CAURALI, capitán de Argel; YZUF, renegado; otros cuatro MOROS, que se señalan así: 1, 2, 3, 4.
YZUF
De en uno en uno y con silencio vengan,
que ésta es la trocha, y el lugar es éste,
y a la parte del monte más se atengan.
CAURALI
Mira, Yzuf, que no yerres, y te cueste
la vida el no acertar.
YZUF
Pierde cuidado; 5
haz que la gente el hierro y fuego apreste.
CAURALI
¿Por dó tienes, Yzuf, determinado
que demos el asalto?
YZUF
Por la sierra,
lugar que, por ser fuerte, no es guardado.
Nací y crecí, cual dije, en esta tierra, 10
y sé bien sus entradas y salidas
y la parte mejor de hacerle guerra.
CAURALI
Ya vienen las escalas prevenidas,
y están las atalayas hasta agora
con borrachera y sueño entretenidas. 15
YZUF
Conviene que los ojos de la aurora
no nos hallen aquí.
CAURALI
Tú eres el todo:
guía, y embiste, y vence.
YZUF
Sea en buen hora,
y no se rompa en cosa alguna el modo
que tengo dado; que con él, sin duda, 20
a daros la victoria me acomodo,
primero que socorro alguno acuda.
Entranse. Suena dentro vocería de moros; enciéndese hachos, pónese fuego al lugar, sale un VIEJO a la muralla medio desnudo y dice:
[VIEJO]
¡Válame Dios! ¿Qué es esto?
¿Moros hay en la tierra?
¡Perdidos somos, triste! 25
¡Vecinos, que os perdéis; al arma, al arma!
De los atajadores
la diligencia ha sido
aquesta vez burlada;
las atalayas duermen, todo es sueño. 30
¡Oh si mis prendas caras,
cual un cristiano Eneas,
sobre mis flacos hombros
sacase deste incendio a luz segura!
¿Que no hay quien grite al arma? 35
¿No hay quien haga pedazos
esas campanas mudas?
¡A socorreros voy, amados hijos!