Página:13 Cartas del Famoso Conquistador Hernán Cortés.pdf/637

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pocos éramos, viniesen sobre nosotros, y que juntasen consigo gentes de otros pueblos; é yo bien ví que tenian razon; mas con deseo de hallar alguna manera para nos poder proveer de bastimentos, creyendo que si aquella gente venia de paz me daria manera para llevar algunos, pospuse todo lo que se me pudiese ofrecer, porque en la verdad no era menos peligro el que esperábamos de hambre si no llevábamos bastimentos, que el que se nos podia recrecer de venir los indios sobre nosotros, y por esto todavía despaché el indio, y quedó que volveria otro dia, porque sabia dónde podria estar el señor y toda la gente; y otro dia despues que se partió, que era el plazo á que habia de venir, andando dos españoles rodeando el pueblo y descubriendo el campo, hallaron la carta que le habia dado puesta en el camino en un palo, donde teniamos por cierto que no terniamos respuesta; y así fué que nunca vino el indio, él ni otra persona, puesto que estuvimos en aquel pueblo diez y ocho dias descansando y buscando algun remedio para llevar de aquellos bastimentos, y pensando en esto me paresció que seria bien seguir el rio de aquel pueblo abajo para ver si entraba en el otro grande que entra en aquellos golfos dulces, adonde dejé el bergantin y barcas y canoas, y preguntélo á aquellos indios que tenia presos, y dijeron que sí, aunque no los entendiamos bien, ni ellos á nosotros, porque son los de lengua diferente de los que hemos visto. Por señas y