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JOSÉ MANUEL HIDALGO.
ó mejor diciendo, á la vencedora... Vas á sentirte otra, crecerás á tus propios ojos, hasta el día en que puedas recrearte en el triunfo ante ti misma y ante el público, que dirá eres la mujer más hábil y seductora que se ha visto.
La vehemencia, la energía de la Baronesa, infundía á Yolande un ardor bélico, como la marcha militar da entusiasmo al soldado para arrojarse al enemigo. Su orgullo femenino se amparó de ella, olvidó á Libertón, se consoló de la ruina de su marido, ya no pensó sino en planes, combates y triunfos.