Según venimos de tarde,
pues ya asoma la mañana,
cansada de que te aguarde
la doncella a la ventana,
o el esclavo a la escalera,
se habrán echado a dormir.
VICENTE:
Jugué y perdí.
Esta primera
nos tiene de consumir
bolsa y vida. Sales fuera
de casa al anochecer,
mudándote hasta las cintas,
y, como estás sin mujer,
ya a la polla, ya a las pintas,
damos los dos en perder,
yo, paciencia, y tú, dinero.
Volvémonos a cenar
cuando sale el jornalero,
segunda vez, a almorzar.
Llamando al alba el lucero,
aguárdate mi señora,
que, en fe de lo que te ama,
sin ti lo que es sueño ignora,
dando treguas a la cama
y nieve a la cantimplora.