La verdad sospechosa

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LA VERDAD SOSPECHOSA
JUAN RUIZ DE ALARCÓN
Personas que hablan en ella:
Don GARCÍA, galán
Don JUAN de Sosa, galán
Don FÉLIX, galán
Don BELTRÁN, viejo grave
Don SANCHO, viejo grave
Don JUAN de Luna, viejo grave
TRISTÁN, gracioso
Doña JACINTA, dama
Doña LUCRECIA, dama
ISABEL, criada
Un LETRADO
CAMINO, escudero
Un PAGE
Un CRIADO
ACTO PRIMERO
Salen por una puerta don GARCÍA y un LETRADO viejo, de estudiantes, de camino; y, por
otra, don BELTRÁN y TRISTÁN
BELTRÁN: Con bien vengas, hijo mío.
GARCÍA: Dame la mano, señor.
BELTRÁN: )Cómo vives?
GARCÍA: El calor
del ardiente y seco estío
 5 me ha afligido de tal suerte
que no pudiera llevarlo,
señor, a no mitigarlo
con la esperanza de verte.
BELTRÁN: Entra, pues, a descansar.
 10 Dios te guarde. (Qué hombre vienes!
 (Tristán!
TRISTÁN: )Señor?
BELTRÁN: Dueño tienes
 nuevo ya de quien cuidar.
 Sirve desde hoy a García;
 que tú eres diestro en la corte
 15 y él bisoño.
TRISTÁN: En lo que importa,
 yo le serviré de guía.
BELTRÁN: No es crïado el que te doy;
 mas consejero y amigo.
GARCÍA: Tendrá ese lugar conmigo.
 20 TRISTÁN: Vuestro humilde esclavo soy.
Vanse don GARCÍA y TRISTÁN
BELTRÁN: Déme, señor Licenciado
 los brazos.
LETRADO: Los pies os pido.
BELTRÁN: Alce ya, )Cómo ha venido?
LETRADO: Bueno, contento, honrado
 25 de mi señor don García,
 a quien tanto amor cobré,
 que no sé cómo podré
 vivir sin su compañía.
BELTRÁN: Dios le guarde, que, en efeto,
 30 siempre el señor Licenciado
 claros indicios ha dado
 de agradecido y discreto.
 Tan precisa obligación
 me huelgo que haya cumplido
 35 García, y que haya acudido
 a lo que es tanta razón.
 Porque le aseguro yo
 que es tal mi agradecimiento,
 que, como un corregimiento
 40 mi intercesión la alcanzó
 Csegún mi amor, desigualC
 de la misma suerte hiciera
 darle también, si pudiera
 plaza en Consejo Real.
 45 LETRADO: De vuestro valor lo fío.
BELTRÁN: Sí, bien lo puede creer.
 Mas yo me doy a entender
 que, si con el favor mío
 en ese escalón primero
 50 se ha podido poner, ya
 sin mi ayuda subirá
 con su virtud al postrero.
LETRADO: En cualquier tiempo y lugar
 he de ser vuestro crïado.
 55 BELTRÁN: Ya, pues, señor Licenciado
 que el timón ha de dejar
 de la nave de García,
 y yo he de encargarme de él,
 que hiciese por mí y por él
 60 sola una cosa querría.
LETRADO: Ya, señor, alegre espero
 lo que me queréis mandar.
BELTRÁN: La palabra me ha de dar
 de que lo ha de hacer, primero.
 65 LETRADO: Por Dios juro de cumplir,
 señor, vuestra voluntad.
BELTRÁN: Que me diga una verdad
 le quiero sólo pedir.
 Ya sabe que fue mi intento
 70 que el camino que seguía
 de las letras, don García,
 fuese su acrecentamiento;
 que, para un hijo segundo,
 como él era, es cosa cierta
 75 que es ésa la mejor puerta
 para las honras del mundo.
 Pues como Dios se sirvió
 de llevarse a don Gabriel,
 mi hijo mayor, con que él
 80 mi mayorazgo quedó,
 determiné que, dejada
 esa profesión, viniese
 a Madrid, donde estuviese,
 como es cosa acostumbrada
 85 entre ilustres caballeros
 en España; porque es bien
 que las nobles casas den
 a su rey sus herederos.
 Pues como es ya don García
 90 hombre que no ha de tener
 maestro, y ha de correr
 su gobierno a cuenta mía,
 y mi paternal amor
 con justa razón desea
 95 que, ya que el mejor no sea,
 no la noten por peor,
 quiero, señor Licenciado,
 que me diga claramente
 sin lisonja, lo que siente
 100 Csupuesto que le ha crïadoC
 de su modo y condición,
 de su trato y ejercicio,
 y a qué género de vicio
 muestra más inclinación.
 105 Si tiene alguna costumbre
 que yo cuide de enmendar,
 no piense que me ha de dar
 con decirlo pesadumbre;
 que él tenga vicio es forzoso;
 110 que me pese, claro está;
 mas saberlo me será
 útil, cuando no gustoso.
 Antes en nada, a fe mía
 hacerme puede mayor
 115 placer, o mostrar mejor
 lo bien que quiere a García,
 que en darme este desengaño,
 cuando provechoso es,
 si he de saberlo después
 120 que haya sucedido un daño.
LETRADO: Tan estrecha prevención,
 señor, no era menester
 para reducirme a hacer
 lo que tengo obligación.
 125 Pues es caso averiguado
 que, cuando entrega al señor
 un caballo el picador
 que lo ha impuesto y enseñado,
 si no le informa del modo
 130 y los resabios que tiene,
 un mal suceso previene
 al caballo y dueño y todo.
 Deciros verdad es bien;
 que, demás del juramento,
 135 daros una purga intento
 que os sepa mal y haga bien.
 De mi señor don García
 todas las acciones tienen
 cierto acento, en que convienen
 140 con su alta genealogía.
 Es magnánimo y valiente,
 es sagaz y es ingenioso,
 es liberal y piadoso,
 si repentino, impaciente.
 145 No trato de las pasiones
 propias de la mocedad,
 porque, en ésas, con la edad
 se mudan las condiciones.
 Mas una falta no más
 150 es la que le he conocido,
 que, por más que le he reñido,
 no se ha enmendado jamás.
BELTRÁN: )Cosa que a su calidad
 será dañosa en Madrid?
 155 LETRADO: Puede ser.
BELTRÁN: )Cuál es? Decid.
LETRADO: No decir siempre verdad.
BELTRÁN: (Jesús! (Qué cosa tan fea
 en hombre de obligación!
LETRADO: Yo pienso que, o condición,
 160 o mala costumbre sea.
 Con la mucha autoridad
 que con él tenéis, señor,
 junto con que ya es mayor
 su cordura con la edad,
 165 ese vicio perderá.
BELTRÁN: Si la vara no ha podido,
 en tiempo que tierna ha sido,
 enderezarse, )qué hará
 siendo ya tronco robusto?
 170 LETRADO: En Salamanca, señor,
 son mozos, gastan humor,
 sigue cada cual su gusto;
 hacen donaire del vicio,
 gala de la travesura,
 175 grandeza de la locura;
 hace, al fin, la edad su oficio.
 Mas, en la corte, mejor
 su enmienda esperar podemos,
 donde tan validas vemos
 180 las escuelas del honor.
BELTRÁN: Casi me mueve a reír
 ver cuán ignorante está
 de la corte. )Luego acá
 no hay quien le enseñe a mentir?
 185 En la corte, aunque haya sido
 un extremo don García,
 hay quien le dé cada día
 mil mentiras de partido.
 Y si aquí miente el que está
 190 en un puesto levantado,
 en cosa en que al engañado
 la hacienda o honor le va,
 )no es mayor inconveniente
 quien por espejo está puesto
 195 al reino? Dejemos esto,
 que me voy a maldiciente.
 Como el toro a quien tiró
 la vara una diestra mano
 arremete al más cercano
 200 sin mirar a quien le hirió,
 así yo, con el dolor
 que esta nueva me ha causado,
 en quien primero he encontrado
 ejecuté mi furor.
 205 Créame, que si García
 mi hacienda, de amores ciego,
 disipara, o en el juego
 consumiera noche y día;
 si fuera de ánimo inquieto
 210 y a pendencias inclinado,
 si mal se hubiera casado,
 si se muriera, en efeto,
 no lo llevara tan mal
 como que su falta sea
 215 mentir. (Qué cosa tan fea!
 (Qué opuesta a mi natural!
 Ahora bien; lo que he de hacer
 es casarle brevemente,
 antes que este inconveniente
 220 conocido venga a ser.
 Yo quedo muy satisfecho
 de su bueno celo y cuidado,
 y me confieso obligado
 del bien que en esto me ha hecho.
 225 )Cuándo ha de partir?
LETRADO: Querría
 luego.
BELTRÁN: )No descansará
 algún tiempo y gozará
 de la corte?
LETRADO: Dicha mía
 fuera quedarme con vos;
 230 pero mi oficio me espera.
BELTRÁN: Ya entiendo; volar quisiera
 porque va a mandar. Adiós.
Vase don BELTRÁN
LETRADO: Guárdeos Dios. Dolor extraño
 le dio al buen viejo la nueva.
 235 Al fin, el más sabio lleva
 agramente un desengaño.
Vase el LETRADO. Salen don GARCÍA, de galán, y TRISTÁN
GARCÍA: )Díceme bien este traje?
TRISTÁN: Divinamente, señor.
 (Bien hubiese el inventor
 240 de este holandesco follaje!
 Con un cuello apanalado,
 )qué fealdad no se enmendó?
 Yo sé una dama a quien dio
 cierto amigo gran cuidado
 245 mientras con cuello le veía;
 y una vez que llegó a verle
 sin él, la obligó a perderle
 cuanta afición le tenía,
 porque ciertos costurones
 250 en la garganta cetrina
 publicaban la rüina
 de pasados lamparones.
 Las narices le crecieron,
 mostró un gran palmo de oreja,
 255 y las quijadas, de vieja,
 en lo enjuto, parecieron.
 Al fin el galán quedó
 tan otro del que solía,
 que no le conocería
 260 la madre que le parió.
GARCÍA: Por ésa y otras razones
 me holgara de que saliera
 premática que impidiera
 esos vanos cangilones.
 265 Que, demás de esos engaños,
 con su holanda el extranjero
 saca de España el dinero
 para nuestros propios daños.
 Una valoncilla angosta,
 270 usándose, le estuviera
 bien al rostro, y se anduviera
 más a gusto a menos costa.
 Y no que, con tal cuidado,
 sirve un galán a su cuello
 275 que, por no descomponello,
 se obliga a andar empalado.
TRISTÁN: Yo sé quien tuvo ocasión
 de gozar su amada bella,
 y no osó llegarse a ella
 280 por no ahujar un cangilón.
 Y esto me tiene confuso;
 todos dicen que se holgaran
 de que valonas se usaran,
 y nadie comienza el uso.
 285 GARCÍA: De gobernar nos dejemos
 el mundo. )Qué hay de mujeres?
TRISTÁN: )El mundo dejas y quieres
 que la carne gobernemos?
 )Es más fácil?
GARCÍA: Más gustoso.
 290 TRISTÁN: )Eres tierno?
GARCÍA: Mozo soy.
TRISTÁN: Pues en lugar entras hoy
 donde Amor no vive ocioso.
 Resplandecen damas bellas
 en el cortesano suelo,
 295 de la suerte que en el cielo
 brillan lucientes estrellas.
 En el vicio y la virtud
 y el estado hay diferencia,
 como es varia su influencia,
 300 resplandor y magnitud.
 Las señoras, no es mi intento
 que en este número estén,
 que son ángeles a quien
 no se atreve el pensamiento.
 305 Sólo te diré de aquellas
 que son, con alma livianas
 siendo divinas, humanas;
 corruptibles, siendo estrellas.
 Bellas casadas verás,
 310 conversables y discretas,
 que las llamo yo planetas
 porque resplandecen más.
 Éstas, con la conjunción
 de maridos placenteros,
 315 influyen en extranjeros
 dadivosa condición.
 Otras hay cuyos maridos
 a comisiones se van,
 o que en las Indias están,
 320 o en Italia, entretenidos.
 No todas dicen verdad
 en esto, que mi taimadas
 suelen fingirse casadas
 por vivir con libertad.
 325 Verás de cautas pasantes
 hermosas recientes hijas;
 éstas son estrellas fijas,
 y sus madres son errantes.
 Hay una gran multitud
 330 de señoras del tusón,
 que, entre cortesanas, son
 de la mayor magnitud.
 Síguense tras las tusonas,
 otras que serlo desean,
 335 y, aunque tan buenas no sean,
 son mejores que busconas.
 Éstas son unas estrellas
 que dan menor claridad;
 mas, en la necesidad,
 340 te habrás de alumbrar con ellas.
 La buscona, no la cuento
 por estrella, que es cometa;
 pues ni su luz es perfeta
 ni conocido su asiento.
 345 Por las mañanas se ofrece
 amenazando al dinero,
 y, en cumpliéndose el agüero,
 al punto desaparece.
 Niñas salen que procuran
 350 gozar todas ocasiones;
 éstas son exhalaciones
 que, mientras se queman, duran.
 Pero que adviertas es bien,
 si en estas estrellas tocas,
 355 que son estables muy pocas,
 por más que un Perú les den.
 No ignores, pues yo no ignoro,
 que un signo el de Virgo es,
 y los de cuernos son tres:
 360 Aries, Capricornio y Toro.
 Y así, sin fïar en ellas,
 lleva un presupuesto solo,
 y es que el dinero es el polo
 de todas estas estrellas.
 365 GARCÍA: )Eres astrólogo?
TRISTÁN: Oí,
 el tiempo que pretendía
 en palacio, astrología.
GARCÍA: )Luego has pretendido?
TRISTÁN: Fui
 pretendiente por mi mal.
 370 GARCÍA: )Cómo en servir has parado?
TRISTÁN: Señor, porque me han faltado
 la fortuna y el caudal;
 aunque quien te sirve, en vano
 por mejor suerte suspira.
 375 GARCÍA: Deja lisonjas y mira
 el marfil de aquella mano;
 el divino resplandor
 de aquellos ojos, que, juntas,
 despiden entre las puntas
 380 flechas de muerte y amor.
TRISTÁN: )Dices aquella señora
 que va en coche?
GARCÍA: Pues )cuál
 merece alabanza igual?
TRISTÁN: (Qué bien encajaba agora
 385 esto de coche de sol,
 con todos sus adherentes
 de rayos de fuego ardientes
 y deslumbrante arrebol!
GARCÍA: )La primera dama que vi
 390 en la corte me agradó?
TRISTÁN: La primera en tierra.
GARCÍA: No;
 la primera en cielo, sí;
 que es divina esta mujer.
TRISTÁN: Por puntos las toparás
 395 tan bellas, que no podrás
 ser firme en un parecer.
 Yo nunca he tenido aquí
 constante amor ni deseo,
 que siempre por la que veo
 400 me olvido de la que vi.
GARCÍA: )Dónde ha de haber resplandores
 que borren los de estos ojos?
TRISTÁN: Míraslos ya con antojos
 que hacen las cosas mayores.
 405 GARCÍA: )Conoces, Tristán?...
TRISTÁN: No humanes
 lo que por divino adoras;
 porque tan altas señoras
 no tocan a los Tristanes.
GARCÍA: Pues yo, al fin, quien fuere, sea,
 410 la quiero y he de servirla.
 Tú puedes, Tristán, seguirla.
TRISTÁN: Detente, que ella se apea
 en la tienda.
