La desdicha por la honra: 09
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La desdicha por la honra | Félix Lope de Vega y Carpio |
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Creo que aquí vuestra merced me maldice, pues para decir «yo no soy descortés; vos sí, que por dos veces habéis hecho sentir al mundo la braveza de vuestros bigotes», no había necesidad de hablar tan bajamente la lengua toscana. Pues no tiene razón vuestra merced, que esta lengua es muy dulce y copiosa y digna de toda estimación; y a muchos españoles ha sido muy importante, porque no sabiendo latín bastantemente, copian y trasladan de la lengua italiana lo que se les antoja y luego dicen: «Traducido de latín en castellano.» Pero yo le doy palabra a vuestra merced de que pocas veces me suceda, si no es que se me olvida, porque soy flaco de memoria. Si vuestra merced tiene en la suya la ocasión con que se amohinaron estos dos amantes, haya de saber que Felisardo no llevó bien que le hablase en la braveza ni en el cuidado de los bigotes, que aunque no había los estantales que les ponen ahora (ya de cuero de ámbar, ya de lo que solía ser fealdad y ahora o los hace más gruesos o los sustenta, que se llama en la botica Bigotorum duplicatio, como si dijésemos por donaire a un gordo «tiene dos barbas»), no los traía con descuido y, porque se levantaban con sólo el cuidado de las manos los llamaba «los obedientes». Y retirándose un poco, principio de quien quiere acercarse, le dijo, la voz más alta (que nunca tuvo el enojo hijos pequeños de cuerpo): |