Cosas estrañas cuentan
del daño que Alemania
a su causa padece,
que no ha dejado villa ni castillo
en su defensa flaco
que a sangre y fuego no metiese a saco.
En diciendo Rodulfo
les pasaba el cuchillo,
desde el pequeño infante al viejo anciano,
mas luego considera
que, habiendo resistencia,
no han mostrado valor ni diciplina.
RODULFO:
Gente desordenada,
capitanes bisoños
que otra cosa prometen,
no habrá quitado al cielo
la escura capa el alba con sus manos
de aljófar y oro llenas,
lirios, violetas, rosas y azucenas,
cuando mi campo en orden
le presente batalla
descansado, regido y gobernado
por más cuerdo consejo,
por menos furia y cólera:
esta noche haced fuegos y velando
estaremos a punto prevenidos. (Tocan a marchar y éntrase.)
Llegadme aquí una silla,
que he de dormir si puedo
con la espada ceñida.