Página:13 Cartas del Famoso Conquistador Hernán Cortés.pdf/350

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nuestros amigos, y aunque dellos sin nosotros no tenian ningun temor, vuelven las espaldas, y nuestros amigos dan en pos dellos hasta los encerrar en el circuito de sus ídolos, el cual es cercado de cal y canto [1]; é como en la otra relación se habrá visto, tiene tan gran circuito como una villa de cuatrocientos vecinos; y este fué luego desamparado dellos, y los españoles y nuestros amigos se lo ganaron, y estuvieron en él y en las torres un buen rato. E como los de la ciudad vieron que no habia gente de caballo, volvieron sobre los españoles, y por fuerza los echaron de las torres y de todo el patio y circuito, en que se vieron en muy grande aprieto y peligro; y como iban mas que retrayéndose, hicieron rostro debajo de los portales del patio. E como los enemigos los aquejaban tan reciamente, los desampararon y se retrujeron á la plaza, y de allí los echaron por fuerza hasta los meter por la calle adelante; en tal manera, que el tiro que allí estaba lo desampararon. E los españoles, como no podian sufrir la fuerza de los enemigos, se retrajeron con mucho peligro; el cual de hecho recibieran, sino que plugo á Dios que en aquel punto llegaron tres de caballo, y entran por la plaza adelante; y como los enemigos los vieron, creyeron que eran más, y comienzan á huir, y mataron algunos

  1. Este templo grande estaba donde hoy la iglesia catedral, casas del estado del Valle y palacio de los excelentísimos señores virreyes.