cargados con su vitualla. E así, con esta órden y concierto, fueron su camino, en el cual se detuvieron tres dias, y al cuarto entraron en esta ciudad con mucho placer y estruendo de atabales, y yo los salí á recibir. E como arriba digo, extendíase tanto la gente, que dende los primeros comenzaron á entrar hasta que los postreros hobieron acabado, se pasaron más de seis horas sin quebrar el hilo de la gente. E despues de llegados y agradecido á aquellos señores las buenas obras que nos hacian, hícelos apesentar y proveer lo mejor que se pudo; y ellos me dijeron que traían deseo de se ver con los de Culúa, y que viese lo que mandaba, que ellos y aquella gente venian con deseos y voluntad de se vengar ó morir con nosotros, y yo les dí las gracias y les dije que reposasen y que presto les daria las manos llenas. E despues que toda esta gente de guerra de Tascaltecal hobo reposado en Tesáico tres ó cuatro dias, que cierto era para la manera de acá muy lucida gente, hice apercebir veinte y cinco de caballo, y trecientos peones, y cincuenta ballesteros y escopeteros, y seis tiros pequeños de cam-
rojado en el fuego y muerto por su mismo padre; su cuerpo
está en el convento de Tlaxcala. Antonio fué nieto de Xicon-
tecatl, señor principal de Tlaxcala; Juan, criado de Antonio;
fueron martirizados en Quaminchan; les sepultaron los reli-
giosos dominicos en Tecalli, distanto una legua de Qua-
tiuchan.