GARCÍA: Llegar quiero.
 )Úsase en la corte?
TRISTÁN: Sí,
 415 con la regla que te di
 de que es el polo el dinero.
GARCÍA: Oro traigo.
TRISTÁN: (Cierra, España!,
 que a César llevas contigo;
 mas mira si en lo que digo
 420 mi pensamiento se engaña;
 advierte, señor, si aquélla
 que tras ella sale agora
 puede ser sol de su aurora,
 ser aurora de su estrella.
 425 GARCÍA: Hermosa es también.
TRISTÁN: Pues mira
 si la crïada es peor.
GARCÍA: El coche es arco de amor,
 y son flechas cuantas tira.
 Yo llego.
TRISTÁN: A lo dicho advierte...
 430 GARCÍA: )Y es?...
TRISTÁN: Que a la mujer rogando,
 y con el dinero dando.
GARCÍA: (Consista en eso mi suerte!
TRISTÁN: Pues yo, mientras hablas, quiero
 que me haga relación
 435 el cochero de quién son.
GARCÍA: )Dirálo?
TRISTÁN: Sí, que es cochero.
Vase TRISTÁN. Salen JACINTA, LUCRECIA, ISABEL, con mantos; cae
JACINTA y llega don GARCÍA y dale la mano
JACINTA: (Válgame Dios!
GARCÍA: Esta mano
 os servid de que os levante,
 si merezco ser Atlante
 440 de un cielo tan soberano.
JACINTA: Atlante debéis de ser,
 pues lo llegáis a tocar.
GARCÍA: Una cosa es alcanzar
 y otra cosa merecer.
 445 )Qué victoria es la beldad
 alcanzar, por quien me abraso,
 si es favor que debo al caso,
 y no a vuestra voluntad?
 Con mi propia mano así
 450 el cielo mas )qué importó,
 si ha sido porque él cayó,
 y no porque yo subí?
JACINTA: )Para qué fin se procura
 merecer?
GARCÍA: Para alcanzar.
 455 JACINTA: Llegar al fin, sin pasar
 por los medios, )no es ventura?
GARCÍA: Sí.
JACINTA: Pues )cómo estáis quejoso
 del bien que os ha sucedido,
 si el no haberlo merecido
 460 os hace más venturoso?
GARCÍA: Porque, como las acciones
 del agravio y el favor
 reciben todo el valor
 sólo de las intenciones,
 465 por la mano que os toqué
 no estoy yo favorecido,
 si haberlo vos consentido
 con esa intención no fue.
 Y, así, sentir me dejad
 470 que, cuando tal dicha gano,
 venga sin alma la mano
 y el favor sin voluntad.
JACINTA: Si la vuestra no sabía,
 de que agora me informáis,
 475 injustamente culpáis
 los defetos de la mía.
Sale TRISTÁN
TRISTÁN: (El cochero hizo su oficio; Aparte
 nuevas tengo de quién son).
GARCÍA: )Qué hasta aquí de mi afición
 480 nunca tuvisteis indicio?
JACINTA: )Cómo, si jamás os vi?
GARCÍA: )Tampoco ha valido, (ay Dios!,
 más de un año que por vos
 he andado fuera de mí?
 485 TRISTÁN: ()Un año, y ayer llegó Aparte
 a la corte?)
JACINTA: (Bueno a fe!
 )Mas de un año? Juraré
 que no os vi en mi vida yo.
GARCÍA: Cuando del indiano suelo
 490 por mi dicha llegué aquí,
 la primer cosa que vi
 fue la gloria de ese cielo.
 Y aunque os entregué al momento
 el alma, habéislo ignorado
 495 porque ocasión me ha faltado
 de deciros lo que siento.
JACINTA: )Sois indiano?
GARCÍA: Y tales son
 mis riquezas, pues os vi,
 que al minado Potosí
 500 le quito la presunción.
TRISTÁN: ()Indiano?) Aparte
JACINTA: )Y sois tan guardoso
 como la fama los hace?
GARCÍA: Al que más avaro nace,
 hace el amor dadivoso.
 505 JACINTA: )Luego, si decís verdad,
 preciosas ferias espero?
GARCÍA: Si es que ha de dar el dinero
 crédito a la voluntad,
 serán pequeños empleos,
 510 para mostrar lo que adoro,
 daros tantos mundos de oro
 como vos me dais deseos.
 Mas ya que ni al merecer
 de esa divina beldad,
 515 ni a mi inmensa voluntad
 ha de igualar el poder,
 por lo menos os servid;
 que esta tienda que os franqueo
 dé señal de mi deseo.
 520 JACINTA: (No vi tal hombre en Madrid). Aparte
 Lucrecia, )qué te parece
 del indiano liberal?
LUCRECIA: Que no te parece mal,
 Jacinta, y que lo merece.
 525 GARCÍA: Las joyas que gusto os dan,
 tomad de este aparador.
Habla TRISTÁN aparte a don GARCÍA
TRISTÁN: Mucho te arrojas, señor.
GARCÍA: (Estoy perdido, Tristán.
Habla ISABEL aparte a las damas
ISABEL: (Don Juan viene!
JACINTA: Yo agradezco,
 530 señor, lo que me ofrecéis.
GARCÍA: Mirad que me agraviaréis
 si no lográis lo que ofrezco.
JACINTA: Yerran vuestros pensamientos,
 caballero, en presumir
 535 que puedo yo recibir
 más que los ofrecimientos.
GARCÍA: Pues )Qué ha alcanzado de vos
 el corazón que os he dado?
JACINTA: El haberos escuchado.
 540 GARCÍA: Yo lo estimo.
JACINTA: Adiós.
GARCÍA: Adiós,
 y para amaros me dad
 licencia.
JACINTA: Para querer,
 no pienso que ha menester
 licencia la voluntad.
Vanse las mujeres
 545 GARCÍA: Síguelas.
TRISTÁN: Si te fatigas,
 señor, por saber la casa
 de la que en amor te abrasa,
 ya la sé.
GARCÍA: Pues no las sigas;
 que suele ser enfadosa
 550 la diligencia importuna.
TRISTÁN: *Doña Lucrecia de Luna
 se llama la más hermosa,
 que es mi dueño; y la otra dama
 que acompañándola viene,
 555 sé dónde la casa tiene;
 mas no sé cómo se llama.+
 Esto respondió el cochero.
GARCÍA: Si es Lucrecia la más bella,
 no hay más que saber, pues ella
 560 es la que habló, y la que quiero;
 que, como el autor del día
 las estrellas deja atrás,
 de esa suerte a las demás,
 la que me cegó, vencía.
 565 TRISTÁN: Pues a mí la que calló
 me pareció más hermosa.
GARCÍA: (Qué buen gusto!
TRISTÁN: Es cierta cosa
 que no tengo voto yo;
 mas soy tan aficionado
 570 a cualquier mujer que calla,
 que bastó para juzgalla
 más hermosa haber callado.
 Mas dado, señor, que estés
 errado tú, presto espero,
 575 preguntándole al cochero
 la casa, saber, quién es.
GARCÍA: Y Lucrecia, )dónde tiene
 la suya?
TRISTÁN: Que a la Victoria
 dijo, si tengo memoria.
 580 GARCÍA: Siempre ese nombre conviene
 a la esfera venturosa
 que da eclíptica a tal luna.
Salen don JUAN y don FÉLIX, por otra parte
JUAN: )Música y cena? (Ah, Fortuna!
GARCÍA: )No es éste don Juan de Sosa?
 585 TRISTÁN: El mismo.
JUAN: )Quién puede ser
 el amante venturoso
 que me tiene tan celoso?
FÉLIX: Que lo vendréis a saber
 a pocos lances, confío.
 590 JUAN: (Que otro amante le haya dado,
 a quien mía se ha nombrado,
 música y cena en el río!
GARCÍA: (Don Juan de Sosa!
JUAN: )Quién es?
GARCÍA: )Ya olvidáis a don García?
 595 JUAN: Veros en Madrid lo hacía,
 y el nuevo traje.
GARCÍA: Después
 que en Salamanca me visteis,
 muy otro debo de estar.
JUAN: Más galán sois de seglar
 600 que de estudiante lo fuisteis.
 )Venís a Madrid de asiento?
GARCÍA: Sí.
JUAN: Bien venido seáis.
GARCÍA: Vos, don Félix, )cómo estáis?
FÉLIX: De veros, por Dios, contento.
 605 Vengáis bueno en hora buena.
GARCÍA: Para serviros. )Qué hacéis?
 )De qué habláis? )En qué entendéis?
JUAN: De cierta música y cena
 que en el río dio un galán
 610 esta noche a una señora,
 era la plática agora.
GARCÍA: )Música y cena, don Juan?
 )Y anoche?
JUAN: Sí.
GARCÍA: )Mucha cosa?
 )Grande fiesta?
JUAN: Así es la fama.
 615 GARCÍA: )Y muy hermosa la dama?
JUAN: Dícenme que es muy hermosa.
GARCÍA: (Bien!
JUAN: )Qué misterios hacéis?
GARCÍA: De que alabéis por tan buena
 esa dama y esa cena,
 620 si no es que alabando estéis
 mi fiesta y mi dama así.
JUAN: )Pues tuvisteis también boda
 anoche en el río?
GARCÍA: Toda
 en eso la consumí.
 625 TRISTÁN: ()Qué fiesta o qué dama es ésta, Aparte
 si a la corte llegó ayer?)
JUAN: )Ya tenéis a quien hacer,
 tan recién venido, fiesta?
 Presto el amor dio con vos.
 630 GARCÍA: No ha tan poco que he llegado
 que un mes no haya descansado.
TRISTÁN: ((Ayer llegó, voto a Dios! Aparte
 Él lleva alguna intención).
JUAN: No lo he sabido, a fe mía,
 635 que al punto acudido habría,
 a cumplir mi obligación.
GARCÍA: He estado hasta aquí secreto.
JUAN: Ésa la causa habrá sido
 de no haberlo yo sabido.
 640 Pero la fiesta, )en efeto
 fue famosa?
GARCÍA: Por ventura,
 no la dio mejor el río.
JUAN: ((Ya de celos desvarío!) Aparte
 )Quién duda que la espesura
 645 del Sotillo el sitio os dio?
GARCÍA: Tales señas me vaya dando,
 don Juan, que voy sospechando
 que la sabéis como yo.
JUAN: No estoy de todo ignorante,
 650 aunque todo no lo sé;
 dijéronme no sé qué
 confusamente, bastante
 a tenerme deseoso
 de escucharos la verdad,
 655 forzosa curiosidad
 en un cortesano ocioso...
 (o en un amante con celos). Aparte
Don FÉLIX habla aparte a don JUAN
FÉLIX: Advertid cuán sin pensar
 os han venido a mostrar
 660 vuestro contrario los cielos.
GARCÍA: Pues a la fiesta atended:
 contaréla, ya que veo
 que os fatiga ese deseo.
JUAN: Haréisnos mucha merced.
 665 GARCÍA: Entre las opacas sombras
 y opacidades espesas
 que el soto formaba de olmos
 y la noche de tinieblas,
 se ocultaba una cuadrada,
 670 limpia y olorosa mesa,
 a lo italiano curiosa,
 a lo español opulenta.
 En mil figuras prensados
 manteles y servilletas,
 675 sólo envidiaron las almas
 a las aves y a las fieras.
 Cuatro aparadores puestos
 en cuadra correspondencia,
 la plata blanca y dorada,
 680 vidrios y barros ostentan.
 Quedó con ramas un olmo
 en todo el Sotillo apenas,
 que de ellas se edificaron,
 en varias partes, seis tiendas.
 685 Cuatro coros diferentes
 ocultan las cuatro de ellas;
 otra, principios y postres,
 y las vïandas, la sexta.
 Llegó en su coche mi dueño,
 690 dando envidia a las estrellas;
 a los aires, suavidad,
 y alegría a la ribera.
 Apenas el pie que adoro
 hizo esmeraldas ya hierba,
 695 hizo cristal la corriente,
 las arenas hizo perlas,
 cuando, en copia disparados
 cohetes, bombas y ruedas,
 toda la región del fuego
 700 bajó en un punto a la tierra.
 Aun no las sulfúreas luces
 se acabaron, cuando empiezan
 las de veinte y cuatro antorchas
 a oscurecer las estrellas.
 705 Empezó primero el coro
 de chirimías; tras ellas,
 el de las vihuelas de arco
 sonó en la segunda tienda.
 Salieron con suavidad
 710 las flautas de la tercera,
 y, en la cuarta, cuatro voces,
 con guitarras y arpas suenan.
 Entre tanto, se sirvieron
 treinta y dos platos de cena,
 715 sin los principios y postres,
 que casi otros tantos eran.
 Las frutas y las bebidas
 en fuentes y tazas hechas
 del cristal que da el invierno
 720 y el artificio conserva,
 de tanta nieve se cubren,
 que Manzanares sospecha,
 cuando por el Soto pasa,
 que camina por la sierra.
 725 El olfato no está ocioso
 cuando el gusto se recrea,
 que de espíritus süaves,
 de pomos y cazolejas
 y distilados sudores
 730 de aromas, flores y hierbas,
 en el Soto de Madrid
 se vio la región sabea.
 en un hombre de diamantes,
 delicadas de oro flechas,
 735 que mostrasen a mi dueño
 su crueldad y mi firmeza,
 al sauce, al junco y la mimbre
 quitaron su preeminencia;
 que han de ser oro las pajas
 740 cuando los dientes son perlas.
 En esto, juntas en folla,
 los cuatro coros comienzan,
 desde conformes distancias,
 a suspender las esferas;
 745 tanto que, envidioso Apolo,
 apresuró su carrera,
 porque el principio del día
 pusiese fin a la fiesta.
JUAN: (Por Dios, que la habéis pintado
 750 de colores tan perfetas,
 que no trocara el oírla
 por haberme hallado en ella!
TRISTÁN: ((Válgate el diablo por hombre! Aparte
 (Que tan de repente pueda
 755 pintar un convite tal
 que a la verdad misma venza!)
Hablan don JUAN y don FÉLIX aparte
JUAN: (Rabio de celos!
FÉLIX: No os dieron
 del convite tales señas.
JUAN: )Qué importa, si en la sustancia,
 760 el tiempo y lugar concuerdan?
GARCÍA: )Qué decís?
JUAN: Que fue el festín
 más célebre que pudiera
 hacer Alejandro Magno.
GARCÍA: (Oh! Son niñerías éstas
 765 ordenadas de repente.
 Dadme vos que yo tuviera
 para prevenirme un día,
 que a las romanas y griegas
 fiestas que al mundo admiraron
 770 nueva admiración pusiera.
Don GARCÍA mira adentro. Hablan don FÉLIX y don JUAN aparte
FÉLIX: Jacinta es la del estribo,
 en el coche de Lucrecia.
JUAN: Los ojos a don García
 se le van, por Dios, tras ella.
 775 FÉLIX: Inquieto está y divertido.
JUAN: Ciertas son ya mis sospechas.
LOS DOS: Adiós.
FÉLIX: Entrambos a un punto
 fuisteis a una cosa mesma.
Vanse don JUAN y don FÉLIX

TRISTÁN: (No vi jamás despedida Aparte
 780 tan conforme y tan resuelta).
GARCÍA: Aquel cielo, primer móvil
 de mis acciones, me lleva
 arrebatado tras sí.
TRISTÁN: Disimula y ten paciencia,
 785 que el mostrarse muy amante,
 antes daña que aprovecha,
 y siempre he visto que son
 venturosas las tibiezas.
