado, llamar al confesor, y entonces el verdugo cesaba de echar tierra, y el fraile inclinaba la cabeza hácia el hoyo para oir la confesion.
  8. Esta sombra es la del papa Nicolás III, de la familia de los Orsini de Roma, electo en 1277. Cree que quien le interroga es el alma de Bonifacio VIII; y por eso dice: «¿Ëstás ya aquí, Bonifacio?» Y añade en seguida: «Me ha engañado en algunos años lo escrito.» Es decir: El libro profético, en que nosotros los condenados leemos lo futuro, me ha engañado; porque, segun él, tú debias morir en 1303, y no en 1300.
  9. La Iglesia romana, en la que te introdujiste con astucia, para hacer estragos en ella. Segun la Historia, esta opinion de Dante es exagerada. Sin embargo, Celestino V dijo de Bonifacio VIII, que este papa entró á reinar como un zorro, gobernó como un leon y murió como un perro.
  10. Fuí verdadero hijo de la casa de Orsini.
  11. De sus parientes.
  12. Alude á la sepultura en que está metido como en una bolsa.
  13. Designa á Clemente V, arzobispo de Burdeos, el cual, por influencia de Felipe el Hermoso, fué elegido papa, despues de la muerte de Bonifacio VIII, y cometió el crímen de simonía. Entre estos dos, hay que contar, sin embargo, á Benedicto XI, buen pontifice, que reinó pocos meses.
  14. Jason fué elegido Sumo sacerdote por influencia de Antíoco.
  15. Así como Antíoco favoreció á Jason, del mismo modo Felipe el Hermoso favorecerá á Clemente.
  16. El traidor Judas, á quien Matías, elegido por suerte, reemplazó en el apostado.
  17. Engreido Nicolás con sus riquezas, pidió al rey Cárlos I de Anjou la mano de una hija de este para un sobrino suyo, y habiéndole sido negada, lo privó de la dignidad de senador romano, y se entendió con Juan de Prócida y con los aragoneses para quitarle la Sicilia.
  18. Se refiere á Roma, á la curia romana, al poder temporal de los papas, y no á la religion ni á la Iglesia católica, como han entendido muchos comentadores. El concepto está tomado del Apocalipsis de San Juan, cap. XVII, como lo dice claramente el Poeta, y aun repite sus mismas palabras. El Evangelista explica así su vision: «Mulier, quam vidisti, est civitas magna, quæ habet regnum super reges terræ.» (La mujer que has visto es una gran ciudad, que reina sobre los reyes de la tierra. v. 18.)—«Aquæ, quas vidisti, ubi meretrix sedet, populi sunt et gentes et linguæ.» (Las aguas sobre que está sentada..... son los pueblos, naciones y lenguas. v. 15.)—«Septem capita, septem montes sunt, super quos mulier sedet. (Las siete cabezas son siete montes sobre los cuales se asienta. v. 9.)—«Et decem cornua, quos vidisti, decem reges sunt.» (Y los diez cuernos que viste, son diez reyes. v. 12.)—Se vé, pues, que Dante alude á Roma, edificada sobre siete colinas, à la que rendian obediencia muchos pueblos y naciones, y permaneció constituida en gran poder y autoridad, mientras (su marido) sus jefes fueron virtuosos; pero decayó en la opinion, que por tanto tiempo habia merecido y gozado, cuando la corte romana prefirió á la virtud el oro y la plata, prostituyéndose á los reyes de la tierra.
  19. Entiéndase: «Por cada ídolo que adoran los paganos, adorais vosotros ciento, pues para vosotros lo son todas las monedas de oro y plata.»
  20. Se creia en tiempo de Dante que Constantino hizo donacion de los Estados pontificios á San Silvestre, el cual fué por esto el primer papa rico; y el Poeta creia que la riqueza era causa de la corrupcion de las costumbres del clero, habiendo dicho Jesucristo: «Vende quod habes et da pauperibus, et sequere me.»