Página:13 Cartas del Famoso Conquistador Hernán Cortés.pdf/397

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y estaban ya cansados de esperar. Y yo metíme con ellos, y ya se venian retrayendo por la plaza los españoles de pié y de caballo y los indios nuestros amigos, que habian entendido ya lo de la celada, y los enemigos venian con tantos alaridos que parecia que conseguian toda la victoria del mundo; y los nueve do caballo hicieron que arremetian trás ellos por la plaza adelante, y retraíanse de golpe. Y como hobieron hecho esto dos veces, los enemigos traian tanto furor, que á las ancas de los caballos les venian dando hasta los meter por la boca de la calle donde estábamos la celada. E como vimos á los españoles pasar adelante de nosotros, y oímos soltar un tiro de escopeta, que teniamos por señal, conocimos que era tiempo de salir; y con apellido de señor Santiago damos de súpito sobre ellos, y vamos por la plaza adelante alanceando y derrocando y atajando muchos, que por nuestros amigos que nos seguian eran tomados; de manera que desta celada se mataron más de quinientos, todos los más principales y esforzados y valientes hombres; y aquella noche tuvieron bien que cenar nuestros amigos, porque todos los que se mataron, tomaron y llevaron hechos piezas para comer. Fué tanto el espanto y admiracion que tomaron en verse tan de súpito así desbaratados, que ni hablaron ni gritaron en toda esa tarde, ni osaron asomar en calle ni en azotea donde no estuviesen muy á su salvo y seguros. E ya que era casi de noche nos retrai-