 Las mujeres y los diablos
 790 caminan por una senda,
 que a las almas rematadas
 ni las siguen ni las tientan;
 que el tenerlas ya seguras
 les hace olvidarse de ellas,
 795 y sólo de las que pueden
 escapárselas se acuerdan.
GARCÍA: Es verdad, mas no soy dueño
 de mí mismo,
TRISTÁN: Hasta que sepas
extensamente su estado,
 800 no te entregues tan de veras;
 que suele dar, quien se arroja
 creyendo las apariencias,
 en un pantano cubierto
 de verde, engañosa hierba.
 805 GARCÍA: Pues hoy te informa de todo.
TRISTÁN: Eso queda por mi cuenta.
 Y agora, antes que reviente,
 dime, por Dios, )qué fina llevas
 en las ficciones que he oído?
 810 Siquiera para que pueda
 ayudarte, que cogernos
 en mentira será afrenta.
 Perulero te fingiste
 con las damas.
GARCÍA: Cosa es cierta,
 815 Tristán, que los forasteros
 tienen más dicha con ellas,
 y más si son de las Indias,
 información de riqueza.
TRISTÁN: Ese fin está entendido;
 820 mas pienso que el medio yerras,
 pues han de saber al fin
 quién eres.
GARCÍA: Cuando lo sepan,
 habré ganado en su casa
 o en su pecho ya las puertas
 825 con ese medio, y después,
 yo me entenderé con ellas.
TRISTÁN: Digo que me has convencido,
 señor; mas agora venga
 lo de haber un mes que estás
 830 en la corte. )Qué fin llevas,
 habiendo llegado ayer?
GARCÍA: Ya sabes tú que es grandeza
 esto de estar encubierto
 o retirado en su aldea,
 835 o en su casa descansando.
TRISTÁN: (Vaya muy en hora buena!
 Lo del convite entre agora.
GARCÍA: Fingílo, porque me pesa
 que piense nadie que hay cosa
 840 que mover mi pecho pueda
 a envidia o admiración,
 pasiones que al hombre afrentan.
 Que admirarse en ignorancia,
 como envidiar es bajeza.
 845 Tú no sabes a qué sabe
 cuando llega un portanuevas
 muy orgulloso a contar
 una hazaña o una fiesta,
 taparle la boca yo
 850 con otra tal, que se vuelva
 con sus nuevas en el cuerpo
 y que reviente con ellas.
TRISTÁN: (Caprichosa prevención,
 si bien peligrosa treta!
 855 La fábula de la corte
 serás, si la flor te entrevan.
GARCÍA: Quien vive sin ser sentido,
 quien sólo el número aumenta
 y hace lo que todos hacen,
 860 )en qué difiere de bestia?
 Ser famosos en gran cosa,
 el medio cual fuere sea.
 Nómbrenme a mí en todas partes,
 y murmúrenme siquiera;
 865 pues, uno, por ganar nombre,
 abrasó el templo de Efesia.
 Y, al fin, es éste mi gusto,
 que es la razón de más fuerza.
TRISTÁN: Juveniles opiniones
 870 sigue tu ambiciosa idea,
 y cerrar has menester
 en la corte, la mollera.
Vanse don GARCÍA y TRISTÁN. Salen JACINTA e ISABEL, con mantos, y don BELTRÁN
y don SANCHO
JACINTA: )Tan grande merced?
BELTRÁN: No ha sido
 amistad de un solo día
 875 la que esta casa y la mía,
 si os acordáis, se han tenido;
 y así, no es bien que extrañéis
 mi visita.
JACINTA: Si me espanto
 es, señor, por haber tanto
 880 que merced no nos hacéis.
 Perdonadme que, ignorando
 el bien que en casa tenía,
 me tardé en la Platería,
 ciertas joyas concertando.
 885 BELTRÁN: Feliz pronóstico dais
 al pensamiento que tengo,
 pues cuando a casaros vengo
 comprando joyas estáis.
 Con don Sancho, vuestro tío,
 890 tengo tratado, señora,
 hacer parentesco agora
 nuestra amistad, y confío
 Cpuesto que, como discreto,
 dice don Sancho que es justo
 895 remitirse a vuestro gustoC
 que esto ha de tener efeto.
 Que, pues es la hacienda mía
 y calidad tan patente,
 sólo falta que os contente
 900 la persona de García.
 Y aunque ayer a Madrid vino
 de Salamanca el mancebo,
 y de envidia el rubio Febo
 le ha abrasado en el camino,
 905 bien me atreveré a ponello
 ante vuestros ojos claros,
 fïando que de agradaros
 desde la planta al cabello,
 si licencia le otorgáis
 910 para que os bese la mano.
JACINTA: Encarecer lo que gano
 en la mano que me dais,
 si es notorio, es vano intento,
 que estimo de tal manera
 915 las prendas vuestras, que diera
 luego mi consentimiento,
 a no haber de parecer
 Cpor mucho que en ello ganoC
 arrojamiento liviano
 920 en una honrada mujer.
 Que el breve determinarse
 es cosa de tanto peso,
 o es tener muy poco seso
 o gran gana de casarse.
 925 Y en cuanto a que yo lo vea
 me parece, si os agrada,
 que, para no arriesgar nada,
 pasando la calle sea.
 Que si, como puede ser
 930 y sucede a cada paso,
 después de tratarlo, acaso
 se viniese a deshacer,
 )de qué me hubieran servido,
 o qué opinión me darán
 935 las visitas de un galán
 con licencias de marido?
BELTRÁN: Ya por vuestra gran cordura,
 si es mi hijo vuestro esposo,
 le tendré por tan dichoso
 940 como por vuestra hermosura.
SANCHO: De prudencia puede ser
 un espejo la que oís.
BELTRÁN: No sin causa os remitís,
 don Sancho, a su parecer.
 945 Esta tarde, con García,
 a caballo pasaré
 vuestra calle.
JACINTA: Yo estaré
 detrás de esa celosía.
BELTRÁN: Que le miréis bien os pido,
 950 que esta noche he de volver,
 Jacinta hermosa, a saber
 cómo os haya parecido.
JACINTA: )Tan apriesa?
BELTRÁN: Este cuidado
 no admiréis, que es ya forzoso;
 955 pues si vine deseoso
 vuelvo agora enamorado.
 Y adiós.
JACINTA: Adiós.
Habla don BELTRÁN a don SANCHO
BELTRÁN: )Dónde vais?
SANCHO: A serviros.
BELTRÁN: No saldré.
SANCHO: Al corredor llegaré
 960 con vos, si licencia dais.
Vanse los dos
ISABEL: Mucha priesa te da el viejo.
JACINTA: Yo se la diera mayor,
 pues también le está a mi honor,
 si a diferente consejo
 965 no me obligara el amor;
 que, aunque los impedimentos
 del hábito de don Juan
 Cdueño de mis pensamientosC
 forzosa causa me dan
 970 de admitir otros intentos,
 como su amor no despido,
 por mucho que lo deseo
 Cque vive en el alma asidoC
 tiemblo, Isabel, cuando creo
 975 que otro ha de ser mi marido.
ISABEL: Yo pensé que ya olvidabas
 a don Juan, viendo que dabas
 lugar a otras pretensiones.
JACINTA: Cáusanlo estas ocasiones,
 980 Isabel, no te engañabas.
 Que como ha tanto que está
 el hábito detenido,
 y no ha de ser mi marido
 si no sale, tengo ya
 985 este intento por perdido.
 Y así, para no morirme,
 quiero hablar y divertirme,
 pues en vano me atormento;
 que en un imposible intento
 990 no apruebo el morir de firme.
 Por ventura encontraré
 alguno que tal merezca,
 que mano y alma le dé.
ISABEL: No dudo que el tiempo ofrezca
 995 sujeto digno a tu fe;
 y, si no me engaño yo,
 hoy no te desagradó
 el galán indiano.
JACINTA: Amiga,
 )quieres que verdad te diga?
1000 Pues muy bien me pareció.
 Y tanto, que te prometo
 que si fuera tan discreto,
 tan gentilhombre y galán
 el hijo de don Beltrán,
1005 tuviera la boda efeto.
ISABEL: Esta tarde le verás
 con su padre por la calle.
JACINTA: Veré sólo el rostro y talle;
 el alma, que importa más,
1010 quisiera ver con hablalle.
ISABEL: Háblale.
JACINTA: Hase de ofender
 don Juan si llega a saberlo,
 y no quiero, hasta saber
 que de otro dueño he de ser,
1015 determinarme a perderlo.
ISABEL: Pues da algún medio, y advierte
 que siglos pasas en vano,
 y conviene resolverte,
 que don Juan es, de esta suerte,
1020 el perro del hortelano.
 Sin que lo sepa don Juan
 podrás hablar, si tú quieres,
 al hijo de don Beltrán;
 que, como en su centro, están
1025 las trazas en las mujeres.
JACINTA: Una pienso que podría
 en este caso importar.
 Lucrecia es amiga mía;
 ella puede hacer llamar
1030 de su parte a don García;
 que, como secreta esté
 yo con ella en su ventana,
 este fin conseguiré.
ISABEL: Industria tan soberana
1035 sólo de tu ingenio fue.
JACINTA: Pues parte al punto, y mi intento
 le di a Lucrecia, Isabel.
ISABEL: Sus alas tomaré al viento.
JACINTA: La dilación de un momento
1040 le di que es un siglo en él.
Sale don JUAN, al encuentro
JUAN: )Puedo hablar a tu señora?
ISABEL: Sólo un momento ha de ser,
 que de salir a comer
 mi señor don Sancho es hora.
Vase ISABEL
1045 JUAN: Ya, Jacinta, que te pierdo,
 ya que yo me pierdo, ya...
JACINTA: )Estás loco?
JUAN: )Quién podrá
 estar con tus cosas cuerdo?
JACINTA: Repórtate y habla paso,
1050 que está en la cuadra mi tío.
JUAN: Cuando a cenar vas al río,
 )cómo haces de él poco caso?
JACINTA: )Qué dices? )Estás en ti?
JUAN: Cuando para trasnochar
1055 con otro tienes lugar,
 )tienes tío para mí?
JACINTA: )Trasnochar con otro? Advierte
 que, aunque eso fuese verdad,
 era mucha libertad
1060 hablarme a mí de esa suerte;
 cuanto más que es desvarío
 de tu loca fantasía.
JUAN: Ya sé que fue don García
 el de la fiesta del río;
1065 ya los fuegos que a tu coche,
 Jacinta, la salva hicieron;
 ya las antorchas que dieron
 sol al soto a media noche;
 ya los cuatro aparadores
1070 con vajillas varïadas;
 las cuatro tiendas pobladas
 de instrumentos y cantores.
 Todo lo sé; y sé que el día
 te halló, enemiga, en el río;
1075 di agora que *es desvarío
 de mi loca fantasía.+
 Di agora que es libertad
 el tratarte de esta suerte,
 cuando obligan a ofenderte
1080 mi agravio y tu liviandad.
JACINTA: (Plega a Dios!...
JUAN: Deja invenciones.
 Calla, no me digas nada,
 que en ofensa averiguada
 no sirven satisfacciones.
1085 Ya falsa, ya sé mi daño;
 no niegues que te he perdido;
 tu mudanza me ha ofendido,
 no me ofende el desengaño.
 Y aunque niegues lo que oí,
1090 lo que vi confesarás;
 que hoy lo que negando estás
 en sus mismos ojos vi.
 Y su padre, )qué quería
 agora aquí? )Qué te dijo?
1095 )De noche estás con el hijo
 y con el padre de día?
 Yo lo vi; ya mi esperanza
 en vano engañar dispones;
 ya sé que tus dilaciones
1100 son hijas de tu mudanza.
 Mas crüel, (vive los cielos,
 que no has de vivir contenta!
 Abrásete, pues revienta,
 este volcán de mis celos.
1105 El que me hace desdichado
 te pierda, pues yo te pierdo.
JACINTA: )Tú eres cuerdo?
JUAN: )Cómo cuerdo,
 amante y desesperado?
JACINTA: Vuelve, escucha; que si vale
1110 la verdad, presto verás
 qué mal informado estás.
JUAN: Voyme, que tu tío sale.
JACINTA: No sale; escucha, que fío
satisfacerte.
JUAN: Es en vano,
1115 si aquí no me das la mano.
JACINTA: )La mano? Sale mi tío.
ACTO SEGUNDO
Salen don GARCÍA, TRISTÁN y CAMINO
GARCÍA: *La fuerza de una ocasión me hace exceder del
orden de mi estado. Sabrála v.m. esta noche por
 un balcón que le enseñará el portador, con lo
 demás que no es para escrito, y guarde N. Señor...+
 )Quién este papel me escribe?
CAMINO: Doña Lucrecia de Luna.
GARCÍA: El alma, sin duda alguna,
1120 que dentro en mi pecho vive.
 )No es ésta una dama hermosa
 que hoy, antes de media día,
 estaba en la Platería?
CAMINO: Sí, señor.
GARCÍA: (Suerte dichosa!
1125 Informadme, por mi vida,
 de las partes de esta dama.
CAMINO: Mucho admiro que su fama
 esté de vos escondida.
 Porque la habéis visto, dejo
1130 de encarecer que es hermosa;
 es discreta y virtüosa;
 su padre es viudo y es viejo;
 dos mil ducados de renta
 los que ha de heredar serán,
1135 bien hechos.
GARCÍA: )Oyes, Tristán?
TRISTÁN: Oigo, y no me descontenta.
CAMINO: En cuanto a ser principal,
 no hay que hablar; Luna es su padre
 y fue Mendoza su madre,
1140 tan finos como un coral.
 Doña Lucrecia, en efeto,
 merece un rey por marido.
GARCÍA: (Amor, tus alas te pido
 para tan alto sujeto!
1145 )Dónde vive?
CAMINO: A la Victoria.
GARCÍA: Cierto es mi bien. Que seréis,
 dice aquí, quien me guïéis
 al cielo de tanta gloria.
CAMINO: Serviros pienso a los dos.
1150 GARCÍA: Y yo lo agradeceré.
CAMINO: Esta noche volveré,
 en dando las diez, por vos.
GARCÍA: Eso le dad por respuesta
 a Lucrecia.
CAMINO: Adiós quedad.
Vase CAMINO
1155 GARCÍA: (Cielos! )Qué felicidad,
 Amor, qué ventura es ésta?
 )Ves, Tristán, cómo llamó
 la más hermosa el cochero
 a Lucrecia, a quien yo quiero?
1160 Que es cierto que quien me habló
 es la que el papel me envía.
TRISTÁN: Evidente presunción.
GARCÍA: Que la otra, )qué ocasión
 para escribirme tenía?
1165 TRISTÁN: Y a todo mal suceder,
 presto de duda saldrás,
 que esta noche la podrás
 en la habla conocer.
GARCÍA: Y que no me engañe es cierto,
1170 según dejó en mi sentido
 impreso el dulce sonido
 de la voz con que me ha muerto.
Sale un PAGE con un papel; dalo a don GARCÍA
PAGE: Éste, señor don García,
 es para vos.
GARCÍA: No esté así.
1175 PAGE: Crïado vuestro nací.
GARCÍA: Cúbrase, por vida mía.
Lee a solas don GARCÍA
 *Averiguar cierta cosa
 importante a solas quiero
 con vos. A las siete espero
1180 en San Blas. --Don Juan de Sosa.+
 ((Válgame Dios! Desafío. Aparte
 )Qué causa puede tener
 don Juan, si yo vine ayer
 y él es tan amigo mío?)
