Ea, no haya más, Manuel,
mi Pontífice, mi luz,
juradle al hombre la cruz,
que en cruz moriréis por él.
Mi azucena, mi clavel,
en vos contempla el sentido
a vuestro amor reducido.
Más grande mi dicha fuera
si en el torno ahora os viera
de veras recién nacido. Vuélvese el torno, y estará en él un Niño Jesús desnudo entre heno y copos de nieve
Pero mi buena fortuna
lo que deseaba ha visto.
Mi Niño, mi Dios, mi Cristo,
Sol de la virgen, que es Luna,
¿del torno habéis hecho cuna?
Daros mil abrazos quiero,
Pastor, Rey, León, Cordero.
Buena ha estado la invención;
mas finezas de amor son,
que siempre fue invencionero.