Luego que el rey se casó,
Fabio, me ausenté de aquí.
FABIO:
Bien habrá tres años.
PINABELO:
Sí.
FABIO:
¿Y vienes mudado?
PINABELO:
No,
que así quiero a la duquesa
como la quise al partir,
conservando hasta morir
aquella imposible impresa.
Traigo la misma afición,
porque no vencen los años
lo que con los desengaños
no ha podido la razón.
En mi destierro he vivido,
porque en aquella cuestión
de Alberto, mi padre Otón
fue de mi amor defendido.
Así se va conservando
del mundo el curso y creciendo;
los humillados subiendo,
los levantados bajando.
¿Qué nuevas hay por acá?