1185 Decid al señor don Juan
 que esto será así.
Vase el PAGE
TRISTÁN: Señor,
 mudado estás de color.
 )Qué ha sido?
GARCÍA: Nada, Tristán.
TRISTÁN: No puedo saberlo?
GARCÍA: No.
1190 TRISTÁN: Sin duda es cosa pesada.
GARCÍA: Dame la capa y espada.
 ()Qué causa le he dado yo?) Aparte
Vase TRISTÁN. Sale don BELTRÁN
BELTRÁN: )García?
GARCÍA: )Señor?
BELTRÁN: Los dos
 a caballo hemos de andar
1195 juntos hoy, que he de tratar
 cierto negocio con vos.
GARCÍA: )Mandas otra cosa?
BELTRÁN: )Adónde
 vaya cuando el sol echa fuego?
Sale TRISTÁN y dale de vestir a don GARCÍA
GARCÍA: Aquí a los trucos me llego
1200 de nuestro vecino el conde.
BELTRÁN: No apruebo que os arrojéis,
 siendo venido de ayer,
 a daros a conocer
 a mil que no conocéis;
1205 si no es que dos condiciones
 guardéis con mucho cuidado,
 y son: que juguéis contado
 y habléis contadas razones.
 Pues que mi parecer
1210 es éste, haced vuestro gusto.
GARCÍA: Seguir tu consejo es justo.
BELTRÁN: Haced que a vuestro placer
 aderezo se prevenga
 a un caballo para vos.
1215 GARCÍA: A ordenarlo voy.
BELTRÁN: Adiós.
Vase don GARCÍA
BELTRÁN: ((Que tan sin gusto me tenga Aparte
 lo que su ayo me dijo!)
 )Has andado con García,
 Tristán?
TRISTÁN: Señor, todo el día.
1220 BELTRÁN: Sin mirar en que es mi hijo,
 si es que el ánimo fïel
 que siempre en tu pecho he hallado
 agora no te ha faltado,
 me di lo que sientes de él.
1225 TRISTÁN: )Qué puedo yo haber sentido
 en un término tan breve?
BELTRÁN: Tu lengua es quien no se atreve,
 que el tiempo bastante ha sido,
 y más a tu entendimiento.
1230 Dímelo, por vida mía,
 sin lisonja.
TRISTÁN: Don García,
 mi señor, a lo que siento,
 que he de decirte verdad,
 pues que tu vida has jurado...
1235 BELTRÁN: De esa suerte has obligado
 siempre a mí tu voluntad.
TRISTÁN: ...tiene un ingenio excelente,
 con pensamientos sutiles;
 mas caprichos juveniles
1240 con arrogancia imprudente.
 De Salamanca reboza
 la leche, y tiene en los labios
 los contagiosos resabios
 de aquella caterva moza.
1245 Aquel hablar arrojado,
 mentir sin recato y modo;
 aquel jactarse de todo
 y hacerse en todo extremado...
 Hoy, en término de un hora,
1250 echó cinco o seis mentiras.
BELTRÁN: (Válgame Dios!
TRISTÁN: )Qué te admiras
 pues lo peor falta agora;
 que son tales, que podrá
 cogerle en ellas cualquiera.
1255 BELTRÁN: (Ah, Dios!
TRISTÁN: Yo no te dijera
 lo que tal pena te da
 a no ser de ti forzado.
BELTRÁN: Tu fe conozco y tu amor.
TRISTÁN: A tu prudencia, señor,
1260 advertir será excusado
 el riesgo que correr puedo
 si esto sabe don García,
 mi señor.
BELTRÁN: De mí confía;
 pierde, Tristán, todo el miedo.
1265 Manda luego aderezar
 los caballos.
Vase TRISTÁN
BELTRÁN: Santo Dios,
 pues esto permitís vos,
 esto debe de importar.
 )A un hijo solo, a un consuelo
1270 que en la tierra le quedó
 a mi vejez triste, dio
 tan gran contrapeso el cielo?
 Ahora bien, siempre tuvieron
 los padres disgustos tales;
1275 siempre vieron muchos males
 los que mucha edad vivieron.
 (Paciencia! Hoy he de acabar,
 si puedo, su casamiento.
 Con la brevedad intento
1280 este daño remediar,
 antes que su liviandad,
 en la corte conocida,
 los casamientos le impida
 que pide su calidad.
1285 Por dicha, con el cuidado
 que tal estado acarrea,
 de una costumbre tan fea
 se vendrá a haber enmendado.
 Que es vano pensar que son
1290 el reñir y aconsejar
 bastantes para quitar
 una fuerte inclinación.
Sale TRISTÁN
TRISTÁN: Ya los caballos están,
 viendo que salir procuras,
1295 probando las herraduras
 en las guijas del zaguán.
 Porque con las esperanzas
 de tan gran fiesta, el overo
 a solas está, primero,
1300 ensayando sus mudanzas;
 Y el bayo, que ser procura
 émulo al dueño que lleva,
 estudia con alma nueva
 movimiento y compostura.
1305 BELTRÁN: Avisa, pues, a García.
TRISTÁN: Ya te espera tan galán,
 que en la corte pensarán
 que a estas horas sale el día.
Vanse los dos. Salen ISABEL y JACINTA
ISABEL: La pluma tomó al momento
1310 Lucrecia, en ejecución
 de tu agudo pensamiento,
 y esta noche en su balcón,
 para tratar cierto intento,
 le escribió que aguardaría,
1315 para que puedas en él
 platicar con don García.
 Camino llevó el papel;
 persona de quien se fía.
JACINTA: Mucho Lucrecia me obliga.
1320 ISABEL: Muestra en cualquier ocasión
 ser tu verdadera amiga.
JACINTA: )Es tarde?
ISABEL: Las cinco son.
JACINTA: Aun durmiendo me fatiga
 la memoria de don Juan,
1325 que esta siesta le he soñado
 celoso de otro galán.
Miran adentro las dos
ISABEL: (Ay, señora! Don Beltrán
 y el perulero a su lado.
JACINTA: )Qué dices?
ISABEL: Digo que aquél
1330 que hoy te habló en la Platería
 viene a caballo con él.
 Mírale.
JACINTA: (Por vida mía
 que dices verdad, que es él!
 )Hay tal? )Cómo el embustero
1335 se nos fingió perulero,
 si es hijo de don Beltrán?
ISABEL: Los que intentan siempre dan
 gran presunción al dinero,
 y con ese medio, hallar
1335 entrada en tu pecho quiso,
 que debió de imaginar
 que aquí le ha de aprovechar
 más ser Midas que Narciso.
JACINTA: En decir que ha que me vio
1340 un año, también mintió,
 porque don Beltrán me dijo
 que ayer a Madrid su hijo
 de Salamanca llegó.
ISABEL: Si bien lo miras, señora,
1345 todo verdad puede ser,
 que entonces te pudo ver,
 irse de Madrid, y agora,
 de Salamanca volver.
 Y cuando no, )qué te admira
1350 que, quien a obligar aspira
 prendas de tanto valor,
 para acreditar su amor,
 se valga de una mentira?
 Demás que tengo por llano,
 1355 si no miente mi sospecha,
 que no lo encarece en vano;
 que hablarte hoy su padre, es flecha
 que ha salido de su mano.
 No ha sido, señora mía,
1360 acaso que el mismo día
 que él te vio y mostró quererte,
 venga su padre a ofrecerte
 por esposo a don García.
JACINTA: Dices bien; mas imagino
1365 que el término que pasó
 desde que el hijo me habló
 hasta que su padre vino,
 fue muy breve.
ISABEL: Él conoció
 quién eres; encontraría
1370 su padre en la Platería;
 hablóle, y él, que no ignora
 tus calidades y adora
 justamente a don García,
 vino a tratarlo al momento.
1375 JACINTA: Al fin, como fuere, sea.
 De sus partes me contento,
 quiere el padre, él me desea;
 da por hecho el casamiento.
Vanse las dos. Salen don BELTRÁN y don GARCÍA
BELTRÁN: )Qué os parece?
GARCÍA: Que animal
1380 no vi mejor en mi vida.
BELTRÁN: (Linda bestia!
GARCÍA: Corregida
 de espíritu racional.
 (Qué contento y bizarría!
BELTRÁN: Vuestro hermano don Gabriel,
1385 que perdona Dios, en él
 todo su gusto tenía.
GARCÍA: Ya que convida, señor,
 de Atocha la soledad,
 declara tu voluntad.
1390 BELTRÁN: Mi pena, diréis mejor.
 )Sois caballero, García?
GARCÍA: Téngome por hijo vuestro.
BELTRÁN: )Y basta ser hijo mío
 para ser vos caballero?
1400 GARCÍA: Yo pienso, señor, que sí.
BELTRÁN: (Qué engañado pensamiento!
 Sólo consiste en obrar
 como caballero al serlo.
 )Quién dio principio a las casas
1405 nobles? Los ilustres hechos
 de sus primeros autores.
 Sin mirar su nacimientos,
 hazañas de hombres humildes
 honraron sus herederos.
1410 Luego en obrar mal o bien
 está el ser malo o ser bueno.
 )Es ansí?
GARCÍA: Que las hazañas
 den nobleza, no lo niego;
 mas no neguéis que sin ellas
1415 también la da el nacimiento.
BELTRÁN: Pues si honor puede ganar
 quien nació sin él, )no es cierto
 que, por el contrario, puede,
 quien con él nació, perderlo?
1420 GARCÍA: Es verdad.
BELTRÁN: Luego si vos
 obráis afrentosos hechos,
 aunque seáis hijo mío,
 dejáis de ser caballero;
 luego si vuestras costumbres
1425 os infaman en el pueblo,
 no importan paternas armas,
 no sirven altos abuelos.
 )Qué cosa es que la fama
 diga a mis oídos mesmos
1430 que a Salamanca admiraron
 vuestras mentiras y enredos?
 (Qué caballero y qué nada!
 Si afrenta al noble y plebeyo
 sólo el decirle que miente,
1435 decid, )qué será el hacerlo,
 si vivo sin honra yo,
 según los humanos fueros,
 mientras de aquél que me dijo
 que mentía no me vengo?
1440 )Tan larga tenéis la espada,
 tan duro tenéis el pecho,
 que penséis poder vengaros,
 diciéndolo todo el pueblo?
 )Posible es que tenga un hombre
1445 tan humildes pensamientos
 que viva sujeto al vicio
 más sin gusto y sin provecho?
 El deleite natural
 tiene a los lascivos presos;
1450 obliga a los codiciosos
 el poder que da el dinero;
 el gusto de los manjares
 al glotón; el pasatiempo
 y el cebo de la ganancia,
1455 a los que cursan el juego;
 su venganza, al homicida;
 al robador, su remedio;
 la fama y la presunción,
 al que es por la espada inquieto.
1460 Todos los gustos, al fin,
 o dan gusto o dan provecho;
 mas de mentir, )qué se saca
 sino infamia y menosprecio?
GARCÍA: Quien dice que miento yo,
1465 ha mentido.
BELTRÁN: También eso
 es mentir, que aun desmentir
 no sabéis sino mintiendo.
GARCÍA: (Pues, si dais en no creerme...!
BELTRÁN: )No seré necio si creo
1470 que vos decía verdad solo
 y miente el lugar entero?
 Lo que importa es desmentir
 esta fama con los hechos,
 pensar que éste es otro mundo,
1475 hablar poco y verdadero;
 mirar que estáis a la vista
 de un rey tan santo y perfeto,
 que vuestros yerros no pueden
 hallar disculpa en sus yerros;
1480 que tratáis aquí con grandes,
 títulos y caballeros,
 que, si os saben la flaqueza,
 o perderán el respeto;
 que tenéis barba en el rostro,
1485 que al lado ceñís acero,
 que nacistes noble al fin,
 y que yo soy padre vuestro.
 Y no he de deciros más,
 que esta sofrenada espero
1490 que baste para quien tiene
 calidad y entendimiento.
 Y agora, porque entendáis
 que en vuestro bien me desvelo,
 sabed que os tengo, García,
1495 tratado un gran casamiento.
GARCÍA: ((Ay, mi Lucrecia!) Aparte
BELTRÁN: Jamás
 pusieron, hijo, los cielos
 tantas, tan divinas partes
 en un humano sujeto,
1500 como en Jacinta, la hija
 de don Fernando Pacheco,
 de quien mi vejez pretende
 tener regalados nietos.
GARCÍA: ((Ay, Lucrecia! Si es posible, Aparte
1505 tú sola has de ser mi dueño).
BELTRÁN: )Qué es esto? )No respondéis?
GARCÍA: ((Tuyo he de ser, vive el cielo!) Aparte
BELTRÁN: )Qué os entristecéis? (Hablad!
 No me tengáis más suspenso.
1510 GARCÍA: Entristézcome porque es
 imposible obedeceros.
BELTRÁN: )Por qué?
GARCÍA: Porque soy casado.
BELTRÁN: (Casado! (Cielos! )Qué es esto?
 )Cómo, sin saberlo yo?
1515 GARCÍA: Fue fuerza, y está secreto.
BELTRÁN: )Hay padre más desdichado?
GARCÍA: No os aflijáis, que, en sabiendo
 la causa, señor, tendréis
 por venturoso el efeto.
1520 BELTRÁN: Acabad, pues, que mi vida
 pende sólo de un cabello.
GARCÍA: (Agora os he menester, Aparte
 sutilezas de mi ingenio).
 En Salamanca, señor,
1525 hay un caballero noble,
 de quien es la alcuña Herrera
y don Pedro el propio nombre.
 A éste dio el cielo otro cielo
 por hija, pues, con dos soles
1530 sus dos purpúreas mejillas
 hacen claros horizontes.
 Abrevio, por ir al caso,
 con decir que cuantas dotes
 pudo dar Naturaleza
1535 en tierna edad, la componen.
 Mas la enemiga fortuna,
 observante en su desorden,
 a sus méritos opuesta,
 de sus bienes la hizo pobre;
1540 que, demás de que su casa
 no es tan rica como noble,
 al mayorazgo nacieron,
 antes que ella, dos varones.
 A ésta, pues, saliendo al río,
1545 la vi una tarde en su coche,
 que juzgara el de Faetón
 si fuese Erídano el Tormes.
 No sé quién los atributos
 del fuego en Cupido pone,
1550 que yo, de un súbito hielo,
 me sentí ocupar entonces.
 )Qué tienen que ver del fuego
 las inquietudes y ardores
 con quedar absorta un alma,
1555 con quedar un cuerpo inmóvil?
 Caso fue, verla, forzoso;
 viéndola, cegar de amores;
 pues, abrasado, seguiría,
 júzguelo en pecho de bronce.
1560 Pasé su calle de día,
 rondé su puerta de noche;
 con terceros y papeles,
 le encarecí mis pasiones;
 hasta que, al fin, condolida
1565 o enamorada, responde,
 porque también tiene Amor
 jurisdicción en los dioses.
 Fui acrecentando finezas
 y ella aumentando favores,
1570 hasta ponerme en el cielo
 de su aposento una noche.
 Y, cuando solicitaban
 el fin de mi pena enorme,
 conquistando honestidades,
1575 mis ardientes pretensiones,
 siento que su padre viene
 a su aposento; llamóle
 porque jamás tan hacía,
 mi fortuna aquella noche.
1580 Ella, turbada, animosa,

(mujer al fin!, a empullones
 mi casi difunto cuerpo
 detrás de su lecho esconde.
