fuesen á la dicha ciudad de Almería, que está sentada ó setenta leguas de la de Muxtitan (1)[1], y que trajesen al dicho Qualpopoca, y se informasen en los demas que habian sido en la muerte de aquellos españoles, y que asimismo los trujesen, y si por su voluntad no quisiesen venir, los trujesen presos; é si se pusiesen en resistir la prisión, que requiriesen á ciertas comunidades comarcanas á aquella ciudad que allí les señaló, para que fusen con mano armada para los prender, por manera que no viniesen sin ellos. Los cuales luego se partieron; y así, idos, le dije al dicho Muteczuma que yo le agradecia la diligencia que ponía en la prision de aquellos, porque yo habia de dar cuenta á vuestra alteza de aquellos españoles. E que restaba para yo dalla que él estuviese en mi posada hasta tanto que la verdad más se aclarase, y se supiese ser sin culpa; y que le rogaba mucho que no recibiese pena dello, porque él no habia de estar como preso, sino en toda su libertad, y que en el servicio y mando de su señoría yo no le ponia ningun impedimento, y que escogiese un cuarto de aquel aposento donde yo estaba, cual él quisiese (2)[2], y que alli estaría muy á su placer; y que fuese cierto que ningun enojo ni pena se le habia de dar, antes, demas de su servicio, los de mi compañia servirian en todo lo que él mandase.
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