— ¿Por quién me tomas? ¿Crees que me voy á meter en lo que no me toca, siquiera me duela tu insensatez, y me crees capaz de dar semejante pesadumbre á la más santa de las mujeres?
Y le volvió la espalda: la ruptura era completa, pero la madre de Yolande la ignoró por supuesto, y la familia Renfijo sintió por esta más desprecio que inquina, á pesar de que la había barrido.
« Todo cambio en nuestra vida es para nosotros un peligro, pero al que no le falta lo necesario y no puede quejarse de su situación presente, es una verdadera locura renunciar á sus hábitos y cambiar su condición. »
Esto decía Numa Pompilio, según refiere Plutarco, y esto puede repetirse dos mil seiscientos años después.
El que se cree feliz con lo que posee y el que se resigna á no alcanzar lo que legítimamente debía esperar, obran el uno con cordura y el otro con virtud.