 Llegó don Pedro, y su hija,
1585 fingiendo gusto, abrazóle,
 por negar el rostro en tanto
 que cobraba sus colores.
 Asentáronse los dos,
 y él, con prudentes razones,
1590 le propuso un casamiento
 con uno de los Monroyes.
 Ella, honesta como cauta,
 de tal suerte le responde,
 que ni a su padre resista,
1595 ni a mí, que la escucho, enoje.
 Despidiéronse con esto,
 y, cuando ya casi pone
 en el umbral de la puerta
 el viejo los pies, entonces...,
1600
(Mal hay, amén, el primero
 que fue inventor de relojes!,
 uno que llevaba yo,
 a dar comenzó las doce.
 Oyólo don Pedro, y vuelto
1605 hacia su hija: *)De dónde
 vino ese reloj?
+ le dijo.
 Ella respondío:

  • Envióle,

 para que se le aderecen,
 mi primo don Diego Ponce,
1610 por no haber en su lugar
 relojero ni relojes
+.

  • Dádmele

+ dijo su padre,

  • porque yo ese cargo tome

+.
 Pues entonces doña Sancha,
1615 que éste es de la dama el nombre,
 a quitármele del pecho,
 cauta y prevenida corre,
 antes que llegar él mismo
 a su padre se le antoje.
1620 Quitémelo yo, y al darle,
 quiso la suerte que toquen
 a una pistola que tengo
 en la mano los cordones.
 Cayó el gatillo, dio fuego;
1625 al tronido desmayóse
 doña Sancha; alborotado
 el viejo, empezó a dar voces.
 Yo, viendo el cielo en el suelo
 y eclipsados sus dos soles,
1630 juzgué sin duda por muerta
 la vida de mis acciones,
 pensando que cometieron
 sacrilegio tan enorme,
 del plomo de mi pistola,
1635 los breves, volantes orbes.
 Con esto, pues, despechado,
 saqué rabioso el estoque;
 fueron pocos para mí,
 en tal ocasión, mil hombres.
1640 A impedirme la salida,
 como dos bravos leones,
 con sus armas sus hermanos
 y sus crïados se oponen;
 mas, aunque fácil por todos
1645 mi espada y mi fuerza rompen,
 no hay fuerza humana que impida
 fatales disposiciones;
 pues, al salir por la puerta,
 como iba arrimado, asióme
1650 la alcayata de la aldaba,
 por los tiros del estoque.
 Aquí, para desasirme,
 fue fuerza que atrás me torne,
 y, entre tanto, mis contrarios,
1655 muros de espadas me oponen.
 En esto cobró su acuerdo
 Sancha, y para que se estorbe
 el triste fin que prometen
 estos sucesos atroces,
1660 la puerta cerró, animosa,
 del aposento, y dejóme
 a mí con ella encerrado,
 y fuera a mis agresores.
 Arrimamos a la puerta
1665 baúles, arcas y cofres,
 que al fin son de ardientes iras
 remedio las dilaciones.
 Quisimos hacernos fuertes;
 mas mis contrarios, feroces,
1670 ya la pared me derriban
 y ya la puerta me rompen.
 Yo, viendo que, aunque dilate,
 no es posible que revoque
 la sentencia de enemigos
1675 tan agraviadas y nobles,
 viendo a mi lado la hermosa
 de mis desdichas consorte,
 y que hurtaba a sus mejillas
 el temor sus arreboles;
1680 viendo cuán sin culpa suya
 conmigo Fortuna corre,
 pues con industria deshace
 cuanto los hados disponen,
 por dar premio a sus lealtades,
1685 por dar fin a sus temores,
 por dar remedio a mi muerte,
 y dar muerte a más pasiones,
 hube de darme a partido,
 y pedirles que conformen
1690 con la unión de nuestras sangres
 tan sangrientas disenciones.
 Ellos, que ven el peligro
 y mi calidad conocen,
 lo aceptan, después de estar
1695 un rato entre sí discordes.
 Partió a dar cuenta al obispo
 su padre, y volvió con orden
 de que el desposorio pueda
 hacer cualquier sacerdote.
1700 Hízose, y en dulce paz
 la mortal guerra trocóse,
 dándote la mejor nuera
 que nació del sur al norte.
 Mas en que tú no lo sepas
1705 quedamos todos conformes,
 por no ser con gusto tuyo
 y por ser mi esposa pobre;
 pero, ya que fue forzoso
 saberlo, mira se escoges
1710 por mejor tenerme muerto
 que vivo y con mujer noble.
BELTRÁN: Las circunstancias del caso
 son tales, que se conoce
 que la fuerza de la suerte
1715 te destinó esa consorte,
 y así, no te culpo en más
 que en callármelo.
GARCÍA: Temores
 de darte pesar, señor,
 me obligaron.
BELTRÁN: Si es tan noble,
1720 )qué importa que pobre sea?
 (Cuánto es peor que lo ignore,
 para que, habiendo empeñado
 mi palabra, agora torne
 con eso a doña Jacinta!
1725 (Mira en qué lance me pones!
 Toma el caballo, y temprano,
 por mi vida, te recoje,
 porque de espacio tratemos
 de tus cosas esta noche.
1730 GARCÍA: Iré a obedecerte al punto
 que toquen las oraciones.
Vase don BELTRÁN
 Dichosamente se ha hecho.
 Persuadido el viejo va.
 Ya del mentir no dirá
1735 que es sin gusto y sin provecho;
 pues en tan notorio gusto
 el ver que me haya creído,
 y provecho haber huído
 de casarme a mi disgusto.
1740 (Bueno fue reñir conmigo
 porque en cuanto digo miento,
 y dar crédito al momento
 a cuantas mentiras digo!
 (Qué fácil de persuadir
1745 quien tiene amor suele ser!
 Y (qué fácil en creer
 el que no sabe mentir!
 Mas ya me aguarda don Juan.
Dirá hacia adentro
 (Hola! Llevad el caballo.
1750 Tan terribles cosas hallo
 que sucediéndome van,
 que pienso que desvarío.
 Vine ayer y, en un momento,
 tengo amor y casamiento
1755 y causa de desafío.
Sale don JUAN
JUAN: Como quien sois lo habéis hecho,
 don García.
GARCÍA: )Quién podía,
 sabiendo la sangre mía,
pensar menos de mi pecho?
1760 Mas vamos, don Juan, al caso
 porque llamado me habéis.
 Decid, )qué causa tenéis
 Cque por saberla me abrasoC
 de hacer este desafío?
1765 JUAN: Esa dama a quien hicisteis,
 conforme vos me dijisteis,
 anoche fiesta en el río,
 es causa de mi tormento,
 y es con quien dos años ha
1770 que, aunque se dilata, está
 tratado mi casamiento.
 Vos ha un mes que estáis aquí,
 y de eso, como de estar
 encubierto en el lugar
1775 todo ese tiempo de mí,
 colijo que, habiendo sido
 tan público mi cuidado,
 vos no lo habéis ignorado,
 y así, me habéis ofendido.
1780 Con esto que he dicho, digo
 cuanto tengo que decir,
 y es que, o no habéis de seguir
 el bien que ha tanto que sigo,
 o, si acaso os pareciere
1785 mi petición mal fundada,
 se remita aquí a la espada,
 y la sirve el que venciere.
GARCÍA: Pésame que, sin estar
 del caso bien informado,
1790 os hayáis determinado
 a sacarme a este lugar.
 La dama, don Juan de Sosa,
 de mi fiesta, vive Dios
 que ni la habéis visto vos,
1795 ni puede ser vuestra esposa;
 que es casada esta mujer,
 y ha tan poco que llegó
 a Madrid, que sólo yo
 sé que la he podido ver.
1800 Y, cuando ésa hubiera sido,
 de no verla más os doy
 palabra, como quien soy,
 o quedar por fementido.
JUAN: Con eso se aseguró
1805 la sospecha de mi pecho
 y he quedado satisfecho.
GARCÍA: Falta que lo quede yo,
 que haberme desafïado
 no se ha de quedar así;
1810 libre fue el sacarme aquí,
 mas, habiéndome sacado,
 me obligasteis, y es forzoso,
 puesto que tengo de hacer
 como quien soy, no volver
1815 sino muerto o victorioso.
JUAN: Pensado, aunque a mis desvelos
 hayáis satisfecho así,
 que aún deja cólera en mí
 le memoria de mis celos.
Sacan las espadas y acuchíllanse. Sale don FÉLIX
1820 FÉLIX: Deténganse, caballeros,
 que estoy aquí yo.
GARCÍA: (Que venga
 agora quien me detenga!
FÉLIX: Vestid los fuertes aceros,
 que fue falsa la ocasión
1825 de esta pendencia.
JUAN: Ya había
 dícholo así don Garcia;
 pero, por la obligación
 en que pone el desafío,
 desnudó el valiente acero.
1830 FÉLIX: Hizo como caballero
 de tanto valor y brío.
 Y, pues, bien quedado habéis
 con esto, merezca yo
 que, a quien de celoso erró,
1835 perdón y las manos deis.
Dense las manos
GARCÍA: Ello es justo y lo mandáis.
 Mas mirad de aquí adelante,
 en caso tan importante,
 don Juan, cómo os arrojáis.
1840 Todo lo habéis de intentar
 primero que el desafío,
 que empezar es desvarío
 por donde se ha de acabar.
Vase don GARCÍA
FÉLIX: Extraña ventura ha sido
1845 haber yo a tiempo llegado.
JUAN: )Que en efecto me he engañado?
FÉLIX: Sí.
JUAN: )De quién lo habéis sabido?
FÉLIX Súpelo de un escudero
 de Lucrecia.
JUAN: Decid, pues,
1850 )cómo fue?
FÉLIX: La verdad es
 que fue el coche y el cochero
 de doña Jacinta anoche
 al Sotillo, y que tuvieron
 gran fiesta las que en él fueron;
1855 pero fue prestado el coche.
 Y el caso fue que, a las horas
 que fue a ver Jacinta bella
 a Lucrecia, ya con ella
 estaban las matadoras,
1860 las dos primas de la quinta.
JUAN: )Las que en el Carmen vivieron?
FÉLIX: Sí, Pues ellas le pidieron
 el coche a doña Jacinta,
 y en él, con la oscura noche,
1865 fueron al río las dos.
 Pues vuestro paje, a quien vos
 dejasteis siguiendo el coche,
 como en él dos damas vio
 entrar cuando anochecía,
1870 y noticia no tenía
 de otra visita, creyó
 ser Jacinta la que entraba
 y Lucrecia.
JUAN: Justamente.
FÉLIX: Siguió el coche diligente
1875 y, cuando en el soto estaba,
 entre la música y cena
 lo dejó y volvió v buscaros
 a Madrid, y fue el no hallaros
 ocasión de tanta pena;
1880 porque, yendo vos allá,
 se deshiciera el engaño.
JUAN: En eso estuvo mi daño.
 Mas tanto gusto me da
 el saber que me engañé,
1885 que doy por bien empleado
 el disgusto que he pasado.
FÉLIX: Otra cosa averigüé
 que es bien graciosa.
JUAN: Decid.
FÉLIX: Es que el dicho don García
1890 llegó ayer en aquel día
 de Salamanca a Madrid,
 y en llegando se acostó,
 y durmió la noche toda,
 y fue embeleco la boda
1895 y festín que nos contó.
JUAN: )Qué decís?
FÉLIX: Esto es verdad.
JUAN: )Embustero es don García?
FÉLIX: Eso un ciego lo vería;
 porque tanta variedad
1900 de tiendas, aparadores,
 vajillas de plata y oro,
 tanto plato, tanto coro
 de instrumentos y cantores,
 )no eran mentira patente?
1905 JUAN: Lo que me tiene dudoso
 es que sea mentiroso
 un hombre que es tan valiente;
 que de su espada el furor
 diera a Alcides pesadumbre.
1910 FÉLIX: Tendrá el mentir por costumbre
 y por herencia el valor.
JUAN: Vamos, que a Jacinta quiero
 pedirle, Félix, perdón,
 y decirle la ocasión
1915 con que esforzó este embustero
 mi sospecha.
FÉLIX: Desde aquí
 nada le creo, don Juan.
JUAN: Y sus verdades serán
 ya consejos para mí.
Vanse los dos. Salen TRISTÁN, don GARCÍA y CAMINO, de noche
1920 GARCÍA: Mi padre me dé perdón,
 que forzado le engaña.
TRISTÁN: (Ingeniosa excusa fue!
 Pero, dime: )qué invención
 agora piensas hacer
1925 con que no sepa que ha sido
 el casamiento fingido?
GARCÍA: Las cartas le he de coger
 que a Salamanca escribiere,
 y, las respuestas fingiendo
1930 yo mismo, iré entreteniendo
 la ficción cuanto pudiere.
Salen JACINTA, LUCRECIA e ISABEL a la ventana
JACINTA: Con esta nueva volvió
 don Beltrán bien descontento,
 cuando ya del casamiento
1935 estaba contenta yo.
LUCRECIA: )Que el hijo de don Beltrán
 es el indiano fingido?
JACINTA: Sí, amiga.
LUCRECIA: )A quién has oído
 lo del banquete?
JACINTA: A don Juan.
1940 LUCRECIA: Pues )cuándo estuvo contigo?
JACINTA: Al anochecer me vio,
 y en contármelo gastó
 lo que pudo estar conmigo.
LUCRECIA: Grandes sus enredos son.
1945 (Buen castigo te merece!
JACINTA: Estos tres hombres parece
 que se acercan al balcón.
LUCRECIA: Vendrá al puesto don García,
 que ya es hora.
JACINTA: Tú, Isabel,
1950 mientras hablamos con él,
 a nuestros viejos espía.
LUCRECIA: Mi padre está refiriendo
 bien de espacio un cuento largo
 a tu tío.
ISABEL: Yo me encargo
1955 de avisaros en viniendo.
Vase ISABEL
CAMINO: Éste es el balcón adonde
 os espera tanta gloria.
Vase CAMINO
LUCRECIA: Tú eres dueño de la historia;
 tú en mi nombre le responde.
1960 GARCÍA: )Es Lucrecia?
JACINTA: )Es don García?
GARCÍA: Es quien hoy la joya halló
 más preciosa que labró
 el cielo en la Platería.
 Es quien, en llegando a vella,
1965 tanto estimó su valor,
 que dio, abrasado de amor,
 la vida y alma por ella.
 Soy, al fin, el que se precia
 de ser vuestro, y soy quien hoy
1970 comienzo a ser, porque soy
 el esclavo de Lucrecia.
Habla aparte JACINTA a LUCRECIA
JACINTA: Amiga, este caballero
 para todas tiene amor.
LUCRECIA: El hombre es embarrador.
1975 JACINTA: Él es un gran embustero.
GARCÍA: Ya espero, señora mía,
 lo que me queréis mandar.
JACINTA: Ya no puede haber lugar
 lo que trataros quería...
Habla TRISTÁN al oído de don GARCÍA
1980 TRISTÁN: )Es ella?
GARCÍA: Sí.
JACINTA: ...que trataros
 un casamiento intenté
 bien importante, y ya sé
 que es imposible casaros.
GARCÍA: )Por qué?
JACINTA: Porque sois casado.
1985 GARCÍA: )Que yo soy casado?
JACINTA: Vos.
GARCÍA: Soltero soy, (vive Dios!
 Quien lo ha dicho os ha engañado.
Aparte JACINTA y LUCRECIA
JACINTA: )Viste mayor embustero?
LUCRECIA: No sabe sino mentir.
1990 JACINTA: )Tal me queréis persuadir?
GARCÍA: (Vive Dios, que soy soltero!
