La lucha por la vida I: 052
Pág. 052 de 97
|
La lucha por la vida I Segunda parte | Pío Baroja |
---|
-Leones en jaulas.., muchos.
-Pero yo digo en el campo.
-En el campo, no.
Don Alonso pareció bastante contrariado al hacer estas confesiones.
-¿Ni otras fieras tampoco?
-Ya no hay fieras en los países civilizados -dijo el barbero.
-Pues mire usted, sí, allá hay fieras -y don Alonso hizo una mueca burlona y una señal de inteligencia a Rebolledo-. Una vez me sucedió una cosa terrible; pasábamos cerca de una isla y oímos cañonazos. Era la guarnición que tiraba salvas.
-Pero ¿por qué se ríe usted? -preguntó Aristón.
Es nervioso... Pues sí, me acerqué al capitán del barco y le pedí permiso para que me dejase desembarcar en la isla. Bueno -me dijo-; llévese usted la Golondrina, si quiere -la Golondrina era el nombre de la piragua-;pero dentro de un par de horas esté usted de vuelta.
»Me embarco en mi bote, y ¡hala!, ¡hala!..., llego a la isla, que estaba poblada de plátanos y cocoteros, y desembarco en una playa, en donde se hundió la proa de la Golondrina.
Aquí, don Alonso hizo la mueca del hombre que no puede contener la risa, y lanzó después al barbero una mirada acompañada de un guiño confidencial.
-Salto a tierra -siguió diciendo don Alonso-;echo a andar, y de pronto, paf... en la cara, un mosquito enorme, y luego, paf... otro mosquito, hasta que me rodeó una nube de aquellos animales tan grandes como murciélagos. Con la cara martirizada echo a correr a la playa, a embarcarme, cuando veo un cangrejo que estaba junto a la Golondrina; pero ¡qué cangrejo! Sería como un oso de grande; era negro, reluciente y hacía fa... fa... fa..., como un automóvil. Verme el bicho y echarse a correr sobre mí, gritando, todo fue uno; yo corría hacia un cocotero, y tras... tras... tras..., subí por él hasta arriba. El cangrejo se acerca al árbol, se detiene pensativo y se decide y empieza a subir también.
-Terrible situación -dijo el barbero.
-Figúrese usted -replicó don Alonso guiñando los ojos—, yo no tenía en la mano mas que un palito, y me defendí del cangrejo dándole golpes en los nudillos; pero él, bramando de rabia y con los ojos brillantes, seguía subiendo. Yo no podía ir más lejos, y pensé en bajar; pero al hacer un movimiento, ¡tras!... me agarra el granuja del bicho con una de sus muchas patas de la levita y se queda colgado de mí. El condenado pesaba de una manera atroz; ya estaba levantando otra de las zarpas para agarrarme, cuando me acordé que llevaba en el bolsillo del chaleco un limpiadientes que había comprado en Chicago y que tenía una navajita; abrí ésta, y en un momento corté los faldones de mi levita, y ¡cataplún!, desde una altura, lo menos de cuarenta metros, el cangrejo se cayó al suelo. Yo no sé cómo no se mató. Allá empezo a llorar, y a berrear, y a dar vueltas al cocotero, en donde yo estaba, mirándome con ojos terribles. Yo entonces, para algo le tenía que servir a uno el ser gimnasta, fui saltando de una rama a otra, de cocotero en cocotero y de plátano en plátano, y el cangrejo siguiéndome, berreando, con los faldones de la levita en la boca.
»Al llegar cerca de la playa me encuentro con que había bajado la marea y que la Golondrina andaba a más de cincuenta metros por encima de las olas. Esperaré -me dije-; pero en esto veo asomar en la copa del árbol donde estaba la cabeza de una serpiente; me agarro a una rama, me balanceo para caer lo más lejos posible del cangrejo y se me rompe la rama y me falta el sostén.
-¿Y qué hizo usted entonces? -preguntó el barbero.
-Di dos saltos mortales en el aire, por si acaso.
-Fue una precaución útil.
-Ciertamente, creí que estaba perdido. Todo lo contrario: estaba salvado.
-Pero ¿cómo? -preguntó Aristón.
Nada, que al caer, con la rama que llevaba en la mano di sobre el cangrejo, y como llevaba tanta fuerza, lo atravesé de parte a parte y le dejé clavado en la playa. El animal bramaba como un toro; yo me metí en la Golondrina y me escapé; pero el barco mío se había marchado. Me puse a remar, no había una vela a la vista. Estoy perdido -dije-;pero gracias al cangrejo me salvé...