Página:13 Cartas del Famoso Conquistador Hernán Cortés.pdf/371

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y se mataba mucha gente de los contrarios, porque cada dia venia gente sin número en nuestro favor. E yo dilataba de me meter más adentro en la ciudad; lo uno por si revocarian el propósito y dureza que los contrarios tenian, y lo otro, porque nuestra entrada no podia ser sin mucho peligro, porque ellos estaban muy juntos y fuertes y muy determinados de morir. Y como los españoles veían tanta dilacion en esto, y que habia más de veinte dias que nunca dejaban de pelear, importunábanme en gran manera, como arriba he dicho, que entrásemos y tomásemos el mercado; porque, ganado, á los enemigos les quedaba poco lugar por donde se defender, y que si no se quisiesen dar, que de hambre y sed se moririan, porque no tenian qué beber sino agua salada de la laguna. Y como yo me excusaba, el tesorero de vuestra majestad me dijo que todo el real afirmaba aquello, y que lo debia de hacer; y á él y á otras personas de bien que allí estaban les respondí que su propósito y deseo era muy bueno, y yo lo deseaba más que nadie; pero que yo lo dejaba de hacer por lo que con importunacion me hacia decir, que era, que aunque él y otras personas lo hiciesen como buenos, como en aquello se ofrecia mucho peligro, habria otros que no lo hiciesen. Y al fin tanto me forzaron, que yo concedí que se haria en este caso lo que yo pudiese, concertándose primero con la gente de los otros reales.

Otro dia me junté con algunas personas princi-