JACINTA: (Y lo jura!
LUCRECIA: Siempre ha sido
 costumbre del mentiroso,
 de su crédito dudoso
1995 jurar para ser creído.
GARCÍA: Si era vuestra blanca mano
 con la que el cielo quería
 colmar la ventura mía,
 no pierda el bien soberano,
2000 pudiendo esa falsedad
 probarse tan fácilmente.
JACINTA: ((Con qué confïanza miente! Aparte
 )No parece que es verdad?
GARCÍA: La mano os daré, señora,
2005 y con eso me creeréis.
JACINTA: Vos sois tal, que la daréis
 a trescientas en una hora.
GARCÍA: Mal acreditado estoy
 en vos.
JACINTA: Es justo castigo;
2010 porque mal puede conmigo
 tener crédito quien hoy
 dijo que era perulero
 siendo en la corte nacido;
 y, siendo de ayer venido,
2015 afirmó que ha un año entero
 que está en la corte; y habiendo
 esta tarde confesado
 que en Salamanca es casado,
 se está agora desdiciendo;
2020 y quien, pasando en su cama
 toda la noche, contó
 que en el río la pasó
 haciendo fiesta a una dama.
TRISTÁN: ((Todo se sabe!) Aparte
GARCÍA: Mi gloria,
2025 escuchadme, y os diré
 verdad pura, que ya sé
 en qué se yerra la historia.
 Por las demás cosas paso,
 que son de poco momento,
2030 por tratar del casamiento,
 que es lo importante del caso.
 Si vos hubiéredes sido
 causa de haber yo afirmado,
 Lucrecia, que soy casado,
2035 )será culpa haber mentido?
JACINTA: )Yo la causa?
GARCÍA: Sí, señora.
JACINTA: )Cómo?
GARCÍA: Decírosla quiero.
Habla aparte JACINTA a LUCRECIA
JACINTA: Oye, que hará el embustero
 lindos enredos agora.
2040 GARCÍA: Mi padre llegó a tratarme
 de darme otra mujer hoy;
 pero yo, que vuestro soy,
 quise con eso excusarme.
 Que, mientras hacer espero
2045 con vuestra mano mis bodas,
 soy casado para todas,
 sólo para vos soltero.
 Y, como vuestro papel
 llegó esforzando mi intento,
2050 al tratarme el casamiento
 puse impedimento en él.
 Éste es el caso; mirad
 si esta mentira os admira,
 cuando ha dicho esta mentira
2055 de mi afición la verdad.
LUCRECIA: (Mas )si lo fuese?) Aparte
JACINTA: ((Qué buena Aparte
 la trazó, y qué de repente!)
 Pues )cómo tan brevemente
 os puedo dar tanta pena?
2060 (Casi aun no visto me habéis
 y ya os mostráis tan perdido!
 )Aún no me habéis conocido
 y por mujer me queréis?
GARCÍA: Hoy vi vuestra gran beldad
2065 la vez primera, señora;
 que el amor me obliga agora
 a deciros la verdad.
 Mas si la causa es divina,
 milagro el efeto es,
2070 que el dios niño, no con pies,
 sino con alas camina.
 Decir que habéis menester
 tiempo vos para matar,
 fuera, Lucrecia, negar
2075 vuestro divino poder.
 Decís que sin conoceros
 estoy perdido. (Pluguiera
 a Dios que no os conociera,
 por hacer más en quereros!
2080 Bien os conozco; las partes
 sé bien que os dio la Fortuna,
 que sin eclipse sois luna,
 que sois mudanza sin martes,
 que es difunta vuestra madre,
2085 que sois sola en vuestra casa,
 que de mil doblones pasa
 la renta de vuestro padre.
 Ved, si estoy mal informado.
 (Ojalá, mi bien, que así
2090 los estuviérades de mí!
LUCRECIA: (Casi me pone en cuidado). Aparte
JACINTA: )Pues Jacinta, )no es hermosa?
 )No es discreta, rica y tal
 que puede el más principal
2095 desearla por esposa?
GARCÍA: Es discreta, rica y bella;
 mas a mí no me conviene.
JACINTA: Pues, decid, )qué falta tiene?
GARCÍA: La mayor, que es no querella.
2100 JACINTA: Pues yo con ella os quería
 casar, que esa sola fue
 la intención con que os llamé.
GARCÍA: Pues sería vana porfía;
 que por haber intentado
2105 mi padre, don Beltrán, hoy
 lo mismo, he dicho que estoy
 en otra parte casado.
 Y si vos, señora mía,
 intentáis hablarme en ello,
2110 perdonad, que por no hacello
 seré casado en Turquía.
 Esto es verdad, (vive Dios!,
 porque mi amor es de modo
 que aborrezco aquello todo,
2115 mi Lucrecia, que no es vos.
LUCRECIA: ((Ojalá!) Aparte
JACINTA: Que me tratáis
 con falsedad tan notoria!
 Decid, )no tenéis memoria,
 o vergüenza no tenéis?
2120 )Cómo, si hoy dijisteis vos
 a Jacinta que la amáis,
 agora me lo negáis?
GARCÍA: )Yo a Jacinta? (Vive Dios!,
 que sola con vos he hablado
2125 desde que entré en el lugar.
JACINTA: Hasta aquí pudo llegar
 el mentir desvergonzado.
 Si en lo mismo que yo vi
 os atrevéis a mentirme,
2130 )qué verdad podréis decirme?
 Idos con Dios, y de mí
 podéis desde aquí pensar
 Csi otra vez os diere oídoC
 que por divertirme ha sido;
2135 como quien, para quitar
 el enfadoso fastidio
 de los negocios pesados,
 gasta los ratos sobrados
 en las fábulas de Ovidio.
Vase JACINTA
2140 GARCÍA: Escuchad, Lucrecia hermosa.
LUCRECIA: (Confusa quedo). Aparte
Vase LUCRECIA
GARCÍA: (Estoy loco!
 )Verdades valen tan poco?
TRISTÁN: En la boca mentirosa.
GARCÍA: (Que haya dado en no creer
2145 cuanto digo!
TRISTÁN: )Qué te admiras,
 si en cuatro o cinco mentiras
 te ha acabado de coger?
 De aquí, si lo consideras,
 conocerás claramente
2150 que, quien en las burlas miente,
 pierde el crédito en las veras.
ACTO TERCERO
Salen CAMINO con un papel y LUCRECIA
CAMINO: Éste me dio para ti
 Tristán, de quien don García
 con justa causa confía,
2155 lo mismo que tú de mí;
 que, aunque su dicha es tan corta
 que sirve, es muy bien nacido,
 y de suerte ha encarecido
 lo que tu respuesta importa,
2160 que jura que don García
 está loco.
LUCRECIA: (Cosa extraña!
 )Es posible que me engaña
 quien de esta suerte porfía?
 El más firme enamorado
2165 se cansa si no es querido,
 )y éste puede ser fingido,
 tan constante y desdeñado?
CAMINO: Yo, al menos, si en las señales
 se conoce el corazón,
2170 ciertos juraré que son,
 por las que he visto, sus males.
 Que quien tu calle pasea
 tan constante noche y día,
 quien tu espesa celosía
2175 tan atento brujulea,
 quien ve que de tu balcón
 cuando él viene, te retiras,
 y ni te ve ni le miras,
 y está firme en tu afición,
2180 quien llora, quien desespera,
 quien, porque contigo estoy,
 me da dineros Cque es hoy
 la señal más verdaderaC
 yo me afirmo en que decir
2185 que miente es gran desatino.
LUCRECIA: Bien se echa de ver, Camino,
 que no le has visto mentir.
 (Pluguiera a Dios fuera cierto
 su amor! Que, a decir verdad,
2190 no tarde en mi voluntad
 hallaran sus ansias puerto.
 Que sus encarecimientos,
 aunque no los he creído,
 por lo menos han podido
2195 despertar mis pensamientos.
 Que, dado que es necedad
 dar crédito al mentiroso,
 como el mentir no es forzoso
 y puede decir verdad,
2200 oblígame la esperanza
 y el propio amor a creer
 que conmigo puede hacer
 en sus costumbres mudanza.
 Y así Cpor guardar mi honor,
2205 si me engaña lisonjero,
 y, si es su amor verdadero,
 porque es digno de mi amorC
 quiero andar tan advertida
 a los bienes y a los daños
2210 que ni admita sus engaños
 ni sus verdades despida.
CAMINO: De ese parecer estoy.
LUCRECIA: )Pues dirásle que, crüel,
 rompí, sin verlo, el papel;
2215 que esta respuesta le doy.
 Y luego, tú, de tu aljaba,
 le di que no desespere,
 y que, si verme quisiere,
 vaya esta tarde a la Octava
2220 de la Magdalena.
CAMINO: Voy.
LUCRECIA: Mi esperanza fundo en ti.
CAMINO: No se perderá por mí,
 pues ves que Camino soy.
Vanse los dos. Salen don BELTRÁN, don GARCÍA, y TRISTÁN. Don BELTRÁN saca una
carta abierta. Dala a don GARCÍA
BELTRÁN: )Habéis escrito, García?
2225 GARCÍA: Esta noche escribiré.
BELTRÁN: Pues abierta os la daré;
 porque, leyendo la mía,
 conforme a mi parecer
 a vuestro suegro escribáis;
2230 que determino que vais
 vos en persona a traer
 vuestra esposa, que es razón;
 porque pudiendo traella
 vos mismo, envïar por ella
2235 fuera poca estimación.
GARCÍA: Es verdad; mas sin efeto
 será agora mi jornada.
BELTRÁN: )Por qué?
GARCÍA: Porque está preñada;
 y hasta que un dichoso nieto
2240 te dé, no es bien arriesgar
 su persona en el camino.
BELTRÁN: (Jesús! Fuera desatino
 estando así caminar.
 Mas dime; )cómo hasta aquí
2245 no me lo has dicho, García?
GARCÍA: Porque yo no lo sabía;
 y en la que ayer recibí
 de doña Sancha, me dice
 que es cierto el preñado ya.
2250 BELTRÁN: Si un nieto varón me da
 hará mi vejez felice.
 Muestra; que añadir es bien
Tómale la carta que le había dado
 cuánto con esto me alegro.
 Mas di, )cuál es de tu suegro
2255 el propio nombre?
GARCÍA: )De quién?
BELTRÁN: De tu suegro.
GARCÍA: (Aquí me pierdo). Aparte
 Don Diego.
BELTRÁN: O yo me he engañado,
 o otras veces le has nombrado
 don Pedro.
GARCÍA: También me acuerdo
2260 de eso mismo; pero son
 suyos ambos nombres.
BELTRÁN: )Diego y Pedro?
GARCÍA: No te asombres;
 que, por una condición,
 *don Diego+ se ha de llamar
2265 de su casa el sucesor.
 Llamábase mi señor
 *don Pedro+ antes de heredar;
 y como se puso luego
 *don Diego+ porque heredó,
2270 después acá se llamó
 ya *don Pedro+, ya *don Diego+.
BELTRÁN: No es nueva esa condición
 en muchas casas de España.
 A escribirle voy.
Vase don BELTRÁN
TRISTÁN: Extraña
2275 fue esta vez tu confusión.
GARCÍA: )Has entrado en la historia?
TRISTÁN: Y hubo bien en qué entender.
 El que mienta ha menester
 gran ingenio y gran memoria.
2280 GARCÍA: Perdido me vi.
TRISTÁN: Y en eso
 pararás al fin, señor.
GARCÍA: entre tanto, de mi amor
 veré el bueno o mal suceso.
 )Qué hay de Lucrecia?
TRISTÁN: Imagino,
2285 aunque de dura se precia,
 que has de vencer a Lucrecia
 sin la fuerza de Tarquino.
GARCÍA: )Recibió el billete?
TRISTÁN: Sí;
 aunque a Camino mandó
2290 que diga que lo rompió,
 que él lo ha fïado de mí.
 Y, pues lo admitió, no mal
 se negocia tu deseo;
 si aquel epigrama creo
2295 que a Nevia escribió Marcial:
 *Escribí; no respondió
 Nevia. Luego dura está;
 mas ella se ablandará,
 pues lo que escribí leyó+.
2300 GARCÍA: Que dice verdad sospecho.
TRISTÁN: Camino está de tu parte,
 y promete revelarte
 los secretos de su pecho;
 y que ha de cumplirlo espero
2305 si andas tú cumplido en dar,
 que para hacer confesar
 no hay cordel como el dinero.
 Y aun fuera bueno, señor,
 que conquistaras tu ingrata
2310 con dádivas, pues que mata
 con flechas de oro el Amor.
GARCÍA: Nunca te he visto grosero,
 sino aquí, en tus pareceres.
 )Es ésta de las mujeres
2315 que se rinden por dinero?
TRISTÁN: Virgilio dice que Dido
 fue del troyano abrasada,
 de sus dones obligada
 tanto como de Cupido.
2320 (Y era reina! No te espantes
 de mis pareceres rudos,
 que escudos vencen escudos,
 diamantes labran diamantes.
GARCÍA: )No viste que la ofendió
2325 mi oferta en la Platería?
TRISTÁN: Tu oferta la ofendería,
 señor, que tus joyas no.
 Por el uso te gobierna;
 que a nadie en este lugar
2330 por desvergonzado en dar
 le quebraron brazo o pierna.
GARCÍA: Dame tú que ella lo quiera,
 que darle un mundo imagino.
TRISTÁN: Camino dará camino,
2335 que es el polo de esta esfera.
 Y porque sepas que está
 en buen estado tu amor,
 ella le mandó, señor,
 que te dijese que hoy va
2340 Lucrecia a la Magdalena
 a la fiesta de la Octava,
 como que él te lo avisaba.
GARCÍA: (Dulce alivio de mi pena!
 )Con ese espacio me das
2345 nuevas que me vuelven loco?
TRISTÁN: Dóytelas tan poco a poco
 porque dure el gusto más.
Vanse los dos. Salen JACINTA y LUCRECIA, con mantos
JACINTA: )Qué? )Prosigue don García?
LUCRECIA: De modo que, son saber
2350 su engañoso proceder,
 como tan firme porfía,
 casi me tiene dudosa.
JACINTA: Quizá no eres engañada,
 que la verdad no es vedada
2355 a la boca mentirosa.
 Quizá es verdad que te quiere,
 y más donde tu beldad
 asegura esa verdad
 en cualquiera que te viere.
2360 LUCRECIA: Siempre tú me favoreces;
 mas yo lo creyera así
 a no haberte visto a ti
 que al mismo sol oscureces.
JACINTA: Bien sabes tú lo que vales,
2365 y que en esta competencia
 nunca ha salido sentencia
 por tener votos iguales.
 Y no es sola la hermosura
 quien causa amoroso ardor,
2370 que también tiene el amor
 su pedazo de ventura.
 Yo me holgaré que por ti,
 amiga, me haya trocado,
 y que tú hayas alcanzado
2375 lo que yo no merecí;
 porque ni tú tienes culpa
 ni él me tiene obligación.
 Pero ve con prevención,
 que no te queda disculpa
2380 si te arrojas en amar
 y al fin quedas engañada
 de quien estás ya avisada
 que sólo sabe engañar.
LUCRECIA: Gracias, Jacinta, te doy;
2385 mas tu sospecha corrige,
 que estoy por creerle dije,
 no que por quererle estoy.
JACINTA: Obligaráte el creer
 y querrás, siendo obligada,
2390 y, así, es corta la jornada
 que hay de creer a querer.
