Página:13 Cartas del Famoso Conquistador Hernán Cortés.pdf/348

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
337

una albarrada, y peleamos con ellos, y ellos con nosotros muy valientemente. E al fin se la ganamos, y seguimos por la calzada adelante hasta llegar á la entrada de la ciudad, donde estaba una torre de sus ídolos, y al pié della una puente muy grande alzada, y por ella atravesaba una calle de agua muy ancha con otra muy fuerte albarrada. E como llegamos, comenzaron á pelear con nosotros.

Pero como los bergantines estaban de la una parte y de la otra, ganámosela sin peligro, lo cual fuera imposible sin ayuda dellos. E como comenzaron á desamparar el albarrada, los de los bergantines saltaron en tierra, y nosotros pasamos el agua, y también los de Tascaltecal, y Guaxocingo, y Calco, y Tesáico, que eran más de ochenta mil hombres. Y entretanto que cegábamos con piedra y adobes aquella puente, los españoles ganaron otra albarrada que estaba en la calle, que es la principal y más ancha de toda la ciudad; é como aquella no tenia agua, fué muy fácil de ganar, y siguieron el alcance tras los enemigos por la calle adelante hasta llegar á otra puente que tenían alzada, salvo una viga ancha por donde pasaban. E puestos por ella y por el agua en salvo, quitáronla de presto. E de la otra parte de la puente tenian hecha otra grande albarrada de barro y adobes. E como llegamos á ella y no pudimos pasar sin echarnos al agua, y esto era muy peligroso, los enemigos peleaban muy valientemente. E de la una parte y de la otra de la

 Cartas de Hernan Cortes—Tomo I.—30