Sin duda que es la sombra de mi muerte...
Sin duda que morir tengo mañana:
yo no traigo razón, que es lo primero
y en que fundar debiera mi justicia;
y lo segundo, un campo de bisoños
cargados de la hacienda mal ganada...
Dios me castiga, ¿qué he de hacer?
TOLEDO:
No digas
cosas, señor, ¡por Dios!, tan melancólicas.
Razón tienes y llevas en tu campo
famoso general y capitanes
con gente veterana y belicosa,
y un Toledo de España por agüero
que no emprende hazaña que no venza.
OTÓN:
Yo sé que la justicia es de Rodulfo,
que toda aquesta noche lo he pensado:
tratar quiero la paz por justos medios.
TOLEDO:
Pues si tratas de paz, trátela otro,
que pues para la guerra te servía
desde este punto doy la vuelta a España.
OTÓN:
Parte, Ataúlfo, y con Rodulfo trata
lo que ahora en mi tienda escribir quiero.
ATAÚLFO:
Señor, si el cielo dices que te avisa:
no vayas contra el cielo.