LUCRECIA: Pues )qué dirás si supieres
 que un papel he recibido?
JACINTA: Diré que ya le has creído,
2395 y aun diré que ya le quieres.
LUCRECIA: Erraráste; y considera
 que tal vez la voluntad
 hace por curiosidad
 lo que por amor no hiciera.
2400 )Tú no le hablaste gustosa
 en la Platería?
JACINTA: Sí.
LUCRECIA: )Y fuiste, en oírle allí,
 enamorada o curiosa?
JACINTA: Curiosa.
LUCRECIA: Pues yo con él
2405 curiosa también he sido,
 como tú en haberle oído,
 en recibir su papel.
JACINTA: Notorio verás tu error
 si adviertes que es el oír
2410 cortesía, y admitir
 su papel claro favor.
LUCRECIA: Eso fuera a saber él
 que su papel recibí;
 mas él piensa que rompí,
2415 sin leerlo, su papel.
JACINTA: Pues, con eso, es cierta cosa
 que curiosidad ha sido.
LUCRECIA: En mi vida me ha valido
 tanto gusto el ser curiosa.
2420 Y porque su falsedad
 conozcas, escucha y mira
 si es mentira la mentira
 que más parece verdad.
Saca un papel y ábrele, y lee en secreto. Salen CAMINO, GARCÍA y TRISTÁN por otra parte
CAMINO: )Veis la que tiene en la mano
2425 un papel?
GARCÍA: Sí.
CAMINO: Pues aquélla
 es Lucrecia.
GARCÍA: ((Oh, causa bella Aparte
 de dolor tan inhumano!
 Ya me abraso de celoso).
 (Oh, Camino, cuánto os debo!
A CAMINO
2430 TRISTÁN: Mañana os vestís de nuevo.
CAMINO: Por vos he de ser dichoso.
Vase CAMINO
GARCÍA: Llegarme, Tristán, pretendo
 adonde, sin que me vea,
 se posible fuera, lea
2435 el papel que está leyendo.
TRISTÁN: No es difícil; que si vas
 a esta capilla arrimado,
 saliendo por aquel lado,
 de espaldas la cogerá.
2440 GARCÍA: Bien dices. Ven por aquí.
Vanse los dos
JACINTA: Lee bajo, que darás
 mal ejemplo.
LUCRECIA: No me oirás.
 Toma y lee para ti.
Le da el papel a JACINTA
JACINTA: Ése es mejor parecer.

Salen TRISTÁN y GARCÍA por otra puerta; cogen de espaldas a las
mujeres
2445 TRISTÁN: Bien a fin se consiguió.
GARCÍA: Tú, si ves mejor que yo,
 procura, Tristán leer.
Lee
JACINTA: *Ya que mal crédito cobras
 de mis palabras sentidas,
2450 dime si serán creídas,
 pues nunca mienten, las obras.
 Que si consiste el creerme,
 señora, en ser tu marido,
 y ha de dar el ser creído
2455 material al favorecerme,
 por éste, Lucrecia mía,
 que de mi mano te doy
 firmado, digo que soy
 ya tu esposo don García.+
Hablan aparte GARCÍA y TRISTÁN
2460 GARCÍA: (Vive Dios, que es mi papel!
TRISTÁN: Pues )qué? )No lo vio en su casa?
GARCÍA: Por ventura lo repasa,
 regalándose con él.
TRISTÁN: Comoquiera te está bien.
2465 GARCÍA: Comoquiera soy dichoso.
JACINTA: Él es breve y compendioso;
 o bien siente o miente bien.
GARCÍA: Volved los ojos, señora,
 cuyos rayos no resisto.
Tápanse LUCRECIA y JACINTA y hablan aparte
2470 JACINTA: Cúbrete, pues no te ha visto,
 y desengáñate agora.
LUCRECIA: Disimula y no me nombres.
GARCÍA: Corred los delgados velos
 a ese asombro de los cielos,
2475 a ese cielo de los hombres.

)Posible es que os llego a ver,
 homicida de mi vida?
 Mas, como sois mi homicida,
 en la iglesia hubo de ser.
2480 Si os obliga a retraer
 mi muerte, no hayáis temor,
 que de las leyes de amor
 es tan grande el desconcierto,
 que dejan preso al que es muerto
2485 y libre al que es matador.
 Ya espero que de mi pena
 estás, mi bien, condolida,
 si el estar arrepentida
 os trajo a la Magdalena.
2490 Ved cómo el amor ordena
 recompensa al mal que siento,
 pues si yo llevé el tormento
 de vuestra crueldad, señora,
 la gloria me llevo agora,
2495 de vuestro arrepentimiento.
 )No me habláis, dueño querido?
 )No os obliga el mal que paso?
 )Arrepentísos acaso
 de haberos arrepentido?
2500 Que advirtáis, señora, os pido,
 que otra vez me mataréis.
 Si porque en la iglesia os veis,
 probáis en mí los aceros,
 mirad que no ha de valeros
2505 si en ella el delito hacéis.
JACINTA: )Conocéisme?
GARCÍA: (Y bien, por Dios!
 Tanto, que desde aquel día
 que os hablé en la Platería,
 no me conozco por vos;
2510 de suerte que, de los dos,
 vivo más en vos que en mí;
 que tanto, desde que os vi,
 en vos transformado estoy,
 que ni conozco el que soy
2515 ni me acuerdo del que fui.
JACINTA: Bien se echa de ver que estáis
 del que fuisteis olvidado,
 pues sin ver que sois casado,
 nuevo amor solicitáis.
2520 GARCÍA: (Yo casado! )En eso dais?
JACINTA: )Pues no?
GARCÍA: (Qué vana porfía!
 Fue, por Dios, invención mía,
 por ser vuestro.
JACINTA: O por no sello;
 y si os vuelven a hablar de ello,
2525 seréis casado en Turquía.
GARCÍA: Y vuelvo a jurar, por Dios,
 que en este amoroso estado,
 para todas soy casado
 y soltero para vos.
Aparte a LUCRECIA
2530 JACINTA: )Ves tu desengaño?
LUCRECIA: ((Ah, cielos! Aparte
 )Apenas una centella
 siento de amor, y ya de ella
 nacen volcanes de celos?
GARCÍA: Aquella noche, señora,
2535 que en el balcón os hablé,
 )todo el caso no os conté?
JACINTA: )A mí en balcón?
LUCRECIA: ((Ah, traidora!) Aparte
JACINTA: Advertid que os engañáis.
 )Vos me hablasteis?
GARCÍA: (Bien, por Dios!
2540 LUCRECIA: ()Habláisle de noche vos, Aparte
 y a mi consejos me dais?)
GARCÍA: Y el papel que recibisteis,
 )negaréislo?
JACINTA: )Yo, papel?
LUCRECIA: ((Ved qué amiga tan fïel!) Aparte
2545 GARCÍA: Y sé que lo leísteis.
JACINTA: Pasar por donaire puede,
 cuando no daña, el mentir;
 mas no se puede sufrir
 cuando ese límite excede.
2550 GARCÍA: )No os hablé en vuestro balcón,
 Lucrecia, tres noches ha?
JACINTA: ()Yo Lucrecia? Bueno va; Aparte
 toro nuevo, otra invención.
 A Lucrecia ha conocido,
2555 y es muy cierto el adorarla,
 pues finge, por no enojarla,
 que por ella me ha tenido).
LUCRECIA: (Todo lo entiendo. (Ah Traidora! Aparte
 Sin duda que le avisó
2560 que la tapada fui yo,
 y quiere enmendarlo agora
 con fingir que fue el tenella,
 por mí, la causa de hablarla).
A don GARCÍA
TRISTÁN: Negar debe de importarla,
2565 por la que está junto de ella,
 ser Lucrecia.
GARCÍA: Así lo entiendo,
 que si por mí lo negara,
 encubriera ya la cara.
 Pero, no se conociendo,
2570 )se hablarán las dos?
TRISTÁN: Por puntos
 suele en las iglesias verse
 que parlan, sin conocerse,
 los que aciertan a estar juntos.
GARCÍA: Dices bien.
TRISTÁN: Fingiendo agora
2575 que se engañaron tus ojos,
 lo enmendarás.
GARCÍA: Los antojos
 de un ardiente amor, señora,
 me tienen tan deslumbrado,
 que por otra os he tenido.
2580 Perdonad, que yerro ha sido
 de esa cortina causado.
 Que, como a la fantasía
 fácil engaña el deseo,
 cualquiera dama que veo
2585 se me figura la mía.
JACINTA: (Entendíle la intención). Aparte
LUCRECIA: (Avisóle la taimada). Aparte
JACINTA: Según eso, la adorada
 es Lucrecia.
GARCÍA: El corazón,
2590 desde el punto que la vi,
 la hizo dueña de mi fe.
A LUCRECIA
JACINTA: (Bueno es esto!
LUCRECIA: ((Que ésta esté
 haciendo burla de mí!
 No me doy por entendida,
2595 por no hacer aquí un exceso).
JACINTA: Pues yo pienso que, a estar de eso
 cierta, os fuera agradecida
 Lucrecia.
GARCÍA: )Tratáis con ella?
JACINTA: Trato, y es amiga mía;
2600 tanto, que me atrevería
 a afirmar que en mí y en ella
 vive sólo un corazón.
GARCÍA: ((Si eres tú, bien claro está! Aparte
 (Qué bien a entender me da
2605 su recato y su intención!)
 Pues ya que mi dicha ordena
 tan buena ocasión, señora,
 pues sois ángel, sed agora
 mensajera de mi pena.
2610 Mi firmeza le decid,
 y perdonadme si os doy
 este oficio.
TRISTÁN: (Oficio es hoy Aparte
 de las mozas en Madrid).
GARCÍA: Persuadidle que a tan grande
2615 amor ingrata no sea.
JACINTA: Hacedle vos que lo crea,
 que yo la haré que se ablanda.
GARCÍA: )Por qué no creerá que muero,
 pues he visto su beldad?
2620 JACINTA: Porque si os digo verdad
 no os tiene por verdadero.
GARCÍA: (Ésta es verdad, vive Dios!
JACINTA: Hacedle vos que lo crea.
 )Qué importa que verdad sea,
2625 si el que la dice sois vos?
 Que la boca mentirosa
 incurre en tan torpe mengua,
 que, solamente en su lengua
 es la verdad sospechosa.
2630 GARCÍA: Señora...
JACINTA: Basta; mirad
 que dais nota.
GARCÍA: Yo obedezco.
A LUCRECIA
JACINTA: )Vas contenta?
LUCRECIA: Yo agradezco,
 Jacinta, tu voluntad.
Vanse las dos
GARCÍA: )No ha estado aguda Lucrecia?
2635 (Con qué astucia dio a entender
 que le importaba no ser
 Lucrecia!
TRISTÁN: A fe que no es necia.
GARCÍA: Sin duda que no quería
 que la conociese aquella
2640 que estaba hablando con ella.
TRISTÁN: Claro está que no podía
 obligarla otra ocasión
 a negar cosa tan clara,
 porque a ti no te negara
2645 que te habló por su balcón,
 pues ella misma tocó
 los puntos de que tratasteis
 cuando por él os hablasteis.
GARCÍA: En eso bien mi mostró
2650 que de mí no se encubría.
TRISTÁN: Y por eso dijo aquello:
 *Y si os vuelven a hablar de ello,
 seréis casado en Turquía.+
 Y esta conjetura abona
2655 más claramente el negar
 que era Lucrecia y tratar
 luego en tercera persona
 de sus propios pensamientos,
 diciéndote que sabía
2660 que Lucrecia pagaría
 tus amorosos intentos,
 con que tú hicieses, señor,
 que los llegase a creer.
GARCÍA: (Ay, Tristán! )Qué puedo hacer
2665 para acreditar mi amor?
TRISTÁN: )Tú quieres casarte?
GARCÍA: Sí.
TRISTÁN: Pues pídela.
GARCÍA: )Y si resiste?
TRISTÁN: Parece que no le oíste
 lo que dijo agora aquí:
2670 *Hacedla vos que lo crea,
 que yo la haré que se ablande.+
 )Qué indicio quieres más grande
de que ser tuya desea?
 Quien tus papeles recibe,
2675 quien te habla en sus ventanas,
 muestras ha dado bien llanas
 de la afición con que vive.
 El pensar que eres casado
 la refrena solamente,
2680 y queda ese inconveniente
 con casarte remediado;
 pues es el mismo casarte,
 siendo tan gran caballero,
 información de soltero.
2685 Y, cuando quiera obligarte
 a que des información,
 por el temor con que va
 de tus engaños, no está
 Salamanca en el Japón.
2690 GARCÍA: Sí está para quien desea,
 que son ya siglos en mí
 los instantes.
TRISTÁN: Pues aquí,
 )No habrá quien testigo sea?
GARCÍA: Puede ser.
TRISTÁN: Es fácil cosa.
2695 GARCÍA: Al punto lo buscaré.
TRISTÁN: Uno, yo te lo daré.
GARCÍA: )Y quién es?
TRISTÁN: Don Juan de Sosa.
GARCÍA: )Quién? (Don Juan de Sosa!
TRISTÁN: Sí.
GARCÍA: Bien lo sabe.
TRISTÁN: Desde el día
2700 que te habló en la Platería
 no le he visto, ni él a ti.
 Y, aunque siempre he deseado
 saber qué pesar te dio
 el papel que te escribió,
2705 nunca te lo he preguntado,
 viendo que entonces, severo
 negaste y descolorido;
 mas agora, que he venido
 tan a propósito, quiero
2710 pensar que puedo, señor,
 pues secretario me has hecho
 del archivo de tu pecho,
 y se pasó aquel furor.
GARCÍA: Yo te lo quiero contar,
2715 que, pues sé por experiencia
 tu secreto y tu prudencia,
 bien te lo puedo fïar.
 A las siete de la tarde
 me escribió que me aguardaba
2720 en San Blas don Juan de Sosa
 para un caso de importancia.
 Callé, por ser desafío,
 que quiere, el que no lo calla,
 que le estorben o le ayuden,
2725 cobardes acciones ambas.
 Llegué al aplazado sitio,
 donde don Juan me aguardaba
 con su espada y con sus celos,
 que son armas de ventaja.
2730 Su sentimiento propuso,
 satisfice a su demanda,
 y, por quedar bien, al fin,
 desnudamos las espadas.
 Elegí mi medio al punto,
2735 y, haciéndole una ganancia
 por los grados del perfil,
 le di una fuerte estocada.
 Sagrada fue de su vida
 un Agnus Dei que llevaba,
2740 que, topando en él la punta,
 hizo dos partes mi espada.
 Él sacó pies del gran golpe;
 pero, con ardiente rabia,
 vino, tirando una punta;
2745 mas yo, por la parte flaca,
 cogí su espada, formando
 un atajo. Él presto saca

Ccomo la respiración
 tan corta línea le tapa,
2750 por faltarle los dos tercios
 a mi poco fiel espada
C
 la suya, corriendo filos,
 y, como cerca me halla

Cporque yo busqué el estrecho
2755 por la alta de mis armas
C
 a la cabeza, furioso,
 me tiró una cuchillada.
 Recibíla en el principio
 de su formación, y baja,
2760 matándole el movimiento
 sobre la suya mi espada.

(Aquí fue Troya! Saqué
 un revés con tal pujanza,
 que la falta de mi acero
2765 hizo allí muy poca falta;
 que, abriéndole en la cabeza
 un palmo de cuchillada,
 vino sin sentido al suelo,
 y aun sospecho que sin alma.
