¿Luego en la religión y su pobreza
también miran en sangre y en nobleza?
SIXTO:
Santísimo pastor, si un desdichado
merece, porque el cielo y la Fortuna
le hizo hijo de unas peñas toscas,
que todos le persigan, yo me precio
de hijo de Pereto, un pastor pobre
que en Montalto dejó el arado rústico
por herencia a sus hijos; y esto sólo
quiero ser, y no más, pues soy indigno
del hábito que traigo y del oficio
que vuestra santidad con él me ha dado.
A vuestra beatitud pido y suplico
me absuelva de él y volveré contento
a mi sencillo y pobre nacimiento.
EL PAPA:
Más luce, hijo, la virtud de un hombre
cuanto de más humilde y pobre sangre
se ensalza más. Yo y todo en mis principios
nací de un pobre labrador, y aun anduve
de puerta en puerta mendigando el tiempo
que estuve en mis estudios ocupado.
Parientes tengo yo cual vos, fray Félix,
pobres y en traje de sayal grosero;
que si se precia de su sangre el necio,
más noble es la virtud de que me precio.
Si el orden vuestro juzga por agravio
que le rijáis, por eso yo os absuelvo
del oficio que en ella habéis tenido.
Y pues que Fermo os vio vendiendo leña
y registeis ovejas en Montalto,
en castigo, fray Félix, de sus quejas,
pastor de Fermo os hago y sus ovejas.
Obispo sois de Fermo.