2770 Dejéle así y con secreto
 me vine. Esto es lo que pasa,
 y de no verle estos días,
 Tristán, es ésta la causa.
TRISTÁN: (Qué suceso tan extraño!
2775 )Y si murió?
GARCÍA: Cosa es clara,
 porque hasta los mismos sesos
 esparció por la campaña.
TRISTÁN: (Pobre don Juan...! Mas, )no es éste
 que viene aquí?
Salen don JUAN y don BELTRÁN por otra parte
GARCÍA: (Cosa extraña!
2780 TRISTÁN: )También a mí me la pegas?
 )Al secretario del alma?
 ((Por Dios, que se le creí, Aparte
 con conocerle las mañas!
 Mas )a quién no engañarán
2785 mentiras tan bien trobadas?)
GARCÍA: Sin duda que le han curado
 por ensalmo.
TRISTÁN: Cuchillada
 que rompió lo mismos sesos,
 )en tan breve tiempo sana?
2790 GARCÍA: )Es mucho? Ensalmo sé yo
 con que un hombre, en Salamanca,
 a quien cortaron a cercen
 un brazo con media espalda,
 volviéndosela a pegar,
2795 en menos de una semana
 quedó tan sano y tan bueno
 como primero.
TRISTÁN: (Ya escampa!
GARCÍA: Esto no me lo contaron;
 yo lo vi mismo.
TRISTÁN: Eso basta.
2800 GARCÍA: (De la verdad, por la vida,
 no quitaré una palabra!
TRISTÁN: ((Que ninguno se conozca!) Aparte
 Señor, mis servicios paga
 con enseñarme ese salmo.
2805 GARCÍA: Está en dicciones hebraicas,
 y, si no sabes la lengua,
 no has de saber pronunciarlas.
TRISTÁN: Y tú, )sábesla?
GARCÍA: (Qué bueno!
 Mejor que la castellana.
2810 Hablo diez lenguas.
TRISTÁN: (Y todas Aparte
 para mentir no te bastan.
 *Cuerpo de verdades lleno+
 con razón el tuyo llaman,
 pues ninguna sale de él
2815 ni hay mentira que no salga).
Hablan aparte don BELTRÁN y don JUAN
BELTRÁN: )Qué decís?
JUAN: Esto es verdad.
 Ni caballero ni dama
 tiene, si mal no me acuerdo,
 de esos nombres Salamanca.
2820 BELTRÁN: (Sin duda que fue invención Aparte
 de García, cosa es clara.
 Disimular me conviene).
 Gocéis por edades largas,
 con una rica encomienda,
2825 de la cruz de Calatrava.
JUAN: Creed que siempre he de ser
 más vuestro cuando más valga.
 Y perdonadme, que ahora,
 por andar dando las gracias
2830 a esos señores, no os voy
 sirviendo hasta vuestra casa.
Vase don JUAN
BELTRÁN: ((Válgame Dios! )Es posible Aparte
 que a mí no me perdonaran
 las costumbres de este mozo?
2835 )Que aun a mí en mis propias canas,
 me mintiese, al mismo tiempo
 que riñéndoselo estaba?
 )Y que le creyese yo,
 en cosa tan de importancia,
2840 tan presto, habiendo ya oído
 de sus engaños la fama?
 Mas )quién creyera que a mí
 me mintiera, cuando estaba
 reprehendiéndole eso mismo?
2845 Y )qué juez se recelara
 que el mismo ladrón le robe,
 de cuyo castigo trata?
TRISTÁN: )Determinaste a llegar?
GARCÍA: Sí, Tristán.
TRISTÁN: Pues Dios te valga.
2850 GARCÍA: Padre...
BELTRÁN: (No me llames padre,
 vil! Enemigo me llama,
 que no tiene sangre mía
 quien no me parece en nada.
 Quítate de ante mis ojos,
2855 que, por Dios, si no mirara...
TRISTÁN: (El mar está por el cielo;
 mejor ocasión aguarda!
BELTRÁN: (Cielos! )Qué castigo es éste?
 )Es posible que a quien ama
2860 la verdad como yo, un hijo
 de condición tan contraria
 le diésedes? )Es posible
 que quien tanto su honor guarda
 como yo, engendrase un hijo
2865 de inclinaciones tan bajas,
 y a Gabriel, que honor y vida
 daba a mi sangre y mis canas,
 llevásedes tan en flor?
 Cosas son que, a no mirarlas
2870 como cristiano...
GARCÍA: ()Qué es esto?) Aparte
TRISTÁN: Quítate de aquí! )Qué aguardas?
BELTRÁN: Déjanos solos, Tristán.
 Pero vuelve, no te vayas;
 por ventura, la vergüenza
2875 de que sepas tú su infamia
 podrá en él lo que no pudo
 el respeto de mis canas.
 Y, cuando ni esta vergüenza
 le obligue a enmendar sus faltas,
2880 servirále, por lo menos
 de castigo el publicarlas.
 Di, liviano, )qué fin llevas?
 Loco, di, )qué gusto sacas
 de mentir tan sin recato?
2885 Y, cuando con todos vayas
 tras tu inclinación, )conmigo
 siquiera no te enfrenaras?
 )Con qué intento el matrimonio
 fingiste de Salamanca,
2890 para quitarles también
 el crédito a mis palabras?
 )Con qué cara hablaré yo
 a los que dije que estabas
 con doña Sancha de Herrera
2895 desposado? )Con qué cara,
 cuando, sabiendo que fue
 fingida esta doña Sancha,
 por cómplices del embuste,
 infamen mis nobles canas?
2900 )Qué medio tomaré yo
 que saque bien esta mancha,
 pues, a mejor negociar,
 si de mí quiero quitarla,
 he de ponerla en mi hijo,
2905 y, diciendo que la causa
 fuiste tú, he de ser yo mismo
 pregonero de tu infamia?
 Si algún cuidado amoroso
 te obligó a que me engañaras,
2910 )qué enemigo te oprimía?
 )Qué puñal te amenazaba,
 sino un padre, padre al fin?
 Que este nombre solo basta
 para saber de qué modo
2915 le enternecieran tus ansias.
 (Un viejo que fue mancebo,
 y sabe bien la pujanza
 con que en pechos juveniles
 prenden amorosas llamas!
2920 GARCÍA: Pues si lo sabes, y entonces
 para excusarme bastara,
 para que mi error perdones
 agora, padre, me valga.
 Parecerme que sería
2925 respetar poco tus canas
 no obedecerte, pudiendo,
 me obligó a que te engañara.
 Error fue, no fue delito;
 no fue culpa, fue ignorancia;
2930 la causa, amor; tú, mi padre.
 (Pues tú dices que esto basta!
 Y ya que el daño supiste,
 escucha la hermosa causa,
 porque el mismo dañador
2935 el daño te satisfaga.
 Doña Lucrecia, la hija
 de don Juan de Luna, es alma
 de esta vida, es principal
 y heredera de su casa;
2940 y, para hacerme dichoso
 con su hermosa mano, falta
 sólo que tú lo consientas
 y declares que la fama
 de ser yo casado tuvo
2945 ese principio, y es falsa.
BELTRÁN: No, no. (Jesús! (Calla! )En otra
 habías de meterme? Basta.
 Ya, si dices que ésta es luz,
 he de pensar que me engañas.
2950 GARCÍA: No, señor; lo que a las obras
 se remite, es verdad clara,
 y Tristán, de quien te fías,
 es testigo de mis ansias.
 Dile, Tristán.
TRISTÁN: Sí, señor;
2955 lo que dice es lo que pasa.
BELTRÁN: )No te corres de esto? Di.
 )No te avergüenza que hayas
 menester que tu crïado
 acredite lo que hablas?
2960 Ahora bien; yo quiero hablar
 a don Juan, y el cielo haga
 que te dé a Lucrecia, que eres
 tal, que es ella la engañada.
 Mas primero he de informarme
2965 en esto de Salamanca,
 que ya temo que, en decirme
 que me engañaste, me engañas.
 Que, aunque la verdad sabía
 antes que hablarte llegara,
2970 la has hecho ya sospechosa
 tú, con sólo confesarla.
Vase don BELTRÁN
GARCÍA: (Bien se ha hecho!
TRISTÁN: (Y cómo bien!
 que yo pensé que hoy probabas
 en ti aquel psalmo hebreo
2975 que brazos cortados sana.
Vanse los dos. Salen don JUAN, viejo, y don SANCHO
JUAN: Parece que la noche ha refrescado.
SANCHO: Señor don Juan de Luna, para el río,
 éste es fresco, en mi edad, demasiado.
JUAN: Mejor será que en ese jardín mío
2980 se nos ponga la mesa, y que gocemos
 la cena con sazón, templado el frío.
SANCHO: Discreto parecer. Noche tendremos
 que dar a Manzanares más templada,
 que ofenden la salud estos extremos.
 Hacia adentro
2985 JUAN: Gozad de vuestra hermosa convidada
 por esta noche en el jardín, Lucrecia.
SANCHO: Veáisla, quiera Dios, bien empleada,
 que es un ángel.
JUAN: Demás de que no es necia,
 y ser, cual veis, don Sancho, tan hermosa,
2990 menos que la virtud la vida precia.
Sale un CRIADO
CRIADO: Preguntando por vos, don Juan de Sosa
 a la puerta llegó y pide licencia.
SANCHO: )A tal hora?
JUAN: Será ocasión forzosa.
SANCHO: Entre el señor don Juan.
Vase el CRIADO. Sale don JUAN, galán, con un papel
JUAN de S: A esa presencia,
2995 sin el papel que veis, nunca llegara;
 mas ya con él, faltaba la paciencia,
 que no quiso el amor que dilatara
 la nueva un punto, si alcanzar la gloria
 consiste en eso, de mi prenda cara.
3000 Ya el hábito salió; si en la memoria
 la palabra tenéis que me habéis dado,
 colmaréis, con cumplirla, mi victoria.
SANCHO: Mi fe, señor don Juan, habéis premiado
 con no haber esta nueva tan dichosa
3005 por un momento sólo dilatado.
 A darlo voy a mi Jacinta hermosa,
 y perdonad que, por estar desnuda,
 no la mando salir.
Vase don SANCHO
JUAN de L: Por cierta cosa
 tuve siempre el vencer, que el cielo ayuda
3010 la verdad más oculta, y premiada
 dilación pudo haber, pero no duda.
Salen don GARCÍA, don BELTRÁN, y TRISTÁN por otra puerta
BELTRÁN: Ésta no es ocasión acomodada
 de hablarle, que hay visita, y una cosa
 tan grave a solas ha de ser tratada.
3015 GARCÍA: Antes nos servirá don Juan de Sosa
 en lo de Salamanca por testigo.
BELTRÁN: (Que lo hayáis menester! (Qué infame cosa!
 En tanto que a don Juan de Luna digo
 nuestra intención, podréis entretenello.
3020 JUAN de L: (Amigo don Beltrán!
BELTRÁN: (Don Juan, amigo!
JUAN de L: )A tales horas tal exceso?
BELTRÁN: En ello
 conoceréis que estoy enamorado.
JUAN de L: Dichosa la que pudo merecello.
BELTRÁN: Perdón me habéis de dar; que haber hallado
3025 la puerta abierta, y la amistad que os tengo,
 para entrar sin licencia me la han dado.
JUAN de L: Cumplimientos dejad, cuando prevengo
 el pecho a la ocasión de esta venida.
BELTRÁN: Quiero deciros, pues, a lo que vengo.
Don GARCÍA habla aparte a don JUAN de Sosa
3030 GARCÍA: Pudo, señor don Juan, ser oprimida
 de algún pecho de envidia emponzoñado
 verdad tan clara, pero no vencida.
 Podéis, por Dios, creer que me ha alegrado
 vuestra victoria.
JUAN de S: De quien sois lo creo.
3035 GARCÍA: Del hábito gocéis encomendado,
 como vos merecéis y yo deseo.
JUAN de L: Es en eso Lucrecia tan dichosa,
 que pienso que es soñado el bien que veo.
 Con perdón del señor don Juan de Sosa,
3040 oíd una palabra, don Garcia.
 Que a Lucrecia queréis por vuestra esposa
 me ha dicho don Beltrán.
GARCÍA: El alma mía,
 mi dicha, honor y vida está en su mano.
JUAN de L: Yo, desde aquí, por ella os doy la mía;
Danse las manos
3045 que como yo sé en eso lo que gano,
 lo sabe ella también, según la he oído
 hablar de vos.
GARCÍA: Por bien tan soberano,
 los pies, señor don Juan de Luna, os pido.
Salen don SANCHO, JACINTA y LUCRECIA
LUCRECIA: Al fin, tras tanto contrastes,
3050 tu dulce esperanzas logras.
JACINTA: Con que tú logres la tuya
 seré del todos dichosa.
JUAN de L: Ella sale con Jacinta
 ajena de tanta gloria,
3055 más de calor descompuesta
 que aderezada de boda.
 Dejad que albricias le pida
 de una nueva tan dichosa.
Hablan aparte don GARCÍA y don BELTRÁN
BELTRÁN: Acá está don Sancho. (Mira
3060 en qué vengo a verme agora!
GARCÍA: Yerros causados de amor,
 quien es cuerdo los perdona.
A don JUAN, viejo
LUCRECIA: )No es casado en Salamanca?
JUAN de L: Fue invención suya engañosa,
3065 procurando que su padre
 no le casase con otra.
LUCRECIA: Siendo así, mi voluntad
 es la tuya, y soy dichosa.
SANCHO: Llegad, ilustres mancebos,
3070 a vuestras alegres novias;
 que dichosas se confiesan
 y os aguardan amorosas.
GARCÍA: Agora de mis verdades
 darán probanza las obras.
Acércanse don GARCÍA y don JUAN de Sosa a JACINTA
3075 JUAN de S: )Adónde vais, don García?
 Veis allí a Lucrecia hermosa.
GARCÍA: )Cómo Lucrecia?
BELTRÁN: )Qué es esto?
 A JACINTA
GARCÍA: Vos sois mi dueño, señora.
BELTRÁN: )Otra tenemos?
GARCÍA: Si el nombre
3080 erré, no erré la persona.
 Vos sois a quien yo he pedido,
 y vos la que el alma adora.
LUCRECIA: Y este papel engañoso,
Saca un papel
 que es de vuestra mano propia,
3085 )lo que decís no desdice?
BELTRÁN: (Que en tal afrenta me pongas!
JUAN de S: Dadme, Jacinta, la mano,
 y daréis fin a estas cosas.
SANCHO: Dale la mano a don Juan.
A don JUAN de Sosa
3090 JACINTA: Vuestra soy.
GARCÍA: Perdí mi gloria.
BELTRÁN: (Vive Dios, si no recibes
 a Lucrecia por esposa,
 que te he de quitar la vida!
JUAN de L: La mano os he dado agora
3095 por Lucrecia, y me la disteis;
 si vuestra inconstancia loca
 os ha mudado tan presto,
 yo lavaré mi deshonra
 con sangre de vuestras venas.
3100 TRISTÁN: Tú tienes la culpa toda;
 que si al principio dijeras
 la verdad, ésta es la hora
 que de Jacinta gozabas.
 Ya no hay remedio, perdona,
3105 y da la mano a Lucrecia,
 que también es buena moza.
GARCÍA: La mano doy, pues es fuerza.
TRISTÁN: Y aquí verás cuán dañosa
 es la mentira; y verá
3110 el senado que, en la boca
 del que mentir acostumbra,
 es la verdad sospechosa.
 FIN DE LA COMEDIA